Falla en seguridad no está en la carencia de recursos, sino en la falta de estrategia

El 73% de los delitos > no son denunciados

Para el consultor en seguridad, Edward Holfman, uno de los factores del aumento de delitos radica en una sensación de impunidad por parte de los delincuentes, así como también una ausencia de experiencia por parte de la policía.  Un informe de Fundapro señala que entre enero y abril de este año aumentaron un 81% los homicidios en comparación al mismo período del año anterior.

Por Anahí Acevedo | @PapovAnahi

El primer crimen de 2018 tuvo lugar apenas un par de horas después de comenzado el año. En Piedras Blancas, un hombre de 34 años fue ultimado por su cuñado en medio de los festejos. Desde ese momento hasta hoy han ocurrido más de 147 homicidios, según un informe del Observatorio de Seguridad de la Fundación Propuestas (Fundapro) divulgado la semana pasada. Esta cifra significa un incremento del 81% en contraste al primer cuatrimestre de 2017.

Sobre esta situación, Edward Holfman, director de The Guardian Group y especialista en seguridad, aseguró a CRÓNICAS que no se reconoce que hay un problema de seguridad y sostuvo que “en vez de buscar soluciones, la sociedad se enfrasca en cuestiones ideológicas o de desacreditar al que piensa diferente”. El incremento en el número de delitos responde a una sensación de impunidad por parte de los criminales, advirtió el especialista. Es por esto que entiende que no es necesario endurecer las penas sino, simplemente, “hacerlas cumplir”.

El incremento en la rapidez de respuesta de la policía tuvo su consecuencia, según Holfman, dado que es uno de los factores causantes de que los delincuentes ejerzan mayor violencia en sus atracos: deben actuar antes de que las autoridades arriben a la escena.

Los criminales son conscientes del tiempo estimado en el que pueden estar privados de libertad, y de que las posibilidades de ser atrapados son bajas, lo que les otorga iniciativa para cometer sus delitos. Respecto a esto, Holfman señaló que la delincuencia uruguaya “es profesional” y que los institutos de rehabilitación son en realidad “posgrados de delitos”, donde muchas veces surgen bandas.  “No hay una política de seguridad”, aseguró. Comentó que las nuevas formas de combatir el delito engloban a la policía, la cárcel, la justicia, los legisladores y la población”.

Además, el especialista hizo énfasis en que más del 70% de quienes salen de la cárcel reinciden, por lo que  propuso la colocación de una tobillera a quienes egresan de la penitenciaría por un tiempo determinado, para cerciorarse de que los mismos lleven un comportamiento adecuado y consigan un trabajo para sustentarse

La nueva policía

Holfman comentó que Uruguay tiene, en relación a la media de Latinoamérica, mayor presencia policial que lo recomendado, por lo que la problemática de seguridad no está relacionada a una cuestión de recursos, sino a capacitación de estrategia en seguridad pública. En cuanto a esto, señaló que no hay una política en ese sentido. “Antes se resolvían muchos más casos de homicidio y hoy no se llega ni a la mitad de los que se deben aclarar”.

Para el especialista, la nueva policía “ha dejado de lado la experiencia y ahora tiene gente joven”. En este sentido, añadió: “La gente vieja se fue porque se cansó del sistema, y ese personal era valioso”. Para el especialista, la policía ha perdido la cercanía con la población. El aumento de tecnología parecería no ser suficiente y, por su parte, el “factor humano está fallando”, dijo. En este sentido, expresó: “Las medidas tienen que ser preventivas, no reactivas después de que pasa la situación”. El primer anillo de seguridad es la seguridad pública, explicó, pero las medidas para disuadir el delito no están funcionando.

La policía tiene que prevenir el delito, y la forma de hacerlo es controlando, remarcó “¿Cómo una moto sin matrícula viene desde el Cerro y roba en Carrasco, pasando por muchas cámaras de seguridad, y nadie ve nada?”, se preguntó. Por otra parte, remarcó que normalmente, a las pocas horas de que los delincuentes comenten un homicidio, estos están identificados, por lo que subrayó una falta de control en las cámaras de seguridad ante situaciones sospechosas.

 “Hay cosas que están fallando y se ven en los resultados. Que los delitos hayan aumentado un 81% y que el 73% de las víctimas no lo hayan denunciado te da la pauta de la situación en la que se está”, expresó el especialista.

De igual forma, comentó que el 73% de la gente que fue víctima de delito no lo denuncia, debido, mayormente, al tiempo de demanda de los trámites. Esto afecta en el sentido de que, según dijo el especialista, a las zonas donde no se reportan delitos no son proporcionados patrullajes especiales.

Acerca de los robos y daños a los cajeros automáticos, el especialista opinó que se deben pensar ciertas medidas con los ojos puestos en países que instrumentaron un sistema para enfrentar la situación que hoy padece Uruguay. “La red privada de cajeros está cerrando cajeros, y el Banco República va a extender la red. A veces no se entienden ciertas situaciones”, opinó.

La cultura de prevención es casi el 90% de que una persona no sea víctima del delito. Un 5% responde a la acción y el otro restante 5% a la suerte. El experto recomienda, ante un delito, no oponer resistencia ni mirar a los ojos al atacante y, en cambio, cumplir su demanda de forma tranquila. A quienes son padres les aconseja hablar con sus hijos sobre seguridad pero sin alarmarlos, para que no generen un miedo que los ponga nerviosos.


La responsabilidad del empleador

A comienzos de la semana pasada un joven trabajador de un autoservicio fue asesinado en medio de una rapiña en su lugar de trabajo. Un día después, durante el acto del 1º de Mayo, la secretaria de Federación Uruguaya de Empleados de Comercio y Servicios (Fuecys), Abigail Puig, comentó: “Los empresarios tienen que ver, no se hagan los distraídos en esto”.

Consultado sobre su opinión acerca de la responsabilidad de los empleadores en la seguridad del local, Holfman opinó que para muchas empresas, esta temática es más bien un gasto y no una inversión, y que normalmente, cuando las ventas no son las aspiradas, los primeros rubros que se reducen son la limpieza y la seguridad.

“En ocasiones uno nota que ciertos empresarios reclaman con determinada energía al gobierno el brindar mayores medidas de seguridad, pero dentro de sus locales no cuentan con los recaudos correspondientes en cuanto al manejo de efectivo o los riesgos a los que se exponen”, dijo.