Sebastián Peaguda: “Es imprescindible iniciar un proceso de reforma previsional antes de que sea urgente”

EDICIÓN ESPECIAL SOBRE SEGURIDAD SOCIAL

Presidente de la Asociación Nacional de AFAP


La reforma de la seguridad social está fuertemente vinculada a la convivencia pacífica de la sociedad y al desarrollo económico del país. De la forma en la que está diseñado el sistema en la actualidad, necesita recursos que ponen en riesgo otras áreas de gasto del Estado, lo que vuelve imprescindible que se encuentre una solución a ese problema de manera inmediata.

-Con el objetivo de garantizar la sustentabilidad del sistema previsional, está sobre la mesa la necesidad de una nueva reforma. ¿Qué importancia tiene, según su opinión?

-El diseño puro de reparto, llamado otrora de “solidad intergeneracional”, hace tiempo que no funciona de esa manera. No es culpa del diseño ni de la gestión en el fondo, sino de su inadecuación al contexto —masiva longevidad, menor natalidad, cambios en las formas de trabajo—. El conservadurismo con el que se defiende este tipo de sistemas es alarmante. La seguridad social, tal como está diseñada, requiere recursos económicos crecientes que ponen en riesgo otras áreas de gasto del Estado.

En ausencia de una gran conciencia colectiva, la fragmentación social y política parece encontrar un lugar para mostrar su capacidad de maximizar los intereses del corto plazo —no cambiar nada—. En el largo plazo, sabemos que convivir con estos desequilibrios es precedente de crisis económicas que son difíciles de olvidar, pero cuyas enseñanzas no siempre son valoradas.

-En lo que respecta a la competencia de las rentas previsionales, hoy solamente está el Banco de Seguros del Estado participando en ese mercado. ¿Cree que esto debería reverse?

-Se hace evidente que hay una falla que debe ser subsanada, ya que el mercado permite competencia y no la hay. Cuando ese actor es estatal, el problema es más grande y debe ser remediado de inmediato, porque no tiene sentido una capitalización individual y una desacumulación colectiva estatal. Las AFAP (Administradoras de Fondos de Ahorro Previsional) no pueden, por regulación, participar en ese mercado.

Es claro que debe revisarse el tema de las rentas previsionales, no solo de los detalles de su cálculo, sino de su pertinencia como producto único para cubrir las necesidades que se debe atender. Hay normas de carácter constitucional que definen ciertas características que deben respetarse, pero hay un espacio grande de modernización de productos que pueden cumplir los fines previstos. 

Si se separan los riesgos, seguramente el mercado se desarrollará en pos del beneficiario. Claramente, la parte larga e imprevisible de la longevidad podría quedar en manos del Estado, mientras que la parte efectivamente asegurable es un producto en el que la competencia podría traer un aporte muy grande.

-¿Qué riesgos cree que se correrían en caso de que no se logre un acuerdo de cara a una reforma del sistema?

-La inadecuación de los sistemas de reparto como medio mayoritario para cubrir las prestaciones sociales tiene un sustento técnico que ya está laudado. Si uno busca infinitas fuentes de financiamiento, el problema desaparece, pero también lo hace el concepto de reparto o financiación intergeneracional.

Esta bomba de tiempo demográfica para los sistemas de reparto está instalada, y lo que podemos hacer es ir desactivando el daño que puede representar darnos cuenta muy tarde de su inadecuación. 

Es imprescindible iniciar un proceso de reforma previsional antes de que sea urgente, asegurar un proceso continuo de ajustes que requieren toma de decisiones técnicas y políticas. Es un tema de convivencia pacífica y de desarrollo económico.

En caso contrario, la discusión distributiva llega antes que la racional. Miremos todo lo antedicho en base a lo acontecido últimamente en las cajas paraestales —20% del total— y extrapolemos al sistema principal para ver la magnitud del desafío.