Con más de 20 millones de visitantes, la Expo Osaka se consolidó como una plataforma de oportunidades para Uruguay. El pabellón nacional ya recibió a casi tres millones de personas, casi superando la población de nuestro país. En diálogo con CRÓNICAS, Benjamín Liberoff repasó los aprendizajes que deja esta experiencia, además de los contactos generados y las perspectivas hacia 2030, con un énfasis en diversificar mercados y fortalecer la cooperación con Japón.
La Expo Osaka 2025 se convirtió en una vitrina global donde Uruguay—que sigue participando del evento— buscó consolidar su posicionamiento internacional. El pabellón nacional, instalado en el área de sostenibilidad, recibió a casi tres millones de visitantes, y la cifra crece día a día. Para Benjamín Liberoff, exsubsecretario de Turismo y actual comisario de la delegación uruguaya en la expo, ese dato resume el alcance de la estrategia. “Van a haber pasado, cuando la feria cierre el 13 de octubre, más visitantes por nuestro stand que habitantes tiene Uruguay. Eso en sí mismo es un dato, porque es una operación de posicionamiento”, destacó.
La feria, que reúne a 150 naciones, permitió al país incursionar en un escenario donde la presencia era limitada. “Vamos a haber hecho una experiencia de posicionamiento en un país y en una región donde el Uruguay tenía poca experiencia, sacando China, pero objetivamente donde vive el 40% de la población mundial”, señaló. En ese sentido, destacó que la exposición abrió la puerta a rubros que hasta ahora avanzaban “por inercia”, pero que con nuevos contactos pueden proyectarse con mayor fuerza.
Vínculos históricos y aprendizajes
El Día Nacional de Uruguay, celebrado el pasado 19 de junio, fue una de las instancias más relevantes, y en ese sentido, Liberoff subrayó la importancia de más de un siglo de cooperación con Japón. “Haber tenido más de 100 años de cooperación con ese país significa la posibilidad de aprender cómo poner luces largas, independiente de nuestro tamaño, con relación a qué queremos hacer en el futuro”, señaló.
El intercambio no se limitó al comercio; desde los más de mil estudiantes becarios uruguayos que se formaron en Japón, hasta las donaciones para todas las intendencias del país, los vínculos abarcaron múltiples áreas. Según mencionó, uno de los aprendizajes más valiosos fue comprender la formalidad y la preparación japonesa en cada instancia: “Cada vez que pedimos una entrevista hay que generar un formulario con quiénes van a ir, qué currículo tienen y de qué quieren conversar. No es un problema de formalidad, es que ellos se quieren preparar correctamente para atender esa reunión”.
La participación uruguaya también incluyó reuniones con grandes conglomerados como Hitachi y Kawasaki. “Voy por la movilidad, voy por el riego. Pido que el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) haga lo que es prioritario de plantear y que queremos que ellos nos aporten. En turismo tenemos que ubicar los temas de naturaleza, pero sin gente, porque es lo que a ellos les llama la atención”, detalló.
El asesor explicó que Japón tiene una capacidad de innovación destacada en áreas como el riego y la movilidad, lo que genera oportunidades para el agro y otros sectores productivos. En paralelo, en el pabellón se impulsaron actividades de promoción turística vinculadas al golf, el vino, la gastronomía y el patrimonio cultural.
Además de los contactos institucionales, hubo avances en proyectos específicos. “Hay un proyecto con el MGAP sobre acuicultura. Ha habido firmas de diseño y confección de prendas en lana virgen que tienen posibilidades de crecer. Algunas actividades vinculadas a los superalimentos derivados del tannat también están en negociación, así como la apertura de mercados para productos cárnicos”.
La feria también ha sido útil como plataforma para asociar a Uruguay con hitos deportivos, como la clasificación al Mundial 2030 y los triunfos de selecciones nacionales en rugby y otros deportes, como el de Julia Paternain, la uruguaya que ganó el bronce en la maratón del Mundial de atletismo de Tokio 2025.
Mirada hacia el futuro
Liberoff insistió en que la Expo no debe verse como un evento aislado, sino como parte de una estrategia de inserción internacional. “Esto no se va a resolver de aquí a que termine el 13 de octubre ni este año. Son cosas para mirar a futuro, como lo fue el proyecto Japón-Mercosur, los hermanamientos de ciudades o la llegada de consultores japoneses en áreas como accesibilidad, movilidad y riego”.
También advirtió que Uruguay debe seguir diversificando su agenda internacional. “No es solo un problema discutir aranceles. Es cierto que hay que discutirlo, porque son un problema, pero algunas cosas deben tener, por lo menos, un ratito de mirar por fuera de la caja para ver qué podemos introducir”, subrayó.
De la vitrina global a la estrategia país
El próximo 20 de noviembre se realizará una evaluación pública junto con Cancillería para repasar logros y aprendizajes. Liberoff adelantó que allí se expondrán los resultados y se propondrán mecanismos de seguimiento. “Creo que el Parlamento debe tener un rol, no solo de escucharnos, sino también de darle continuidad a este tipo de iniciativas. La interparlamentaria es un ámbito también para hacer posicionamiento de Uruguay de cara a 2030”, sostuvo.
El comisario de la delegación finalmente sostuvo que “este tipo de feria es un banco de experiencia, no solo para el país, sino también para los emprendedores”.