En un semestre marcado por la fuerte demanda global de carne vacuna, Argentina fue el único país del Mercosur que redujo sus exportaciones. Mientras Brasil y Uruguay capitalizan nuevos mercados y rompen récords, la ganadería argentina enfrenta una fase de retención y mayor consumo interno. “La situación es más estructural que coyuntural”, advirtió en diálogo con CRÓNICAS el delegado de la Asociación Rural del Uruguay (ARU) ante el Instituto Nacional de Carnes (INAC), Ricardo Reilly.
Por Lucía Arregui | @luuarregui
Argentina fue el único país del Mercosur que exportó menos carne vacuna en el primer semestre de 2025 que en el mismo período de 2024. En un contexto de fuerte demanda global y precios en alza, los principales socios regionales —Brasil, Uruguay y Paraguay— aumentaron sus colocaciones al exterior, mientras el país vecino mostró una merma del 16,4% en volumen exportado. El dato se vuelve aún más significativo al compararse con Brasil, que alcanzó un récord de exportación con más de un millón de toneladas enviadas entre enero y junio, 30% más que el año pasado.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), Argentina exportó 312.600 toneladas peso producto en los primeros seis meses del año. Aunque los ingresos por exportación apenas variaron respecto a 2024, gracias a un aumento del 40% en el precio por tonelada, el retroceso en volumen contrasta con el resto del bloque.
“Es una situación estructural más que coyuntural”
Consultado por CRÓNICAS, el ingeniero agrónomo Ricardo Reilly, delegado de la ARU ante la Junta del INAC, sostuvo que la actual coyuntura de la carne vacuna sudamericana tiene componentes de fondo. “Estamos atravesando un momento interesante para la ganadería y la producción de carne en general. Es una situación que, contrariamente a lo que ocurría en años anteriores, parece más estructural que coyuntural”, afirmó.
Según Reilly, el desempeño regional se explica por la aparición de nuevos mercados que no figuraban en el radar hasta hace pocos años. “Están surgiendo oportunidades fuera de China, como Filipinas, Indonesia, Malasia o Vietnam, que son destinos de entre 200.000 y 300.000 toneladas anuales. También crecen Europa, Rusia, Israel, Egipto, Emiratos Árabes o Arabia Saudita. A su vez, Estados Unidos atraviesa el mayor déficit de producción de carne vacuna en 70 años, lo que no podrá revertir en el corto plazo”, detalló.
Uruguay reconfigura su estrategia exportadora
Frente a esa apertura de demanda, Uruguay ha sabido adaptarse. En 2023, el 60% de sus exportaciones de carne iban a China. En 2025, ese porcentaje se redujo al 33%, mientras que Estados Unidos pasó del 21% al 40% y la Unión Europea del 9% al 12%. Según Reilly, esa reorientación no es casual. “Uruguay ya viene redireccionando sus exportaciones desde hace un par de años, más que nada hacia el mercado estadounidense. Será clave no quedarnos estáticos y seguir trabajando por mejores condiciones de acceso”, afirmó.
Más consumo interno, menos exportación
Del otro lado del Río de la Plata, la situación argentina refleja un proceso inverso. Si bien el valor promedio por tonelada exportada aumentó considerablemente —superando los US$ 17.000 en el caso de la cuota Hilton—, el volumen total embarcado cayó. De acuerdo al entrevistado, esto se debe a una combinación de factores: “Hoy la ganadería argentina está en una fase de mayor retención, sumado a los altos volúmenes exportados en los últimos dos años, en el cual la hembra jugó un papel relevante en la composición de la faena”.
Brasil lidera en volumen y divisas
En contraste, países como Brasil han logrado aprovechar el auge del mercado internacional. “Brasil está casi un 30% arriba en volumen respecto a los récords del año pasado, y si lo llevamos a dólares, el ingreso de divisas está un 40% arriba”, señaló el representante de ARU. En ese contexto, destacó que no solo Brasil y Uruguay están viendo incrementos. “También suben países como Australia o Nueva Zelanda, en un marco de precios internacionales que vienen escalando al menos hasta ahora”, apuntó.
Competencia global y advertencia regional
Aunque el crecimiento de los mercados alternativos puede leerse como una buena noticia para la región, también presenta un desafío. “En un mundo tan convulsionado, será fundamental no quedarnos quietos en materia de inserción internacional”, remarcó Reilly. La advertencia adquiere peso si se tiene en cuenta que entre Estados Unidos y China explican el 45% de las importaciones totales de carne del mundo.
Pese al optimismo por el dinamismo de los mercados, Reilly advirtió sobre dos amenazas latentes que podrían cambiar el escenario. “Una de ellas es la política proteccionista y de ataque comercial que está llevando adelante Estados Unidos, donde hoy Brasil y China están en el ojo de la tormenta, pero el día de mañana le puede tocar a cualquiera, incluso a nosotros”, señaló.
En paralelo, China avanza en una investigación de salvaguardia para evaluar si el aumento de carne vacuna importada perjudica a su industria local. “Nadie tiene claro qué puede ocurrir, pero existe la posibilidad de que se impongan cuotas para el ingreso de carne. Habrá que estar muy atentos y moverse rápido si algo de esto sucede”, concluyó.