Nicole Perelmuter: “De concretarse los proyectos presentados a la Comap, son casi una UPM adicional”

Nicole Perelmuter, directora de Asesoría Macroeconómica del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF)


El primer semestre del 2021 dejó buenos indicadores para la economía uruguaya, como es el caso de las exportaciones (con un incremento del 30% interanual), las importaciones, la recaudación tributaria e incluso el consumo. En este marco, la directora de la Asesoría Macroeconómica del MEF, Nicole Perelmuter, conversó con CRÓNICAS acerca de las proyecciones para lo que resta de 2021 y todo 2022, y respaldó los pronósticos que aseguran que el próximo año se retornará al nivel de actividad prepandemia. En este contexto, valoró el crecimiento de las inversiones en el marco de la Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones (Comap) y aseveró que, de concretarse los proyectos presentados, su magnitud es comparable a la inversión de la segunda planta de UPM.

Por otra parte, la flamante directora se refirió al fuerte componente social del proyecto de Rendición de Cuentas y remarcó la importancia de hacer foco en la primera infancia: “Queremos mejorar la calidad de vida de los niños, no solo porque entendemos que es un tema de justicia y de derechos, sino también porque es un asunto de futuro del país”.


Por María Noel Durán | @MNoelDuran

¿Qué análisis hace del proyecto de Rendición de Cuentas que presentó el gobierno?

La Rendición de Cuentas tiene dos partes muy relevantes. Una tiene que ver con rendir cuentas sobre el año 2020, y la otra con la mirada a futuro.

En lo que tiene que ver con rendir cuentas del 2020 hay un mensaje muy claro, que la ministra ha reafirmado, que es el de que este gobierno logró cumplir con las metas fiscales que se había propuesto sin desatender las necesidades de la pandemia porque fue un año que, a priori, no pensábamos que iba a ser así, y dentro de esa particularidad se lograron ambas cosas a la vez.

En lo que tiene que ver con el cumplimiento de las metas fiscales que mencionaba anteriormente, se logró cumplir con lo que estaba previsto.

Es el caso del nivel de déficit fiscal que estaba estipulado en la ley de presupuesto -pero no solo eso-, fue más relevante aún, porque se logró cumplir con los tres pilares de la regla fiscal que fue aprobada previamente y que tiene que ver con un lineamiento de déficit fiscal estructural, con un tope en el crecimiento del gasto primario del gobierno central-BPS y con un tope del endeudamiento. Las tres fueron cumplidas sin incrementar impuestos, que era parte de lo que este gobierno había propuesto.

Por otro lado, se asignaron durante el año pasado US$ 727 millones para atender las necesidades de la pandemia, un monto equivalente a 1,4% del PIB.

En este marco, tenemos que mirar hacia futuro, y ahí entendemos que esta rendición es sumamente relevante y representa un hito en la medida en que la prioridad está puesta absolutamente en las políticas sociales. Como también fue anunciado por la ministra, los gastos incrementales que se están previendo son con foco en lo social y aquí tenemos dos programas o conjuntos de intervenciones que son muy relevantes para nosotros y que me parece que vale la pena destacar que tienen la mirada en lo social y en la población más vulnerable.

Uno de ellos es el programa de mejora y relocalización de asentamientos mediante la creación del Fideicomiso de Integración Social y Urbana (Fisu). Según el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial, al día de hoy existen entre 600 y 650 asentamientos. El Fisu busca asignar recursos para que la población que reside allí pueda acceder a condiciones de vida dignas.

Por otro lado, tenemos un conjunto de medidas muy potentes y relevantes que están orientadas a la primera infancia.

¿Por qué se decidió hacer especial hincapié en la primera infancia?

En Uruguay, estructuralmente, la pobreza se ha concentrado en la primera infancia.

En 2019 la tasa de pobreza en los niños de 0 a 3 años era de 17,4%, en tanto, la tasa de pobreza en la población mayor a 65 años era de 1,8%.

En el año 2020 se dio una situación similar: la tasa de pobreza en los niños fue de 21,4% y en los adultos fue de 2,3%.

