Mieres: “No me imagino que el PI participe de un ámbito donde se siente la oposición para acordar”

EN PANINI'S

Pablo Mieres, senador de la República y presidente del Partido Independiente


El 2018 es un año clave para algunos dirigentes de la oposición, que pretenden concretar acuerdos programáticos de cara a las próximas elecciones y así dar una señal de unidad. Pero el líder del Partido Independiente (PI) no tiene tan claro que esa estrategia sea la mejor, y cree que si acuerda con “la derecha”, la gente podría “desconfiar” y decidir no apoyarlo. En el clásico almuerzo de CRÓNICAS en Panini’s, Pablo Mieres dijo que “no hay necesidad de sentarse a escribir los grandes acuerdos sobre lo que hay que hacer” porque “son obvios”. Además, contó cómo viene la formación del polo socialdemócrata, y adelantó que apuesta a seducir a los votantes que están distanciados del Frente Amplio (FA).


 El menú  El legislador degustó el plato “Ravioli di cordero” (cordero braseado, masa de huevo y tomillo, salteado de hongos y echalotte con lascas de queso parmesano), que acompañó con agua con gas. A la hora del postre, prefirió tiramisú.


Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo

-A mediados de este año el PI va a definir si se concreta o no el polo socialdemócrata que viene impulsando desde hace tiempo. ¿En qué etapa se encuentra hoy esa propuesta?

-En realidad es un diálogo que estamos manteniendo con gente, que hay que ver si fructifica. Nosotros tenemos la voluntad de hacerlo porque el país necesita un espacio de este tipo, una alternativa al FA. Dentro de la oposición hay varias, y la nuestra, que es un espacio de centro-izquierda, tiene la peculiaridad de que existe gente tanto en los partidos tradicionales como en el FA, que comulga con esas mismas ideas. Hemos tratado de construir entendimientos con gente que piensa igual para formar algo coherente, por eso nunca estuvimos muy de acuerdo con juntar a toda la oposición, como fue el caso de Montevideo en el año 2015 [con la Concertación].

-Algunos dirigentes de otros partidos ya se han incorporado.

-Sí. En Cerro Largo, el exdiputado Jorge Coronel ha incorporado su grupo “Todos juntos podemos” a una alianza con el PI. La Corte Electoral ya reconoció la agrupación, que va a votar con nosotros. Hay un avance muy significativo con el exdiputado Antonio Chiesa en Tacuarembó, que fue diputado en el período anterior y representa una mirada wilsonista histórica. Y hay conversaciones con gente del FA que está muy molesta y distanciada de la situación actual de la coalición. Hemos hablado con muchos dirigentes y figuras conocidas. Por ahora no hay nada concreto, pero hay un tiempo más.

-O sea, todavía queda camino por recorrer, no han tenido las conversaciones suficientes.

-Sí, exactamente. Y las decisiones las tienen que tomar ellos. Lo que está claro es que el PI, solo o acompañado, va a marcar en la cancha un espacio socialdemócrata y se va a presentar ante la ciudadanía como una alternativa de gobierno, no como una mera alternativa parlamentaria para ver si crece un poco más. El partido está preparado para gobernar, está pronto para ir a más. Hemos ido acumulando experiencia, hemos crecido en cada elección y es el momento de un salto relevante.

-Igualmente, en las últimas elecciones nacionales el PI obtuvo un 3% de los votos, y hoy mantiene el mismo porcentaje en las encuestas –en promedio-. ¿No es un poco apresurado hablar de una proyección nacional?

-Lo que pasa es que hay mucha gente que está indecisa, que está pensando. La elección de 2019 va a determinar un cambio, incluso en una sociedad como la uruguaya, que ha sido políticamente muy estable. La magnitud de la indefinición hoy es mucho mayor que la de hace cinco años, y hay una sensación de ciclo agotado, más allá de que el FA hace todo su esfuerzo por tratar de demostrar lo contrario.

mieres2Nosotros debemos decirle a la gente que somos la mejor renovación. Los números están marcando que estamos lejos de eso, pero en un sistema de segunda vuelta, donde la oposición son tres, cuatro partidos, puede haber movimientos que determinen que el segundo sea alguien que hoy no está en la conversación. ¿Por qué no? Yo creo que descartar esa alternativa es un error político. Obviamente, hoy el Partido Nacional (PN) aparece despegado como la segunda opción, pero faltan dos años.

Actualmente, los indecisos son los que votaron al FA. Yo no sé si son frentistas de toda la vida que hoy se están defraudando, o votaron a los partidos tradicionales, después al FA porque entendieron que aquellos estaban desgastados, y ahora sienten que el partido de gobierno también lo está. Entonces, ¿por qué no nosotros?

