La economía local evidencia “un escenario menos dinámico para la segunda mitad del año” y se entiende que hay “cierto optimismo” en las estimaciones de crecimiento del gobierno, lo cual puede condicionar los ingresos, según estimaron Ana Laura Fernández y Mariano Artegoytia, economistas de la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay (Ccsuy), durante un webinar de coyuntura económica. A su vez, se cuestionó que el proyecto de Presupuesto “no acciona sobre el gasto”, se advirtió por la incertidumbre que generan los cambios tributarios y se lamentó la eliminación del tope de gasto en la regla fiscal.
La presentación realizada por Fernández y Artegoytia comenzó con un análisis del contexto internacional, sobre el que -se comentó- existe un elevado grado de incertidumbre asociado al comercio mundial, lo cual golpea mayormente a las economías en desarrollo. “Estamos en un mundo más proteccionista y más complejo, y Uruguay no es ajeno a esta realidad”, advirtió Fernández. Ante este escenario de riesgos, evaluó que “la clave para la resiliencia” pasa por diversificar mercados y lograr una mayor apertura.
Respecto a EEUU, sostuvo que la debilidad del dólar a nivel internacional está reflejándose en la economía uruguaya, y valoró que existe un alto componente de incertidumbre sobre el futuro económico del país, ya que se observa un menor dinamismo y un mercado laboral más débil. Eso llevó a un recorte de la tasa de interés por parte de la Fed y se esperan más recortes a futuro, lo que hace esperar un escenario de debilidad del dólar para lo que resta del año y para el 2026. Si bien ello trae complejidades para el sector exportador, Fernández comentó que también trae “buenas noticias”, debido a un menor costo de financiamiento y una posible mayor llegada de inversiones financieras.
En cuanto a China, advirtió que se observa un menor ritmo de crecimiento, lo cual “impacta en el mundo y obviamente impacta en Uruguay, porque es nuestro principal socio comercial”.
Los últimos comentarios respecto al escenario externo tuvieron relación con Argentina y la situación política del país, que incide sobre las variables económicas. Aunque reconoció que el “salvavidas” del Tesoro estadounidense trajo algo de calma, advirtió que “el proceso de recuperación económica comenzó a perder fuerza” y que “el equilibrio político-económico es frágil”, lo que lleva a “prender luces amarillas de cara a la próxima temporada turística”.
Poco ritmo, mucho optimismo
Respecto a la economía local, Fernández comentó que los datos oficiales del segundo trimestre “confirman un crecimiento más moderado” y “un escenario menos dinámico para la segunda mitad del año”. Desde la Ccsuy, proyectan un crecimiento de 2% para este año y de 1,8% para el 2026, lo cual contrasta con los pronósticos del Ministerio de Economía y Finanzas, que espera un crecimiento de 3,1% y 2,6%, respectivamente, y proyecta una expansión anual promedio del 2,4% para el quinquenio.
“En líneas generales entendemos que puede haber cierto optimismo que puede terminar condicionando los ingresos” del gobierno, evaluó.
Respecto a otros indicadores asociados a la demanda interna, comentó que la recaudación del IVA “perdió dinamismo en los últimos meses”, pasando de una tasa de crecimiento real interanual del 7% (incidida por la temporada turística) al 4%. A su vez, se indicó que hubo “un freno en el crecimiento del salario real”, en el marco del proceso de negociación colectiva, y que el mercado de trabajo se muestra menos dinámico.
También se mostraron datos de la Encuesta de Actividad de Comercio y Servicios, elaborada por la Ccsuy, que muestra que el sector “sigue creciendo aunque también lo hace a un menor ritmo”. Las ventas reales crecieron 2,2% en el segundo trimestre, pero el índice de difusión (que mide la proporción de variables que evolucionan de forma positiva) se ubicó en 46%, y siete de los 13 rubros relevados disminuyeron sus ventas. En el análisis por empresas, el índice de difusión se ubicó en 32%, lo que implica que siete de cada 10 empresas declararon caída o estancamiento de sus ventas en términos reales.
Por otra parte, se acentuó la caída que ya venían registrando las microempresas, con una merma del 7,9%, y tras varios trimestres de crecimiento las pequeñas empresas pasaron a terreno negativo, al caer 1,6%. Las medianas empresas y las grandes mantienen su tendencia de crecimiento, con variaciones de 3,1% y 2,6%, respectivamente.
Cuestionamientos
Por otra parte, respecto al proyecto de Presupuesto Quinquenal, comentó que el ajuste fiscal planteado por el gobierno está basado en “correcciones en materia tributaria”. Por un lado, a través de un aumento de la eficiencia de la DGI y en la “localización de impuestos” a través del Impuesto Mínimo Complementario Doméstico y las distribuciones de dividendos y utilidades que las empresas uruguayas realizan a sus accionistas o socios no residentes. Por otra parte, se prevén ajustes técnicos: activos situados en el exterior, la norma antiabuso para rentas en caso de ventas y el régimen de envío exprés.
Fernández criticó que el Presupuesto “no acciona sobre el gasto” y alertó por la incertidumbre que generan los cambios tributarios previstos. Además, cuestionó que el ajuste “se posterga para 2027, e incluso en los dos primeros años se proyecta un deterioro del resultado fiscal”, lo cual “genera preocupación por el ciclo electoral”. “Además, surge la interrogante de qué sucede si la economía crece menos de lo esperado”, agregó.
También mostró preocupación por el cambio en la regla fiscal por la eliminación del tope de gasto. “Era un buen pilar que formaba parte de la regla fiscal”, subrayó.
Por último, respecto a los cambios propuestos para el régimen de franquicias, comentó que “es un tema que seguimos de cerca desde la cámara, (porque) está impactando en el sector comercio”. En su opinión, los cambios anunciados van a implicar “una magnificación del problema”. “Estamos haciendo gestiones para lograr una reversión por el impacto que tiene sobre el sector comercio”, sostuvo.