«No avalamos la microimportación porque desprotege la industria nacional»

Cambadu

“La única forma que veo con la que podría detenerse algo es estudiando todos los costos indirectos que se le cargan a un producto manufacturado o a materias primas que ingresan al país, afirmó Daniel Fernández, presidente del Centro de Almaceneros Minoristas, Baristas, Autoservicistas y Afines del Uruguay (Cambadu), relacionado a las nuevas discusiones que se presentan sobre las microimportaciones en Uruguay.

Sergio Botana, senador del Partido Nacional y ex intendente de Cerro Largo, propuso durante 2021 un proyecto de ley que permitiría las microimportaciones a los comercios fronterizos bajo la denominación “Patente de Introducción Fronteriza”.

Según el texto del proyecto, la aprobación autorizará la importación de hasta 15 bases de prestaciones y contribuciones (BPC) por viaje, lo que comprendería $77.460 -al valor actual- con una frecuencia de hasta tres veces por semana cuyo valor mensual no podrá exceder las 90 BPC mensuales -$464.760-.

Este proyecto ha resurgido como un secreto a voces dada la situación actual por la que atraviesa Uruguay, esto es: la diferencia cambiaria con Argentina que como consecuencia resalta la adquisición de productos en dicho país y la reventa dentro de Uruguay, así como la inflación que afecta principalmente a la canasta básica.

“No avalamos la microimportación porque desprotege la industria nacional y al comercio mayorista lo perjudica totalmente, debe haber otras medidas y controles para parar la inflación y la diferencia cambiaria”, sostiene Fernández.

“Hay que ver las vueltas de cargas fiscales que tiene un producto que ingresa al país, como aduanas, LATU, el ministerio que le corresponde al producto y los impuestos internos”, agregó.

Fernández se cuestionó qué se hará -si se aprobara el proyecto- en los departamentos que no comparten frontera con Argentina y si el gobierno será capaz de controlar y fiscalizar: “¿cómo hacemos para que no salga del daperatamento de Paysandú, Salto, Río Negro, Soriano y hasta Colonia y que no llegue al resto de los departamentos?”

Por otro lado, el presidente de Cambadu recordó el ejemplo que representa Salto “tenemos el bagashopping, todos van a comprar ahí, no permiten que entre ninguna autoridad,  ¿y ahora se quiere abrir y legalizar?”, se preguntó nuevamente.

Fernández mantiene una firme idea sobre el empleo fronterizo y su defensa. Entiende que los precios finales de los productos son determinados por las cargas fiscales y los costos indirectos que se le asignan.

“Defendamos la mano de obra en la frontera, porque cuando pasa una catástrofe como esta, en la que hace como 40 años que no hay una diferencia cambiaria tan grande, la única forma de parar eso para defender el trabajo es 0 kilo”, reforzó con seguridad.

Asimismo, Fernández habló sobre el problema de la inflación “donde más se ve es en alimentos y artículos de higiene, porque a la inflación la sentimos en la canasta de todos los días cuando vamos al mercado a comprar”.

Costos, empleo formal e inversiones extranjeras

Daniel Fernández puede imaginarse solo una solución al dilema de los costos y es “estudiando todos los costos indirectos que se le cargan a un producto manufacturado o a materias primas que ingresan al país”.

Vinculado a los costos impositivos, fiscales y al empleo formal y seguridad social, Fernández cree que “al país lo sostiene el empleo formal, que paga sus cargas fiscales y sociales. Ayudemos al que no tiene un trabajo formal, pero no le demos trabajo al informal para perjudicar al formal, porque si le damos herramientas para que dentro de la ilegalidad viva con puestitos ambulantes al ilegal, termina matando el comercio de la esquina que paga todos sus impuestos y que sus empleados están registrados con seguridad social como marca la ley”.

En ese sentido, “si el estado no recauda, el estado no puede pagar, busquemos un trabajo formal para el informal”, asegura el representante de Cambadu en línea con su anterior mención respecto a formalizar a los empleados mediante el sistema de previsión y seguridad social o a introducir a los desempleados a trabajos formales.

Por otro lado, Fernández opinó acerca de las inversiones extranjeras, en especial de multinacionales: “nos preocupa y nos ocupa esas inversiones extranjeras que hay en el rubro alimentación,  en el interior hay casos donde vienen  ellos como salvadores de la patria, con grandes emprendimientos, evasiones y liberación impositiva que le ofrecen para abrir esas casas y generan pocos empleo y muy mal pagos, remató.