Los ómnibus eléctricos reducen la contaminación acústica

Según > estudio del proyecto Movés

Según el estudio la  contaminación sonora de los buses eléctricos es inferior a la de los tradicionales. Un estudio realizado por el proyecto Movés, que coejecuta el MIEM, comparó el nivel de ruido, bajo diferentes condiciones de testeo, entre unidades convencionales diésel y unidades eléctricas. La diferencia del Nivel de Presión Sonora (NPS) para las tecnologías eléctrica y convencional son muy significativas en los escenarios de vehículos detenidos, acelerando y circulando a bajas velocidades (<30 km/h), tanto dentro como fuera de las unidades.

Con el objetivo de promover un cambio cultural hacia modos de movilidad más sostenibles, el proyecto Movés, coejecutado por el Ministerio de Industria, Energía y Minería, realizó una consultoría para evaluar la contaminación acústica de las distintas tecnologías de transporte público capitalino. El estudio compara el nivel de ruido bajo diferentes condiciones de testeo entre unidades convencionales diésel y unidades eléctricas, y obtuvo elementos de prueba que permiten determinar el nivel de contaminación acústica al cual están expuestos los usuarios y trabajadores del transporte público, así como la población en general.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ruido es uno de los riesgos ambientales más importantes para la salud. La exposición al ruido puede provocar efectos auditivos y no auditivos: a través de una lesión directa en el sistema auditivo, el ruido provoca efectos como pérdida de audición y tinnitus; al mismo tiempo, puede ser un factor estresante que ha demostrado tener un efecto adverso, especialmente después de una exposición prolongada. 

El estudio se realizó en dos unidades eléctricas (E1a y E1b), con menos de un año de operación, y dos unidades diésel, una de ellas Euro V (C1) con menos de un año en circulación y la segunda con más de cinco años de actividad (C5). Gracias a la colaboración del Automóvil Club del Uruguay, las mediciones se realizaron en el Autódromo Vìctor Borrat Fabini, ubicado en El Pinar. Fueron desarrolladas en tres escenarios distintos: unidad encendida pero detenida (vehículo en ralentí), unidad en arranque (0 a 25 km/h) y unidad a velocidad constante de 10, 20, 30, 40, 50 y 60 km/h.

Hallazgos

La diferencia del Nivel de Presión Sonora (NPS) para las tecnologías eléctrica y convencional son muy significativas en los escenarios de vehículos detenidos, acelerando y circulando a bajas velocidades (<30 km/h), tanto dentro como fuera de las unidades.

Estas diferencias representan un argumento importante a favor del transporte público eléctrico, dado que la operativa habitual de vehículos del sistema de transporte metropolitano implica ciclos permanentes de detención, aceleración, circulación a velocidades bajas y desaceleración en distancias cortas. En todos los escenarios, el transporte eléctrico tiene un desempeño significativamente mejor.

Es importante recordar que la velocidad operacional promedio del transporte colectivo en la ciudad, según muestra el indicador del  Observatorio de Movilidad de Montevideo, es inferior a 30 km/h en la mayoría de las líneas, por lo que esta diferencia en el Nivel de Presión Sonora (NPS) es significativa en la operativa habitual de los ómnibus.

Según el documento divulgado por el proyecto Movés, la incorporación de unidades eléctricas genera un impacto significativo para mitigar la contaminación sonora asociada a los sistemas de transporte así como también para mejorar el confort de sus usuarios y las condiciones laborales de sus trabajadores. Esta incorporación, uno de los ejes en los que trabaja el MIEM de cara a la segunda transformación energética de Uruguay, representa una mejora en el entorno acústico de núcleos urbanos, considerando que el tráfico representa una de las principales fuentes de contaminación acústica en este tipo de ambientes.