Aumento de la Tasa Consular encarecerá bienes de consumo, advierte la Academia Nacional de Economía

La medida > CONTRAVIENE COMPROMISOS NACIONALES ANTE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO

Ante la reciente aprobación por parte del gobierno al aumento de la Tasa Consular a las Importaciones, pasando del 2% al 3% para los bienes que tienen como origen el Mercosur y el 5% para los provenientes de extrazona –con algunas excepciones-,  la Academia Nacional de Economía comunicó su “profunda preocupación”.

En este sentido, la institución señala que no es una tasa, sino un arancel, lo que se aumenta y previene que la misma encarecerá los bienes de consumo importado, elevando los precios de estos y disminuyendo su demanda y, por consiguiente, la de las divisas, deprimiendo, de esta forma, aún más su precio.

A la vez, la Academia indica que se encarecerán los bienes intermedios, acrecentando los costos de producción de los empresarios nacionales que los utilizan como insumo para su producción, tanto destinado a su colocación en el país como en el exterior. “Como consecuencia se generaría un problema adicional de competitividad, con incidencia en los precios internos y la eventual reducción del volumen y monto de algunas exportaciones”, señala el comunicado de la institución.

Además, el mismo menciona que la suba de la tasa consular contraviene compromisos nacionales ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) y el Mercosur. El anuncio de Brasil de cuotificar las importaciones de lácteos de Uruguay podría ser una represalia, considera.

La medida tampoco aportaría a las conversaciones tendientes a lograr acuerdos comerciales del Mercosur con la Unión Europea y con la Asociación Europea de Libre Comercio, dado que implica que nuestro país de forma unilateral aumenta sus aranceles reales. “Un país pequeño, con un mercado interno de algo más de tres millones de habitantes, debe abrirse al mundo, como la teoría económica explica y la evidencia empírica avala”, señala el comunicado. Los que lo han hecho, agrega, son países exitosos, con alto nivel de ocupación e ingresos de sus habitantes.

Igualmente recuerda que durante el Siglo XIX y primer tercio del Siglo XX, Uruguay fue un país abierto al mundo, con un nivel de vida similar al de Estados Unidos de América y al de los países desarrollados europeos. A partir de 1930 el país se fue cerrando y perdiendo dinamismo. Con su política de Sustitución de Importaciones –que significa sustituir exportaciones por producción doméstica-, se llegó a un estancamiento de la economía, de la que se salió en la década de 1970, con reformas económicas, que implicaron una nueva apertura al mundo y a la región. En 1973 el Coeficiente de Apertura de la Economía uruguaya era de 26,2%; creció con altibajos y llegó a ser en 2008 de 64,9%; luego cayó hasta ser en 2016 de 41,4%.

De igual modo destaca que en los últimos años se descartó un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos –el mayor importador de bienes del mundo-, Uruguay se retiró de las conversaciones por el TISA, la ampliación del Tratado Comercial con Chile continúa sin ser tratada por el Parlamento –Si se llega a una ampliación del Tratado Comercial con México probablemente siga el mismo trámite, asegura la Academia-, y que  la posibilidad de un TLC con China también está en tela de juicio.

“Es necesario apoyar todos los esfuerzos que hace la Cancillería para insertar comercialmente a Uruguay en el mundo. En este sentido, el trabajo de Pharos/Academia Nacional de Economía con dECON, sobre las potencialidades para Uruguay de lograr nuevos acuerdos comerciales con países en el Pacífico, es elocuente.  Si se desea el bienestar de la población, un grado alto de ocupación, mejores salarios, y un sector empresarial más emprendedor, es imprescindible una adecuada inserción del país en el mundo”, cierra el comunicado.