Los denominados “robos piraña” se han vuelto un problema recurrente para comerciantes, tal como manifestaron en una reunión con el ministro del Interior, Carlos Negro; el presidente del Centro de Farmacias del Uruguay (CFU), Enrique Padial; el gerente general de la Asociación de Supermercados del Uruguay (ASU), Daniel Menéndez, y otras gremiales, en la sede de la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay (CCSU). Padial y Menéndez fueron entrevistados por CRÓNICAS y brindaron detalles sobre la importancia de este encuentro y los pasos a seguir.
Los robos rapiña se han vuelto un problema recurrente para las farmacias y algunos supermercados. Desde el comienzo de este año es más recurrente la modalidad de robos a locales en los que se dañan los vidrios para llevarse en escasos minutos mercadería exportada, como perfumes y cosméticos.
El martes 13 de mayo, la CCSU organizó una reunión en su sede con las empresas asociadas para hablar sobre los robos piraña, que contó también con la participación del ministro del Interior, Carlos Negro. “No hubo necesidad de convocarlo. Él se autoconvocó, fue muy bien recibido y no fue solo, llevó a todo su staff mayor y le dio a la reunión una importancia mayúscula”, recordó Menéndez.
En el encuentro abordaron los robos piraña ocurridos en los últimos meses y también un robo sucedido en un supermercado, lo que encendió las alarmas por la posibilidad de que el proceso avance a otro tipo de comercios.
A partir de esa instancia se formó una comisión de trabajo desde la CCSU con el apoyo del Ministerio del Interior y la integración de distintas gremiales para trabajar en posibles soluciones. No está claro aún quiénes la integrarán, pero Padial aseguró que el trabajo seguirá en contacto directo con la cartera. Menéndez comentó que se le trasladó al ministro la preocupación por la normalización de estos hechos y que el jerarca respondió con planes de inteligencia para combatir la problemática.
La moto como herramienta
Uno de los aspectos discutidos en la reunión fue la utilización de motos para estos robos. Padial explicó que se mira con desconfianza a quienes tienen moto “porque siempre es el elemento común en todos estos actos delictivos”. Ante este hecho, Negro propuso limitar su acceso y pedir un registro adecuado. Menéndez y Padial coincidieron en que puede ser una solución, aunque no la única.
El integrante de la ASU explicó a CRÓNICAS que ese vehículo “se compra como quien compra un electrodoméstico” y argumentó que comprar un auto no es tan fácil por la cantidad de datos solicitados.
Un sistema de cámaras unificado
Otra de las propuestas del Ministerio del Interior incluye la unificación del sistema de cámaras entre locales con el centro de monitoreo policial para facilitarle a la policía la identificación de quienes tienen la intención de delinquir. El presidente de la CFU remarcó que desde el sector buscan minimizar los riesgos a partir de la utilización de cámaras, sobre todo al interior de los locales, y que comparten las grabaciones con la policía apenas ocurre uno de estos hechos.
Sobre la propuesta del ministro, Menéndez expresó que “todo lo que sea para colaborar, a nosotros nos encuentra en la misma vereda”. Subrayó que lo más importante es la inteligencia que logre la policía a partir de las cámaras para notar cuándo dos motos confluyen en una esquina con la intención de robar un comercio, y que puedan de esa manera detenerlos.
Un sector afectado
El presidente del CFU aseveró que los robos piraña comenzaron a afectar a los empleados, ya que no quieren cubrir ciertos horarios. A su vez, impactan sobre el consumidor, dado que “a veces va con miedo a distintos lugares a hacer sus compras, porque tiene la sensación de que puede ocurrir algo de este tipo”. Mencionó que hasta el momento la pérdida ha sido únicamente material de farmacia y cosmética importada, pero que su temor recae en que pase a un mayor nivel.
Esta situación no se reduce a los locales, sino que también les sucede a los cadetes: “Muchas veces un cliente quiere que le mandemos un medicamento que necesita por determinado motivo y estamos enviando a alguien que corre el riesgo con la moto, su celular, los pedidos que lleva, el dinero que ya haya recaudado, los equipos de POS”. La situación llevó a restringir los lugares a donde llegan los pedidos y los clientes suelen tomarlo a mal. En la misma línea, Padial declaró que la pérdida puede pasar de ser económica a peligrar la integridad de quien lleva los pedidos y que esa es su mayor preocupación.
Menéndez espera que la situación no implique un aumento de los costos. “Si me tengo que empezar a encerrar, a poner los perfumes atrás de una reja, a poner más cámaras, más alarmas, más guardia y seguridad, también aumentan los costos”, argumentó.