-¿Y qué tienen ustedes para ofrecerles?

-Una propuesta seria. Si algo ha ganado el PI es respetabilidad y confiabilidad con respecto a su planteo. Es un partido serio, no demagógico, no populista, de garantía democrática y con una fuerte carga en la preocupación ética y de transparencia.

Los partidos tradicionales en su momento tuvieron cuestionamientos éticos, y ahora aparecen en las intendencias situaciones puntuales que están marcando otra vez las debilidades. Y el FA ha sufrido una caída ética que es resultado de un ejercicio del gobierno donde hubo gente que se portó mal, y no tuvo la capacidad ni los reflejos para sacarla de sus filas.

La gente está buscando transparencia, cambios, una reforma de la política, y por eso a fin de año presentamos un paquete de normas para reforzar las reglas de juego que permiten controlar la gestión pública y dar más garantías, para evitar estas cuestiones que Uruguay está viviendo.

-Esas medidas fueron presentadas a Tabaré Vázquez y al resto de los partidos. ¿Por parte del presidente hubo respuesta?

-No. Vamos a presentarle a la vicepresidenta Lucía Topolansky el paquete de medidas, solicitándole la opinión de la bancada de gobierno, y les vamos a reiterar el planteo a los demás partidos, pidiéndoles posicionamiento. Estos son proyectos de ley que dan señales claras a la ciudadanía de que queremos controlar la gestión pública y mejorar su funcionamiento, y también que efectivamente haya un fortalecimiento del control.

“Los partidos tradicionales en su momento tuvieron cuestionamientos éticos, y ahora aparecen en las intendencias situaciones puntuales que están marcando otra vez las debilidades”

-¿Cómo recibió Vázquez esas iniciativas?

-La reunión fue para presentarle el paquete, le contamos de qué se trataba pero no pretendíamos que diera una respuesta. Eso fue a fines de noviembre. Ha transcurrido –hábil- un mes, por lo tanto ahora es el momento; este es el año para que esas normas puedan aprobarse.

-¿Cree viable la concreción de alguna de esas propuestas antes de que finalice este período?

-Creo que tenemos que hacer todo el esfuerzo para lograr apoyos. El presidente del Directorio del PN, Luis Alberto Heber, declaró públicamente que en términos generales compartía las medidas del PI, o sea que suponemos que buena parte del PN estará dispuesta a apoyarlas. De todas formas, la llave del Parlamento la tiene el FA, por lo tanto, es con el que hay que coincidir.

-El espacio socialdemócrata del que hablábamos estaría conformado por sectores de otros partidos además del PI. ¿No se correría el riesgo de que termine siendo una coalición como el FA?

-El objetivo que tenemos es que haya coherencia, que haya acuerdos ideológicos, políticos y programáticos. No queremos armar una gran colcha de retazos, por eso nunca fuimos partidarios del “todos contra el FA”.

mieres4-Los demás partidos de oposición también sintonizan con la idea de hacer acuerdos programáticos de cara a las próximas elecciones, pero con la diferencia de que pretenden mantener sus respectivos lemas separados. En caso de que no prospere el polo socialdemócrata, ¿el PI formaría parte de esos acuerdos?

-Es un tema que tenemos que evaluar. No podemos negarnos a que se hagan visibles las coincidencias, sería necio de nuestra parte, pero no tengo tan claro que mostrarle a la ciudadanía un gran acuerdo opositor sea la mejor estrategia.

-¿Por qué?

-Porque nosotros tenemos nuestro lugar en el espacio político y eso implica diferenciación respecto a los otros partidos de la oposición. Hay un electorado que nos puede seguir, pero que podría desconfiar si hacemos acuerdos muy fuertes con otros. Es un análisis que estamos haciendo, pero no me imagino que participemos de un ámbito donde se sienten todos los partidos de oposición para acordar, para llegar a un documento común. Tampoco cierro la puerta, pero no está en nuestra agenda hoy.

Creo que está bueno que cada partido exprese su propio perfil y que tengamos una elección plural donde el PI, con sus aliados –ojalá- o solo, presente su opción –que tendrá coincidencias con el PN, el Partido Colorado, e incluso con sectores del FA-. Me parece que eso es lo mejor para el país.

-¿Significa que han respondido negativamente a los dirigentes que promueven estos acuerdos entre la oposición?

