Mauricio Zunino: “Planteamos un reperfilamiento de la estructura del gasto que apunte a las necesidades sociales”

EN PANINI’S

Mauricio Zunino, director de Recursos Financieros de la Intendencia de Montevideo


En una coyuntura marcada por la crisis socioeconómica que trajo consigo la pandemia, la Intendencia de Montevideo (IM) se propuso atender con fuerte énfasis a las poblaciones más vulnerables. Además, dadas las restricciones presupuestales existentes, las autoridades departamentales se aprestan a analizar la posibilidad de realizar modificaciones tributarias que podrían implicar un aumento en los ingresos, según informó el jerarca. Por otra parte, se refirió a los planes de la comuna en materia de limpieza, movilidad y políticas sociales.


 El menú  En la cava de Panini’s, el economista degustó risotto de camarones, zucchini, zest de lima, cream cheese y langostinos grillados, menú que acompañó con agua mineral. A la hora del postre, eligió crème brûlée.


Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo

-¿Qué panorama económico-financiero encontró al asumir?

-Encontramos algunas dificultades que tenían que ver fundamentalmente con la fuerte caída de recaudación del 2020, sobre todo, de los ingresos de corte territorial, como contribución y tasa general, que es atribuible a la pandemia. No hubo tanto efecto de la patente, ya que más del 60% se paga al contado en enero y ese mes del año pasado fue previo a la crisis.

-¿A qué monto asciende la caída?

-Ese impacto de la caída representó unos 3.000 millones de pesos. Además, hubo ingresos que prácticamente desaparecieron, como los 120 millones de pesos que en un año normal recaudábamos por espectáculos públicos. En cuanto a los ingresos comerciales, también hicimos diferimientos y ajustes.

Todo eso hizo que cerráramos el 2020 con unos 1.300 millones de déficit. El 2019 ya había sido un año con algún déficit. La situación se presenta compleja porque no tenemos perspectivas de un cambio drástico en términos de ingresos en 2021. Nuestra proyección nos da un leve incremento de ingresos genuinos este año, pero es poco significativo y no llega a compensar la caída de la partida del gobierno nacional, que para Montevideo representa 487 millones de pesos menos.

-¿Qué desafíos implican esas restricciones?

-Las prioridades fueron cambiando, por lo que planteamos un reperfilamiento de la estructura del gasto que apunte mucho más a las necesidades sociales. Tenemos que analizar la posibilidad de cambiar un poco el eje tributario, más que nada en aquellos sectores que tienen mayor capacidad contributiva.

-¿Cómo se implementaría ese cambio?

-Nosotros entendemos que hay un desfasaje que tiene que ver con una injusticia en la contribución, que es un impuesto bastante aplanado, es decir, en realidad no hay grandes diferenciales en términos contributivos en Montevideo entre inmuebles de bajo y de alto valor.

Hay una tabla de aforos muy vieja que depende de la Dirección Nacional de Catastro, que no estamos en condiciones de hacer una adecuación, pero sí de generar una equidad tributaria. Hoy hay inmuebles ubicados en zonas de capas medias bajas que están en valores catastrales altos, e inmuebles de alto valor de mercado ubicados en un esquema catastral bajo, entonces, les estás cobrando mucho a algunos y muy poco a los estratos altos.

El problema está en la actualización de la base catastral, que es muy lenta y tenemos que ir corrigiéndola. No va a ser un cambio drástico, pero sí nos va a ayudar, sobre todo, para compensar a algunos sectores a los que se les tendrían que disminuir los tributos por contribución y otros a los que se les deberían aumentar, pero que en líneas globales nos puede permitir un aumento del ingreso.

-¿Cuáles son los planes en materia de infraestructura?

-Estamos trabajando en la creación de un fondo de inversiones a los efectos de poder canalizar la obra pública a través de un nuevo fideicomiso, con un modelo similar al que se usó para el Fondo Capital, y pensamos que podemos acceder incluso con tasas inferiores, por la coyuntura actual. Eso posibilitaría un plan de infraestructura que solucione las necesidades de Montevideo en determinadas áreas y que sea dinamizadora de empleo.

-¿De qué tipo de obras se trata?

-Es importante empezar a contemplar cuestiones que quedaron para atrás sobre desarrollo ambiental y limpieza, que no pudieron ser ingresadas en el Fondo Capital. Debemos ajustar algunas obras de infraestructura vial y dinamizar el esquema de circulación en algunos lugares, lo que implica ampliaciones, reconversión y segregación vehicular. También quedó pendiente avanzar en sistemas de clasificación.

