Raúl Montero: “El desafío es devolver a la naturaleza un agua que no impacte en forma negativa”

EDICIÓN ESPECIAL | DÍA MUNDIAL DEL MEDIO AMBIENTE

Presidente de OSE


El vínculo que tiene OSE con el ambiente es de gran importancia: el ente tiene la tarea de extraer el agua de la naturaleza y, luego de depurarla, devolverla a ese ámbito. En ese camino surgen diversos desafíos que necesitan especial atención. Por otro lado, el organismo tiene el objetivo de avanzar en la cobertura de alcantarillado sanitario en el interior del país.

-¿Qué rol cumple la OSE en lo relativo al cuidado ambiental?

-La relación que tiene OSE con el ambiente es muy estrecha, muy intensa y de una importancia superlativa. El organismo extrae el agua del ambiente natural, sea superficial o subterránea, la potabiliza, removiendo aquellos elementos indeseados, la distribuye a la población y, luego de que esta la utiliza, OSE la recibe en sus sistemas de alcantarillado sanitario, la depura y la vuelve a volcar en el ambiente. Esto es lo que se llama el ciclo urbano del agua.

-¿Cuáles son los mayores desafíos ambientales en el contexto actual?

-Asistimos en estos tiempos a un deterioro de la calidad del agua que circula por la naturaleza en lo que se llama el ciclo hidrológico del agua. Ese deterioro viene dado por el propio crecimiento poblacional del planeta en lo atinente sobre todo a la producción de alimentos. Cada año se suman al planeta más de 80 millones de habitantes que hay que alimentar. La agricultura y las aglomeraciones urbanas son responsables de ese deterioro que mencionaba. El impacto más relevante es el vertido a cursos de agua de nutrientes, fósforo y nitrógeno, que contribuyen al desarrollo de algas que alteran manifiestamente los cuerpos de agua.

Para OSE el desafío es, en primer lugar, potabilizar el agua que extrae de la naturaleza, esa agua que cada vez requiere más atención en su purificación, tanto por la calidad con la que se extrae como por el seguimiento de normas más estrictas. Y, en segundo lugar, el desafío es devolver a la naturaleza, a los cuerpos receptores, un agua que no impacte en forma negativa, siendo depurada en las instalaciones que se construyen para tales fines.

-¿Qué objetivos se han marcado en línea con la preservación del medio ambiente?

-En materia ambiental, Uruguay tiene una regulación muy estricta, muy avanzada, que data de muchas décadas, a través de las cuales se ha ido actualizando y perfeccionando. Tal es el caso del Decreto 253/79, en el cual se aprueban normas que tienen por objeto prevenir la contaminación ambiental mediante el control de la contaminación de aguas. Este decreto es derivado del Código de Aguas de diciembre de 1978, y a través de sucesivas modificaciones y aportes de otras normativas conforma un marco jurídico que garantiza el cuidado ambiental.

Los dos objetivos fundamentales son, por una parte, cumplir estrictamente con la normativa vigente y, por otra parte, avanzar en la cobertura de alcantarillado sanitario en el interior del país, donde la mitad de la población no tiene ese servicio y que es de justicia con la gente y con el ambiente que lo tenga. La falta de servicio de alcantarillado y posterior depuración provocan una contaminación difusa muy difícil de manejar.