Además, en 2019, según la Encuesta Continua de Hogares, el 60% de los niños nacía en los quintiles 1 y 2, que son los de menores ingresos. Esto implica carencias en materia alimenticia, en materia de vivienda u otro tipo de carencias, y a ellos estamos apuntando con esta rendición y con las políticas que estamos planteando. Queremos mejorar la calidad de vida de esos niños, no solo porque entendemos que es un tema de justicia y de derechos, sino también porque entendemos que es un asunto de futuro del país.

La situación de los primeros años de vida condiciona todo el desempeño futuro de esos niños, no solo durante la niñez sino también en su etapa adulta. Entendemos que allí hay muchas intervenciones para hacer y las estamos programando en forma coordinada. Algunas de ellas tienen un carácter más coyuntural, y hay otras que estamos pensando a mediano plazo en forma estructural.

En lo que tiene que ver con lo coyuntural, durante toda la pandemia se dio apoyo a la población vulnerable y se reforzaron los apoyos a las familias con niños mediante el refuerzo de la Asignación Familiar – Plan Equidad AFAM-PE, que es una prestación que otorga el Ministerio de Desarrollo Social (Mides). 

Más allá de eso, estamos previendo entre setiembre y diciembre de este año dar una transferencia adicional para los hogares que reciben esta prestación y que tienen embarazadas o niños de 0 a 3 años. Ellos recibirán $2.500 adicionales por mes para incrementar el ingreso de esos hogares y será por niño, no por hogar.

Si bien es relevante el ingreso, tan importante como eso es acompañar a esos hogares, y por eso, en el ámbito de Uruguay Crece Contigo, estamos diseñando un reforzamiento de los programas de acompañamiento familiar para los más vulnerables. Eso comenzará en los próximos meses y el objetivo es expandir el número de familias a las que se llega a través de un acompañamiento telefónico de modo de poder hablar con esos padres, entender cómo es su situación y orientarlos sobre prácticas de crianza respetuosa, prácticas de crianza positiva y hacerles saber sus derechos. Porque quizás son beneficiarios de alguna prestación social y no lo saben, por lo que se les puede guiar para que puedan gestionarla. Todo eso para hacer el acompañamiento del hogar.

¿Y a mediano y largo plazo?

En lo estructural, la evidencia empírica es contundente sobre la importancia de la educación de los niños en la primera infancia. Y si bien Uruguay tiene muy buen nivel educativo a nivel de primaria y ha avanzado a nivel de niños de 4 y 5 años, aún tenemos un debe importante en los niños de 0 a 3, que es nuevamente esta población sobre la que nos estamos enfocando. Por eso estamos trabajando en un plan para incrementar la cobertura en los centros CAIF. 

Hay un 50% de los niños en edades de 0 a 3 que no asisten a ningún centro educativo y por supuesto cuando miramos por quintil de ingreso ese acceso es muy desigual.

 Lo que queremos es reforzar la presencia de los centros CAIF para que los niños, en particular aquellos del primer y segundo quintil, que hoy no están accediendo tengan la posibilidad de educación temprana.

Además de eso, reforzar la atención de salud de esos niños mediante programas de ASSE; y algo que es muy importante, y en lo que estamos trabajando, es en la coordinación de todas las instituciones que hoy trabajan con esos niños: el Mides como rector de las políticas sociales, el INAU, los centros CAIF, ASSE y también el involucramiento del MEF y de la OPP.

¿Cómo se llegó al número de los US$ 50 millones al año para esta población de primera infancia?

Las necesidades siempre son infinitas, y si uno pudiera asignar todos los recursos no habría un límite, pero es claro que nadie tiene recursos infinitos para asignar entonces lo que se hace es un trabajo muy responsable de ir asignando recursos en la medida de lo que es posible. Entendemos que es un monto significativo; estamos trabajando con todas las instituciones que mencionaba en el costeo de esos planes y nos parece que este es un monto adecuado, siempre teniendo cuidado con las cuentas fiscales.

¿Notaron carencias en la asistencia de ASSE por eso definieron hacer foco en la salud de la primera infancia?

Hay estudios de ASSE que hablan de oportunidades de mejora en el nivel de atención a los niños. Nuestra idea es ir por ese camino.

Más allá de lo hecho en la Rendición de Cuentas, ¿entiende que las políticas aplicadas por el Ministerio han permitido que haya más coherencia entre la política fiscal, la monetaria y la salarial?

