Economía uruguaya seguirá creciendo pero el desempeño es muy heterogéneo

Expertos > “un crecimiento con fragilidades”

Pese a la elevada incertidumbre internacional y fundamentalmente regional, varios economistas consultados por CRÓNICAS coincidieron en señalar que la economía uruguaya seguirá creciendo los próximos años entre el 2,5% y 3%. De todas formas, advierten que es un crecimiento muy heterogéneo entre sectores y que aún persisten desafíos, principalmente por el déficit fiscal y la caída del empleo. Aumento del dólar puede afectar la compra de bienes durables, pero al mismo tiempo puede contribuir a la rentabilidad de sectores exportadores.

La economía uruguaya atraviesa por un momento de crecimiento, pero no exento de desafíos. Si bien el país logró crecer en los últimos años pese a los problemas económicos de sus dos grandes vecinos, esa expansión no ha estado exenta de dificultades y de desafíos a enfrentar. Ahora, las incertidumbres financieras que llegan desde Argentina hacen poner aún más atención a sus posibles consecuencias sobre nuestro país.

Para tratar de arrojar un poco de claridad entre tanta incertidumbre, CRÓNICAS consultó al economista Pablo Moya de la consultora Oikos, a Matilde Morales, gerente en el área de Consultoría Económica de PwC, Ignacio Azpiroz, gerente de inversiones de Unión Capital AFAP, y Gabriela Mordecki, coordinadora del área de análisis macroeconómico del Instituto de Economía de la Universidad de la República (Iecon). Del diálogo, surgieron coincidencias entre los expertos respecto a que el crecimiento para este 2018 será bueno, aunque advirtieron que también será muy heterogéneo entre sectores. Parafraseando un término utilizado por Morales, se trata de “un crecimiento con fragilidades”.

Pensando en los grandes números, tanto Morales como Moya afirman que el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) este año se ubicará en el entorno del 2,5%, mientras que Mordecki fue un poco más optimista y lo estima más en concordancia con las encuestas internacionales, que auguran una cifra de alrededor 3% para Uruguay.  Ya de cara a 2019 y 2020, las proyecciones de los tres economistas se ubican en el entorno de un 3% de expansión. Azpiroz prefirió no dar pronósticos.

Este crecimiento, opinaron, se dará a pesar de los recientes sucesos en el contexto internacional y regional. “Igualmente es fundamental lo que siga sucediendo con Argentina y Brasil, que por ahora aparecen muy complicados”, sostuvo Mordecki. Azpiroz también advirtió que “ese 2% o 3% de crecimiento desnuda un poco un comportamiento muy disímil entre sectores. Entonces, si bien viene creciendo a tasas bastante interesantes, si lo comparamos con la región, es un crecimiento desparejo”. Mordecki coincidió en ese punto, y aseguró que “no es un crecimiento parejo, sino que son algunos sectores que han empujado más y otros que todavía muestran algunos problemas que no se han resuelto”. “Hay sectores que vienen bien empujando y otros que vienen un poco más lento, incluso algunos cayendo”, agregó.

A pesar de este comportamiento, sí se podrá ver estimulado también –en particular a partir de 2019– por lo que se resuelva con la segunda planta de celulosa UPM. Según Moya, la planta va a dar un impulso “importante” a nivel de producto, a nivel de industria, en los servicios conexos a la construcción y “va a generar un derrame importante sobre el departamento”; “el problema”, continúa Moya, “es cómo eso se hace permanente para que no tenga crecimientos de un solo salto”.

Riesgos y oportunidades

Más allá de las posibles trabas en el crecimiento que le puedan implicar a Uruguay, la realidad de Argentina y Brasil hoy no es simple. Si bien para Azpiroz la suba del dólar puede “afectar la compra de bienes durables”, y Morales sostuvo que “hay un efecto en las expectativas, que termina siendo lo que más influye”, no todo parece negativo. Para Mordecki, esta suba no es algo necesariamente malo. Si bien reconoció que es verdad que “por un lado complica”, por otro “resuelve algunos desequilibrios” como “la falta de rentabilidad de algunos sectores exportadores”.

De acuerdo a los economistas, Uruguay presenta una serie de desafíos a corto plazo, algunos con mayor impacto, otros con menor. Los más serios, o a los que el país debería prestar mayor atención, son dos: el ya mencionado déficit fiscal y el empleo; este último más aún en el actual contexto de negociación salarial.

Por un lado, el déficit es “el que aparece como el más complicado” para Mordecki, ya que por el contrario la inflación parece estar dando un respiro y “se encuentra dentro del rango meta después de muchos años de estar por fuera”. Entonces, a pesar de que está dentro de los objetivos del gobierno de reducir el resultado fiscal, ha encontrado dificultades en llevarlo adelante.

Por el otro, el desafío de conseguir y crear puestos de trabajo está presente en Uruguay, dado a la “incertidumbre” regional y nacional, según Moya. Esto va de la mano, también, con la baja competitividad, algo de lo que se viene haciendo foco en algunos sectores – el de la construcción o industria manufacturera, por ejemplo – hace tiempo.

Asimismo, el crecimiento se da acompañado de caídas en la ocupación. ¿Por qué? “Por la incorporación de nuevas tecnologías, por los mayores costos de las empresas”, y justamente por temas de la relación competitividad-precio, explicó Morales.

Bajo este contexto se llevará a cabo la próxima ronda de negociación salarial, que además carga con ser la “más grande en la historia” del país de acuerdo a Mordecki quien destacó que será fundamental cómo se procese la misma. Para Morales, el desafío será “mantener lo alcanzado en negociaciones anteriores” (que no haya pérdida del salario real, mayores aumentos a salarios más sumergidos) “en un nuevo contexto económico”, expresó Morales.
Mordecki también evaluó que a largo plazo el país requiere de mejorar la infraestructura, fundamentalmente en lo que refiere al transporte.


Impactos de Argentina

Desde la vecina orilla se encendieron señales de alerta, fundamentalmente asociadas a los mercados financieros. Pese a ello,  los economistas consultados no esperan que en Uruguay haya impactos a través del canal financiero, ya que entienden que hubo una reducción de las vulnerabilidades asociadas a ese país.

No obstante, eso no quiere decir que no haya efectos sobre Uruguay. Los expertos entienden que  los primeros en recibir el golpe y con más fuerza, serán el turístico y el comercial.

Si bien la temporada alta del turismo en Uruguay ya cerró con el fin del verano, Moya apuntó que es el turismo termal el que pueda sufrir más, en comparación con el turismo de playas. Morales agrega además como ventaja que el turista argentino “es menos elástico a las variaciones del tipo de cambio”, por lo que el shock no sería tan duro.

Es un hecho que Uruguay hoy se ha despegado en su dependencia con sus vecinos, pero sí es verdad que algunas ramas de la industria aún están muy concentradas en Argentina. En este sentido, Moya opinó que, a pesar de verse afectados por la existencia de una pérdida, “esta no es del 100% de la depreciación de la moneda local”, puntualizó.