Coronavirus “no es un cisne negro, es un pterodáctilo” con “un shock muy negativo para Uruguay”

Javier de Haedo > “No me gusta la desinclusión financiera”

Aunque el tema central era la Ley de Urgente Consideración (LUC), fue imposible para los economistas Javier de Haedo, Gabriel Oddone y Pablo Rosselli, disertar sin mencionar la crisis generada por el Coronavirus y toda la incertidumbre asociada. Coincidieron en que tendrá un impacto negativo y que aún es muy incierta su duración. Respecto a la LUC, evaluaron positivamente puntos como la regla fiscal, el cambio de gobernanza en empresas públicas y la reforma de la seguridad social, pero mostraron reparos sobre la desmonopolización de los combustibles y la Ley de Inclusión Financiera, entre otros aspectos.

El Proyecto de LUC era el tema central del coloquio organizado por el banco BBVA en el que participaron los economistas Javier de Haedo, Gabriel Oddone y Pablo Rosselli. Sin embargo, los temores asociados a la recientemente declarada pandemia del coronavirus COVID-19 y las fuertes repercusiones que está teniendo en la economía mundial y local, se robaron el centro de atención del evento.

Para De Haedo, la LUC es “apenas uno de los hitos” que tendrá el nuevo gobierno durante este año, y mencionó como otras instancias claves en la política económica de 2020 la discusión de la Ley de Presupuesto y los Consejos de Salarios. Recordó que lo que hasta el momento se conoce de la LUC es un borrador de proyecto, y estimó que la versión definitiva que se tratará en el Parlamento posiblemente sea “muy distinta”.

De Hedo recordó que hasta hace unas semanas se esperaba un “crecimiento razonable de la economía”, en un contexto de estabilidad de las tasas de interés internacionales. Sin embargo, “aparecieron estos cisnes negros” que tendrán un impacto negativo e incierto: “esperemos que sea una ‘V’ (caída y rebote de la actividad) y no una ‘L’ (caída y estancamiento)”.
Para Uruguay las consecuencias negativas implican un menor crecimiento y un menor precio de los commodities que exporta, mientras que será levemente positivo por el lado de los commodities importados -principalmente el petróleo- y por un contexto de tasas de interés bajas por más tiempo. En materia fiscal evaluó que los problemas de la “herencia” de déficit se ven agravados por las peores perspectivas económicas.

Por su parte, evaluó como desafío la conformación de una coalición de gobierno a la que “no los une el amor, sino el espanto”, y cuyas diferencias ideológicas internas pueden complicar al gobierno.

Mar revuelto

Oddone fue en la misma dirección, recordando que hasta hace poco se esperaba una situación favorable, un mundo financiero tranquilo, y donde el principal riesgo estaba concentrado en Argentina por la falta de fundamentos macroeconómicos. Pero todo eso cambió frente a esta realidad que “no es un cisne negro, es un pterodáctilo”.

Al igual que en su diálogo con CRÓNICAS (ver nota páginas 14 y 15) remarcó que “estamos navegando aguas desconocidas” tanto desde el punto de vista sanitario como económico, donde hubo un shock de demanda (por ejemplo, menor turismo y eventos), pero también un problema de oferta (paralización de actividades industriales y comerciales). Un problema adicional es la dificultad para adoptar medidas que atenúen la caída de la actividad económica, ya que hay menos capacidad de la política monetaria (tasas ya están bajas) y “muchos países que tienen problemas severos, con altos niveles de endeudamiento, por lo que la capacidad de intervenir es complicada”. “Es un fenómeno grave, de duración incierta, con efectos muy perniciosos para los países emergentes y con escasa capacidad de reacción de las autoridades económicas, porque no tenemos manuales ni evidencia empírica”, reflexionó.

Por su parte, la región tiene “un gigante aletargado (Brasil) y otro muy expuesto (Argentina)” que tiene “todos los boletos comprados para pagar un precio altísimo”.

Respecto al aumento del dólar subrayó que es un aumento esperable dado el contexto -recordó que en 2008 cuando la crisis financiera la moneda local se depreció 25% y luego comenzó a bajar- pero que agregan presión a la inflación en los próximos meses, lo que complejizará la negociación salarial.

