Según criminólogo, hay delitos “invisibilizados” que las políticas de seguridad no toman en cuenta

Calificó como “distorsionada” la información sobre delitos del Ministerio del Interior

Hace algunos días se hicieron públicos los datos sobre delitos recogidos por el Ministerio del Interior, que arrojaron una baja del 1% en homicidios y un mayor decrecimiento de hurtos, rapiñas y abigeatos durante el 2024 en comparación con el 2023. La forma en que se expusieron las cifras fue cuestionada por el criminólogo Gabriel Tenenbaum, quien, en diálogo con CRÓNICAS, expresó no estar de acuerdo con la forma de elaboración de las gráficas y el corte temporal realizado por parte del organismo encargado de las políticas públicas relacionadas con la seguridad ciudadana. Además, destacó que el desplazamiento” de un delito a otro, que muchas personas que delinquen realizan, no se toma en cuenta a la hora de presentar las estadísticas.

Luego que el Ministerio del Interior presentara hace algunos días los datos sobre ciertos delitos, indicando que los homicidios alcanzaron una meseta y que el hurto, la rapiña y el abigeato descendieron en el 2024 en comparación con el 2023, y que en el caso particular de los homicidios se elaborara una gráfica donde el eje vertical, que representa la cantidad de casos, inicia en 200 en vez de en cero, algunos especialistas respondieron criticaron dicho mecanismo, entre ellos el criminólogo Gabriel Tenenbaum.

Con ese contexto como marco, en diálogo con CRÓNICAS, Tenenbaum hizo hincapié en que la información fue presentada de “manera distorsionada”, lo cual califica como “un problema bastante grave” porque lleva a “interpretaciones equivocadas”. 

Distorsiones en la presentación de datos 

El especialista mencionó que la construcción de las gráficas, al no iniciar en cero, altera la percepción de la evolución de los homicidios, rapiñas y hurtos, acentuando las diferencias entre los años. A su vez, explicó que el corte temporal que se hizo “fue muy apresurado” y no da cuenta de homicidios que pueden reconocerse como tales tiempo después, como puede ocurrir con “tentativas de homicidios, desapariciones y muertes por legítima defensa que pueden terminar siendo homicidios”.

El criminólogo sostuvo que una manera de hacer cara a este problema es “calendizar” la difusión de los datos. Esto implica establecer un cronograma fijo y conocido por todos los actores para la publicación de estadísticas, de forma similar a lo que se hace con los indicadores de pobreza y desempleo. De esta manera, se tomarían los recaudos necesarios para que la información difundida sea clara y libre de distorsiones, aclarando que las cifras de homicidios pueden cambiar a futuro. 

El “desplazamiento” delictivo

Otro hecho que destacó fue que el Ministerio del Interior, al no recibir información sobre todos los tipos de delitos, no da cuenta en sus informes de patrones en el “desplazamiento” delictivo. Esto refiere a que “quienes cometen delitos se desplazan entre algunos delitos” dependiendo de las circunstancias, como por ejemplo alguien que comete un hurto y luego comete una rapiña. Señaló que esto también ocurre “con muchos delitos asociados al mercado de las drogas”. Sin embargo, remarcó que “hay una gran diferencia de cometer un delito entre esos y cometer un delito como un homicidio o una violación”. En estos casos sí identificó “saltos”, donde entran en juego otros factores en su explicación.

“Cometer una rapiña implica enfrentarse a otro con violencia, lo que significa un riesgo para quien lo hace. En cambio, cometer una estafa telefónica o cometer un delito de drogas, que puede ser guardar una sustancia o transportarla, suele implicar menores riesgos. En estos casos, no hay ningún salto, y una persona racional puede desplazarse entre estos delitos buscando la mejor rentabilidad y tratando de que la exposición al riesgo sea menor”, expresó. 

Debido a la carencia de información más detallada sobre la actividad delictiva brindada por el Estado, en las bases de datos tanto del Ministerio como de Fiscalía no se puede dar cuenta de este “desplazamiento”. En esta línea, Tenenbaum ejemplificó que si disminuyeron los hurtos y rapiñas, pero aumentaron otros delitos, no se ve reflejado en los informes y se brinda una visión parcial y sesgada del fenómeno delictivo. 


Los crímenes “invisibilizados”

El especialista también subrayó la existencia de delitos “invisibilizados” en Uruguay, ya que la persecución estatal de ellos es limitada. Para el entrevistado, esta falta de atención es consecuencia de que las prioridades políticas en materia de seguridad apuntan principalmente a delitos más visibles, como lo son los homicidios, hurto o rapiñas, y dejan de lado a otros como la corrupción, el lavado de activos, la trata de personas, la explotación sexual y el tráfico de armas.

Para Tenenbaum, la carencia de acción para enfrentar estos delitos se debe a que, en su mayoría, las políticas de seguridad del país están enfocadas a delitos contra la propiedad y el microtráfico de drogas. “Nos encontramos más bien con medidas concretas, muchas de ellas vinculadas con estrategias y tácticas policiales de represión”, afirmó.

Agregó que el fortalecimiento de las instituciones y la evidencia científica son claves para tratar estos problemas. “Hay una desacreditación al saber científico y a la producción de conocimiento”, aseguró, refiriéndose a que muchas veces las tomas de decisiones políticas se basan más en intuiciones o intereses económicos, en vez de en la evidencia disponible.