Trabajamos muy fuertemente en esa consistencia entre la política monetaria, la política fiscal y la política de ingresos, que creemos es sumamente relevante y se ve también en los resultados que se están observando, que ponen en evidencia que no es una expresión de deseo sino que hay un trabajo atrás en lo que tiene que ver con los resultados fiscales, con la desaceleración de la inflación y con los lineamientos salariales. En este último punto fue así tanto para los que estuvieron vigentes en la octava ronda -que fue una ronda bastante particular por el contexto- pero también en los lineamientos salariales que el ejecutivo está presentando para esta ronda y que se han dado a conocer en las últimas semanas.

Ciertamente hay un trabajo en equipo a nivel de la propia ministra, del director de OPP y del presidente del Banco Central para asegurar la consistencia de estas políticas.

¿Este 2021 es un año clave para evaluar la nueva institucionalidad fiscal?

Sí, entendemos que la nueva institucionalidad fiscal que presentó el ejecutivo y que el Parlamento aprobó el año pasado tiene un rol clave para asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas en el futuro. Es un aspecto sumamente relevante porque es lo que le permite al país acceder al financiamiento a tasas bajas y que, además, lo distingue respecto a otros países de la región.

Este es un año clave, por supuesto que sí, pero entendemos que es una política a futuro y no en particular para este año. Por supuesto que este año nuevamente vamos a tener un Fondo Coronavirus que se sale de la estructuralidad de la regla fiscal. Creo que ha sido una medida muy acertada y muy inteligente el separar y encapsular el Fondo Coronavirus para justamente darle transparencia a esos gastos y poder trazarlos de forma separada de las cuentas estructurales.

Este año tendremos un Fondo Coronavirus como ya anunció la ministra porque la pandemia continuó este año y probablemente los montos sean mayores que los del año pasado por la incidencia que tuvo el covid-19 durante el primer semestre del año; pero más allá de ese fondo que está separado, el compromiso de este gobierno es mantener la institucionalidad fiscal y la nueva regla fiscal implementada.

¿Por qué en la Rendición de Cuentas no se prevén gastos relacionados con el covid-19 para el próximo año?

Es una muy buena pregunta. La estrategia de este gobierno ha sido, en primer lugar, asegurar que todos los recursos necesarios estuvieran disponibles. Más allá de que haya matices y distintas opiniones, quedó en evidencia que en el 2020 cuando tuvimos menos niveles de contagios y menos personas internadas tuvimos una determinada cantidad de recursos y este año que se entendió que la pandemia estaba golpeando más fuerte se incrementaron los recursos. Esto quiere decir que si el año que viene se requieren recursos para la pandemia, los mismos van a estar, como creo que ha quedado claro que estuvieron durante el 2020 y el 2021 y con un manejo prudente. Otros países quizás gastaron mucho durante el inicio de la pandemia y luego se quedaron sin recursos y tuvieron que retirar todos los apoyos que estaban dando. En cambio, en Uruguay, esos apoyos se dieron en forma moderada y focalizada justamente para poder asegurar que estuvieran durante el tiempo que fuera necesario.

“Hay estudios de ASSE que hablan de oportunidades de mejora en el nivel de atención a los niños”.

¿Cuándo estiman que se recuperarán los niveles de actividad pre-pandemia?

Según nuestras proyecciones, esperamos retornar a los niveles prepandemia el año que viene. La actividad retomaría en el 2022. Frente a eso me parece importante comentar qué estamos previendo para este año en materia económica, si bien es cierto que en el primer trimestre del año tuvimos una contracción del PBI de 2,8% en la comparación interanual. Esa contracción era de esperarse dado que el primer trimestre del año 2020 no había sido tan afectado por la pandemia en Uruguay como sí lo fueron los primeros meses del 2021 y, en particular, afectó nuestra temporada turística que se concentra en el primer trimestre del año. Pese a eso, hay varios indicadores adelantados que nos están mostrando un muy buen desempeño de la economía durante el segundo y tercer trimestre, y esperamos que también sea así para el cuarto, aunque aún no tenemos los datos.

Estos indicadores van desde el nivel de exportaciones en el primer semestre del año ha mostrado crecimientos muy notorios respecto al primer semestre del año pasado ante los cuales crecieron en el entorno del 30% pero incluso cuando comparamos con 2019 en un contexto pre-pandemia, las exportaciones también están creciendo y no solo en valor sino también en volumen. En definitiva, Uruguay está produciendo y exportando más.