“Shock muy negativo”

Por su parte, Rosselli coincidió en que “el pterodáctilo es un shock muy negativo para Uruguay” más allá de que la Fed resuelva volver a bajar la tasa de interés a cero. Asimismo, lamentó que este hecho ocurre “en un momento de cambio de gobierno” que asumía con un plan de recorte del gasto. En tal sentido, estimó que “no es momento de cambiar el plan pero sí de revisarlo”.

Para Rosselli existen tres grandes desequilibrios en la economía local que el nuevo gobierno debe atender: el déficit fiscal, la falta de competitividad y salarios elevados respecto a la productividad. Aclaró que a diferencia de los dos primeros desequilibrios, este último “no está comprendido” y aclaró que los salarios no están altos en relación al costo de vida (que es elevado), sino a la productividad de las empresas, lo que afecta los niveles de empleo.

Entre ajustar las cuentas públicas, preservar la actividad económica y controlar la inflación, Rosselli evaluó que se centraría en la actividad,  dando señales de que se va a bajar el déficit -aunque más lentamente- y conviviendo con una inflación de entre 9% y 10%.  “El gobierno tiene que hablar de desindexar salarios, tolerando por el momento una inflación más alta”, sostuvo.

Respecto al Coronavirus, Rosselli matizó con Oddone respecto a que pese a la elevada deuda de los países, no se debería retraer la expansión del gasto en las economías desarrolladas, para evitar una afectación mayor sobre la actividad global.

Urgente

Respecto a la LUC, De Haedo señaló que el anteproyecto no introduce reformas estructurales y remarcó que lo que se conoce es un borrador, por lo que habrá que esperar a la versión definitiva. Aún así, sostuvo que posiblemente la reforma de la seguridad social se comience a discutir antes que lo planteado en el borrador, lo cual “es bueno” para alejarlo del período electoral, algo en lo que también coincidieron Oddone y Rosselli.

De Haedo también valoró positivamente la creación de una agencia de monitoreo de las empresas públicas, así como los cambios previstos en su gobernanza y en el fortalecimiento de los organismos de regulación.

Por su parte, Oddone valoró que  la LUC tiene “una gran virtud” que es reflejar en una Ley todo un plan de gobierno, lo cual es importante para un gobierno conformado por una coalición, ya que  después ese documento tendrá cambios en función de la negociación. “Muchos de los componentes no deberían formar parte de la LUC, pero pone una agenda programática (…) es una buena contribución al debate público”, comentó.

Evaluó que la regla fiscal prevista es “un avance” que “ataca uno de los problemas” pero que no resuelve el problema fiscal de fondo. Rosselli también valoró positivamente este punto, y señaló que la regla “puede ser un saludo a la bandera, pero no lo es”.

En cuanto a la desmonopolización de los combustibles, Oddone evaluó que la mayoría de los problemas “están de la puerta de la refinería para afuera” y tiene relación con problemas de competencia y costos de distribución.

También valoró que la negociación colectiva tiene un “mecanismo obsoleto” y que se requiere un cambio estructural.

En tanto Rosselli manifestó que la LUC “tiene el mérito de marcar un rumbo” frente a una agenda macroeconómica que “es muy contractiva”.


All inclusive

Ninguno de los expositores se mostró de acuerdo con los cambios que prevé la LUC respecto a la Ley de Inclusión Financiera. “No me gusta la desinclusión financiera”, señaló De Haedo, estimando que los cambios propuestos “favorecen la evasión” de impuestos.

Oddone señaló que parece ser “un saludo a las promesas de campaña” y cuestionó por un lado el argumento de la libertad que se esgrime y por otro el contrasentido respecto a las reglamentaciones internacionales (ver nota páginas 14 y 15). Estimó que es un tema que posiblemente vaya a tener modificaciones en la etapa de debate.

Rosselli por su parte, indicó que “es difícil encontrar fundamentos legítimos para argumentar contra” la inclusión financiera. “Se pueden corregir topes (de transacciones en efectivo) pero eliminarlo no va a tener sentido”. “Se pasó de rosca”, comentó.