-Jorge Larrañaga y Gonzalo Mujica nos han planteado esta idea y hemos tomado nota. No hemos contestado, aunque no tenemos claro si es la mejor opción desde la perspectiva electoral, lo que no significa que no podamos reconocer coincidencias. Los grandes acuerdos programáticos sobre lo que hay que hacer son obvios, no hay necesidad de sentarse a escribirlos, ya se sabe dónde están las coincidencias.

-Quizás el hecho de que se junten a acordar sea una señal política que no pase desapercibida.

-Pero ¿esa señal es positiva o es negativa? Yo me pongo en los zapatos de personas que están molestas con el FA pero que a su vez tienen desconfianza de la derecha. Si los que estamos más cerca de ellos terminamos haciendo acuerdos con los que consideran la derecha, ¿nos acompañan?


“No sé hacia dónde se inclinaría el PI en el balotaje; el objetivo es que nuestra alternativa esté en la cancha”

mieres5-En las instancias de balotaje pasadas dio libertad de acción a sus votantes. ¿Eso podría cambiar en 2019?

-En las instancias del 2009 y del 2014 yo dije que votaba en blanco y que el PI no se pronunciaba, y cada dirigente hizo lo que le pareció que tenía que hacer, y cada votante, por lo tanto, también. Además, en ambos casos la elección estaba definida, es decir, no eran balotajes discutibles, competitivos. ¿Quién dudaba en el 2009, después que se había votado en primera vuelta y que el FA había mantenido la mayoría en las dos cámaras, que [José] Mujica le iba a ganar a Lacalle [Herrera]? ¿Quién dudaba que Tabaré Vázquez le iba a ganar a Lacalle Pou en 2014? O sea, nuestra posición en esas dos oportunidades fue totalmente inocua y decidimos no pronunciarnos. ¿Qué va a pasar en la próxima? Vamos a pelear para estar en la segunda vuelta, por lo tanto no nos planteamos otros posibles escenarios.

-¿Y si no están?

-Tendremos que analizar la situación. Yo creo que el partido va a tener cada vez más incidencia. Me parece que una segunda vuelta en la próxima elección va a ser una segunda vuelta en serio, y obviamente el PI no puede quedar al margen. Espero estar protagonizándola.

-Y si otro partido de la oposición disputa con el FA la Presidencia en segunda vuelta, ¿hacia dónde se inclinaría el PI?

-No sé. Hoy no puedo adelantar nada porque el objetivo es que nuestra alternativa sea la que esté en la cancha.

-¿Qué oportunidades reales de concreción le ve al espacio socialdemócrata?

-Hoy el partido tiene planteado el tema para mediados de este año, pero independientemente de eso, la puerta seguirá abierta. Es decir, incluso habiendo lanzado nuestra propuesta electoral a fines del 2018, todavía puede existir la posibilidad desde el punto de vista político de que esa coalición termine de cuajar en el 2019. No hay ningún obstáculo para que ello ocurra.


“El PI nació con la corriente más en contra que uno se pueda imaginar”

-En noviembre pasado, el PI cumplió 15 años. ¿Qué balance hace de este largo recorrido, sobre todo teniendo en cuenta que Uruguay se caracteriza por tener partidos con muchísimos años?

-Nosotros estamos muy orgullosos, primero que nada, porque nacimos con la corriente más en contra que uno se pueda imaginar. Es decir, surgimos en el año 2002, en plena crisis, y como un “no” al FA, porque ¿qué es el PI? Es una separación del Nuevo Espacio cuando éste decide ingresar al FA, y dijimos “no” a la coalición cuando estaba en su apogeo.

La elección del 2004 vista hoy en perspectiva fue heroica para el PI, fue la demostración de que había un espacio contra toda evidencia. El partido se plantó y marcó su representación parlamentaria al mínimo –porque sacamos un solo diputado-, pero sobrevivió, y todo lo que hizo después fue crecer, sobre la base de sensatez, seriedad, trabajo, convicciones, y con un apoyo creciente de la gente. Crecimos, aunque muy modestamente, y tenemos un desafío importante que es llegar a las grandes masas con nuestra propuesta para el 2019.

Yo recorro mucho el país y siento que la receptividad hacia el partido es cada vez mayor. El PI creció en todos los departamentos, no es un partido chico concentrado en la capital, sino que está sembrado y crece en todo el país, de hecho tenemos la mitad de los votos en el Interior y la otra en Montevideo. Eso también es una señal de continuidad en un ámbito como la política uruguaya, donde los partidos son muy duraderos, muy fuertes, y fundar uno nuevo, que sobreviva tres elecciones y que además crezca, es una maravilla.