Ante la decisión del paro de taxis el pasado 25 de diciembre, Óscar Dourado, presidente de la Gremial Única del Taxi, la calificó de “inútil”, cuestionándose cuál sería el paso a seguir luego de ello. Así, insistió en que se utiliza al paro “siempre que tenemos la desgracia” de que fallece un compañero del sector, pero también “porque lo robaron y golpearon, y a veces por otros motivos”.
El pasado lunes 24, en vísperas de Nochebuena, un taxista apareció asesinado, junto con su vehículo incendiado. El hombre estaba desaparecido hacía 24 horas.
Frente a esta situación, el Sindicato Único de Automóviles con Taxímetro y Telefonistas (Suatt) inició una huelga a modo de protesta, y la Unión Nacional de Obreros y Trabajadores del Transporte (Unott) resolvió hacer un paro general el martes siguiente.
Óscar Dourado, presidente de la Gremial del Taxi, calificó esta medida como “inútil”, y se cuestionó qué sucedería luego. “Se usa el dolor de una familia y de un gremio en forma desproporcionada, pero después del paro, ¿qué hacemos?”, arremetió en diálogo con CRÓNICAS.
De esta manera, afirmó que esta “medida extrema” -como denominó al paro- se usa “siempre que tenemos la desgracia” de que un compañero del sector fallece, pero también cuando “lo roban y golpean, y a veces por otros motivos”. Por esto, advirtió que si se decide recurrir siempre al paro, no se llegará a resultados distintos.
Visión contrapuesta
Según informó la agencia EFE el pasado lunes, sobre lo ocurrido, el secretario general del Suatt, Federico Pereyra, dio su opinión de los hechos.
«No nos es grato para nada detener las actividades por estas situaciones, pero es lo que históricamente hace este sindicato. No importa la fecha, lo que importa es la gravedad de la situación, y en ese sentido solidarizarnos con la familia, respetarla, y apelar a que la población en su conjunto también comprenda la situación», manifestó el dirigente.
Ante estas palabras, Dourado opinó que el secretario está equivocado. Afirmó, en la misma línea, que “la sociedad en su conjunto sufre porque hoy matan a un carnicero o un almacenero”, es decir, no distingue según la profesión.
Es así que indicó que para males generales como la inseguridad, no hay soluciones individuales. Según el sindicalista, se debe buscar una solución “que nos comprometa a todos y que sea a favor de todos los uruguayos”, abogando por una respuesta “colectiva”.
La mampara no se toca
Entre todo esto, Dourado volvió a poner sobre la mesa un viejo tema de discusión: la mampara en los vehículos. Insistió en que es el vidrio divisor entre chofer y pasajero la “queja más grande” que históricamente tiene el taxímetro. “Pero si sabemos que es obsoleta, que no da resultado, ¿por qué no le damos comodidad al usuario?”, cuestionó el dirigente.
En este sentido, puso énfasis en la necesidad de buscar el cambio, para lo cual planteó remover la mampara por “alguna otra idea que pueda ayudar” tanto al sector del taxi como a la sociedad en su conjunto.
Por último, se refirió también al hecho de que la Intendencia de Montevideo disponga por obligación el uso de la mampara en los taxis de la ciudad.
“La comuna así lo dispone porque tiene temor a tomar la medida y que después lo critiquen”, indicó. Agregó que si se hubiera removido la mampara hace un mes y si se daba la muerte del conductor igual, “todo el mundo le iba a echar la culpa al intendente Daniel Martínez”.
“El resultado de la muerte capaz que lo hubiéramos sufrido igual, esa es la realidad”, finalizó.