Cepal realizó fuerte corrección a la baja en proyecciones de crecimiento para 2019

Tijera > Al escaso dinamismo interno se suma un escenario global desfavorable

Mientras que en diciembre el organismo de Naciones Unidas esperaba un crecimiento de América Latina de 1,7%, en su último informe proyectó que la región apenas se expandirá un 0,5%. Al igual que la mayoría de los países del continente, la proyección puntual para Uruguay también fue corregida a la baja, pasando de una expansión esperada de 1,5% a la actual de apenas 0,3%.

La Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (Cepal) estima que durante el año en curso “el crecimiento económico de la región mantenga una trayectoria descendente, debido a un contexto internacional con mayores incertidumbres y complejidades, y a un débil comportamiento de la inversión, las exportaciones y el consumo”.

Así surge del “Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2019” el último informe del organismo de Naciones Unidas, que proyecta que la región crecerá este año solo un 0,5%, cifra inferior al 0,9% registrado en 2018, y notoriamente por debajo del 1,7% que se proyectaba para este año en el informe de diciembre. Cabe señalar que el dato de 2018 también fue menor al 1,2% que estimaba el informe de diciembre.

El estudio de Cepal está en sintonía con el recientemente publicado por el FMI (ver recuadro) que espera una expansión del 0,6% para América Latina.

El comunicado del organismo señala que el peor desempeño se debe “a los efectos de un debilitamiento sincronizado de la economía global, lo que ha implicado un escenario internacional desfavorable para la región. Asimismo, en el ámbito interno, el bajo crecimiento se debe al poco dinamismo exhibido por la inversión, las exportaciones y a una caída del gasto público y del consumo privado”.

A diferencia de lo sucedido en los últimos años, en 2019 la desaceleración de la economía será generalizada y afectará a 21 de los 33 países de América Latina y el Caribe. A nivel de regiones, en promedio se espera que América del Sur crezca apenas un 0,2%, América Central se expandiría un 2,9% y la región del Caribe un 2,1%.

A nivel de países, para Uruguay se espera un crecimiento de la actividad de 0,3% durante este año, lo que implica una fuerte corrección a la baja respecto al 1,5% de expansión que se esperaba a fines del 2018. Pero nuestro país acompaña en general las correcciones de la región. Salvo Argentina, para la que se sigue esperando una caída de la actividad de 1,8% este año, el resto de los países ha tenido fuerte correcciones a la baja. Se destacan los recortes en Brasil (de 2% a 0,8%), Chile (3,3% a 2,8%) y Paraguay (4,2% a 1,6%). Caso aparte es el de Venezuela, país para el que se espera una contracción de 23% este año, superior al ya significativo 10% de caída que se proyectaba por Cepal en diciembre, pero aun así por debajo del 35% que proyecta el FMI de contracción.

Manos atadas

La Secretaria Ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, dijo al presentar los datos que “la región enfrenta un contexto externo con mayores incertidumbres y complejidades crecientes: menor dinamismo de la actividad económica mundial y del comercio global; mayor volatilidad y fragilidad financiera; cuestionamientos al sistema multilateral y un aumento en las tensiones geopolíticas”.

Un problema que advierte el informe es que el espacio fiscal para aplicar medidas contracíclicas está “restringido”, debido a “ingresos insuficientes para cubrir el gasto, lo que deriva en déficits y en un incremento en el endeudamiento en los últimos años”.  Asimismo, se advierte que los efectos de la creciente volatilidad cambiaria y de las mayores depreciaciones limitarían la posibilidad de los bancos centrales de la región para profundizar políticas de estímulo a la demanda agregada. A esto se suma el hecho de que los condicionantes estructurales de la región, como su estructura exportadora  mayormente enfocada en bienes primarios y la caída tendencial de la productividad, acentúan la vulnerabilidad externa y no ayudan a dinamizar el crecimiento.

De acuerdo a Cepal, es necesario expandir el espacio de políticas para hacer frente a la desaceleración y contribuir al crecimiento económico, con medidas tanto en el área fiscal, como en la monetaria y relacionadas con la inversión y la productividad.

En materia fiscal se necesita reducir la evasión tributaria y los flujos financieros ilícitos, impulsar la adopción de impuestos a la economía digital, medioambientales y relacionados a la salud pública, y reevaluar los gastos tributarios para alinearlos hacia la inversión productiva.

En el área monetaria, se insta a promover el crecimiento económico sin comprometer la estabilidad cambiaria y de precios, mientras que en materia de inversión y productividad es imprescindible elevar la participación de los sectores intensivos en conocimientos en la estructura productiva, por medio de un papel más activo de la inversión pública y privada; reorientar las inversiones hacia los sectores de mayor dinamismo; y adoptar políticas de estímulo que tengan impactos en términos de innovación, aprendizaje y empleos de calidad.


“Una recuperación atascada”

De igual forma que la Cepal, el Fondo Monetario Internacional (FMI) también trazó un panorama negativo para la economía de la región, que entiende está atravesando por “una recuperación atascada”. De acuerdo al organismo multilateral, en 2019 la economía de América Latina y el Caribe crecería un leve 0,6% y repuntaría a 2,3% en 2020.

Este escaso dinamismo es el resultado de sorpresas negativas en el primer semestre de 2019, la fuerte incertidumbre en torno a las políticas económicas en algunas economías importantes -como las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China- y un crecimiento mundial algo más débil.

Algunos factores que explican la débil actividad económica en el primer semestre de este año son  transitorios, como las condiciones meteorológicas adversas que redujeron la producción minera en Chile y el producto agrícola en Paraguay. Pero también la elevada incertidumbre en torno a las políticas económicas en algunas economías importantes de la región ha contribuido al poco ímpetu del crecimiento.