También se ve un crecimiento de las importaciones vinculado a bienes de capital, pero también importaciones de bienes de consumo, y eso habla de cierta recuperación del consumo de la economía que es bien relevante para nosotros.

Vemos buenos indicadores a nivel de recaudación tributaria. Tanto en mayo como en abril la recaudación creció en términos reales a tasas elevadas, y tenemos indicios de que esto continuó en junio y que probablemente en el primer semestre del año podamos ver cierto crecimiento en términos reales de la recaudación respecto al mismo periodo del año anterior.

Estamos viendo un crecimiento muy notorio en la venta de cemento a nivel del primer semestre, también un incremento muy importante en la faena y en la inversión, algo que ha mencionado el subsecretario (Alejandro) Irastorza,  pero no solo de UPM- que es muy importante para la economía- sino en el número de proyectos y en los montos de los proyectos presentados ante la Comap y también para desarrollarse en el ámbito de los proyectos de Vivienda Promovida  y de proyectos de grandes dimensiones. Ahí estamos viendo proyectos que estarían superando los US$ 2.500 millones. Por supuesto que no todos se van a ejecutar, pero es probable que una gran parte sí lo haga, y para tener una referencia de magnitud, si pensamos que la inversión privada de UPM es en el orden de los US$ 3.000 millones, si se concretan estos US$ 2.500 millones de los proyectos presentados a la Comap son casi una UPM adicional. Es sumamente relevante y todo eso ya lo estamos viendo ahora, no tenemos que esperar.

¿Cómo se puede apuntalar un mayor crecimiento a mediano plazo?

La estrategia del gobierno fue mitigar los impactos de la pandemia a través de medidas coyunturales sobre las que ya hablamos, pero no se dejó de avanzar con su agenda de reformas estructurales.

Esta agenda tiene un rol clave en el crecimiento de mediano y largo plazo porque estas reformas involucran, por ejemplo, la regla fiscal pero también la reforma de la seguridad social y la reforma del mercado de combustibles y el relanzamiento de la Comisión de Valores con el objetivo de que el mercado de valores se vuelva más profundo y activo para poder canalizar a través del mismo más inversiones y generar mayor empleo. Todas estas reformas son sumamente relevantes para mejorar la eficiencia y la competitividad de la economía uruguaya en el mediano plazo y, al final, eso es parte de lo que se requiere para que el país crezca y se desarrolle y para la generación de empleo.


El perfil

En diciembre de 2020, Nicole Perelmuter abrazó el desafío de ser la directora de la Asesoría Macroeconómica del Ministerio de Economía y Finanzas tras la salida de Hernán Bonilla, quien pasó a ser asesor directo de la ministra de la cartera Azucena Arbeleche. Perelmuter es licenciada en Economía por la Facultad de Ciencias Económicas y Administración de la Universidad de la República. Se especializó en Finanzas en la Universidad Nacional de Rosario, Argentina, y una maestría en Economía en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. Comenzó su carrera profesional como investigadora en el Centro de Investigaciones Económicas (Cinve). “Aprendí muchísimo e hice muy buenos amigos además”, recuerda Perelmuter al evocar su experiencia en Cinve entre 2002 y 2006.

Luego, trabajó en organismos internacionales. “Estuve unos años en el BID, tanto en Washington como en Montevideo, y ese fue mi primer contacto con los organismos internacionales”, sostuvo, y agregó que luego estuvo casi 10 años trabajando como Economista País en CAF-Banco de Desarrollo de América Latina. 

“Los aprendizajes fueron muchísimos en aspectos profesionales y académicos, pero también en aspectos humanos porque me permitió trabajar con gente de diferentes países, contextos y culturas y eso es sumamente relevante”, recordó sobre esta experiencia.

En conversación con CRÓNICAS, la titular de la Dirección de Asesoría Macroeconómica señaló que incorporarse al equipo de gobierno le representó un desafío en lo personal y en lo profesional. 

“Es la gran oportunidad de apoyar al país desde otro lado. En los últimos años lo venía haciendo desde organismos generacionales, ahora es desde la propia cocina de las políticas públicas; así que es un desafío sumamente enriquecedor para mí”.