-¿Son suficientes las medidas de alivio fiscal que se han tomado para los sectores más complicados o hay margen para hacer más?

-En líneas generales, los tributos departamentales pesan poco en la estructura tributaria de un emprendimiento. Eso no quiere decir que no se pueda hacer algo más, pero también tenemos que jugar con nuestro equilibrio presupuestal.

El plan de medidas de alivio ha enfocado los incentivos a tratar de mantener o incrementar las fuentes de trabajo. En la medida que las empresas lo logren, por ejemplo, en el sector hotelero, serán premiadas con descuentos.

Hay una línea dentro del Plan ABC de incentivos fiscales a la creación de puestos de trabajo que es más general, donde la empresa que genere nuevos empleos puede canjear certificados a descontar sobre algunos de sus tributos. A nivel de salones de fiesta hay una propuesta similar.

-La Asociación de Salones de Fiesta dijo que la medida de reconversión a bares era insuficiente.

-Sí. Ahí hay un tema tributario y uno de habilitación de reconversión. Es probable que varios se reconviertan, pero que no sirva para todos. Entendemos que, si la solución permite que algunos lleven adelante la reconversión, ya es un avance.

A su vez, estamos discutiendo la reestructura de la tasa bromatológica, que creemos que va a impactar (positivamente) en algún sector, como pequeños comercios de elaboración de alimentos, para quienes puede ser un costo importante.

-¿Para quiénes está pensado el Plan ABC?

-Está enfocado en atender a la población más vulnerable, con medidas que son más de carácter universal, pero otras focalizadas en los distintos públicos.

En empleo tenemos tres ejes: uno es el que comentaba de los incentivos, que apunta a la creación de empleo; otro implica trabajos transitorios para personas que tienen peores condiciones de empleabilidad –como un bajo nivel socioeducativo-; el tercero está destinado a los jóvenes estudiantes, para quienes se generó un mecanismo de “Yo estudio y trabajo” en el departamento.

El ABC tiene otro pilar pensado para brindar una red de cobertura que permita sostener la alimentación de la población. Hoy hay más de 40.000 personas comiendo en ollas populares en Montevideo, sumado al desgaste que han sufrido de provisión de insumos. También buscamos brindar apoyo nutricional y mejorar las condiciones sanitarias.

El tercer componente es un plan de mejora de vivienda y barrios, que está vinculado a obras de infraestructura localizadas. Ahí tenemos el programa Abre, que es para pavimentación y pluviales, algo clave en algunas zonas. Ya se iniciaron obras hace unos meses y la idea es intervenir en 35 barrios este año. Eso se complementa con un fondo de materiales destinado a las viviendas en condiciones de precariedad.

Un cuarto elemento del ABC son las políticas de salud. Contamos con una red de cobertura bastante amplia de policlínicas y queremos extender aún más el horario. Ha habido un traslado, por el aumento del desempleo, de usuarios del sistema privado hacia el sector público, que en algunos casos se ve desbordado; con nuestra red de atención primaria, podemos brindar un respaldo importante.

El quinto eje está relacionado con las políticas de género. Con la pandemia hubo un crecimiento de focos de violencia basada en género y creemos que hay que dar mayor cobertura y un servicio de respuesta permanente. Vamos a ampliar la red de Comuna Mujer, que es la atención primaria a este problema, y queremos fortalecer el apoyo jurídico en lo que respecta a tenencias y pensiones.

-¿Qué responden a las críticas recibidas por el nuevo Semanario ABC, de que se destinan recursos para eso en un contexto donde son escasos?

-Los esquemas de difusión de las políticas son clave para que los usuarios sepan qué derechos tienen, ya que pueden ser beneficiarios y no lo son por desconocimiento de su existencia. Por eso, nosotros pensamos una estrategia comunicacional que apunte a llegarles a los montevideanos como posibles usuarios de los programas.

-¿Está dirigido a los destinatarios del Plan ABC?

-Sí. Lo que dice es lo que se puede hacer y a lo que se puede acceder. Algunas de las críticas realizadas por ediles no son acordes a lo que está planteado. Es un semanario que puede estar en la web, pero no todos entran. No es una publicación de papel de alta calidad ni mucho menos, es un mecanismo más de comunicación que la IM puede tener, y los costos son muy bajos.

-¿En cuánto se estima el costo?

-La publicación de este tipo de diarios está por debajo de los 20.000 pesos y eso no mueve la aguja en absoluto. Nosotros hemos recortado casi todas las publicaciones institucionales de alta calidad que brindaba la Intendencia y, con lo que se gastó en un año promedio de publicaciones que hoy están sin efecto, se podría sacar por seis o siete años un semanario como el ABC.

-¿Qué tipo de publicaciones se recortaron?

-Había una tradición de publicar los informes de cada una de las áreas, o sea, una vez que se cerraban etapas, eso se documentaba y se publicaba, se hacía una instancia como un seminario y se repartía esa publicación, con un alto nivel de calidad, que era un gasto que entendemos que no se justifica.

Además, quienes accedían a ese tipo de publicaciones eran personas de la academia o instituciones públicas, o gente a la que podés brindarle el acceso a la misma información de manera digital. En cambio, con esto, vos podés llegar a otro tipo de perfil que no accede a los medios digitales.

-Los representantes de la coalición también han criticado el aumento del boleto en este contexto, pese a que se había postergado. ¿Qué puede comentar al respecto?

-En diciembre analizamos el tema tarifario del transporte público, los aumentos del boleto eran siempre en enero y vimos que teníamos un margen para postergar una posible suba hasta abril. Ese diferimiento implicó que tuviéramos que desembolsar unos 80 millones de pesos como adicionales al subsidio para poder mantener el precio esos tres meses. En marzo volvimos a estudiar las paramétricas tarifarias y entendimos que era necesaria una readecuación.


Las vulnerabilidades estructurales de Montevideo y sus posibles soluciones

-¿Cuáles son las principales diferencias en cuanto a las estrategias de gestión, en comparación con los gobiernos anteriores?

-Hay que avanzar en algunas cuestiones a nivel de la gestión donde hay rezagos, como el sistema de trámites y reclamos. Hay que simplificar los procesos y e ir hacia una estrategia 100% digital. La pandemia tiene que ayudarnos a fortalecer la digitalización y el acceso remoto a todo el sistema de la IM.

Es importante hacer una apuesta fuerte por la captación de inversiones, es un debe que tenemos como gobierno departamental, que implica una gran coordinación con los sectores privados para buscar una sinergia que haga que Montevideo sea un foco de inversiones tanto nacionales como extranjeras.

La coyuntura de atención a la emergencia social es un aspecto fundamental para nosotros y quizás no fue tan relevante en los períodos pasados porque había otras condiciones. No puedo decir que eso sea una diferencia con la sensibilidad del gobierno anterior, pero la coyuntura marcó cosas distintas: menores ingresos y una crisis social mucho más fuerte.

-¿Eso implica un aumento de recursos en políticas sociales con respecto a los gobiernos anteriores?

-Sí, exacto. Vamos a incrementar fuertemente el presupuesto del Departamento de Desarrollo Social, para que la población no caiga en niveles de vulnerabilidad, de pobreza, o que caiga lo menos posible. Existían algunas vulnerabilidades estructurales, en particular, en Montevideo, y creemos que más allá de nuestro ciclo de gobierno habrá que continuar dando respuestas.

-¿Qué tipo de vulnerabilidades?

-El acceso a la vivienda para muchos sectores sociales es un problema y se terminan incrementando las construcciones en asentamientos o los esquemas irregulares de tenencia de propiedad. Debemos avanzar en eso, que debería trascender la política de estos cinco años.

Tenemos que dar mejores respuestas en materia de limpieza, donde hay un plan que se está trabajando, no como un modelo de recolección de residuos, sino como un abordaje integral de desarrollo ambiental.

En movilidad también tenemos que mejorar. Ninguna ciudad de un millón y medio de habitantes se sostiene mediante el transporte privado como mecanismo alternativo. Es decir, si cada uno de nosotros saliera con su auto a circular, se volvería una ciudad insostenible en términos de tiempos, de polución ambiental, de mantenimiento de infraestructura.

-¿Es viable pensar en que el ciudadano que todos los días va a trabajar en su auto elija el transporte público?

-Tenemos que armar un esquema para que eso se pueda hacer. De lo contrario, en la medida que haya 10 más que sigan esa misma lógica, se va a terminar generando un colapso sobre la estructura, y eso es lo que debemos evitar.