Horacio Correge: “Tenemos la capacidad suficiente como para transitar cualquier modelo de recuperación”

Horacio Correge, country head y CEO de Scotiabank Uruguay


En diálogo con CRÓNICAS, el CEO de Scotiabank Uruguay, y presidente de la junta directiva de la Asociación de Bancos Privados, resaltó la solidez del sistema financiero para afrontar este momento económico por el que atraviesa el país, derivado de la pandemia del Covid-19. Añadió que la industria reaccionó rápido, con medidas que apuntaron a asegurar la transaccionalidad y continuidad de la cadena de pagos y remarcó el apoyo que tiene Scotiabank por parte de la casa matriz en esta instancia tan particular.

Por Oscar Cestau | @OCestau

-¿Cómo está viviendo este momento de Uruguay y el mundo en lo que respecta a los aspectos económicos y financieros?

-En mis 30 años de carrera en la industria financiera nunca había visto una crisis de tal magnitud, desatada por un tema totalmente externo. Es un momento excepcional, que requiere tomar medidas excepcionales, yendo un paso más allá de lo que como industria deberíamos hacer, y asumir la responsabilidad del bienestar de la sociedad. Así lo entendimos en una primera instancia y comenzamos a actuar. En primer lugar, tratando de llevar alivio a nuestros clientes. Como industria reaccionamos rápido, con determinadas acciones, sobre todo desde nuestro banco. Las primeras tuvieron que ver con asegurar la transaccionalidad y continuidad de la cadena de pagos. Si bien nos vimos obligados a cerrar alguna sucursal, los servicios que proveemos los mantuvimos, y lo hicimos prácticamente en las mismas condiciones en que los veníamos prestando.

-En su momento las autoridades del equipo económico pidieron una respuesta mayor por parte de los bancos privados. ¿Cuáles fueron las acciones que tomó Scotiabank en ese sentido?

-Sacamos un programa muy ambicioso de diferimiento de pagos. Fuimos de los más agresivos del mercado, y para las carteras de préstamos personales y automotores el diferimiento fue automático. A cualquiera que tuviese un préstamo con nosotros, sin tener que hacer nada, le diferíamos las cuotas sin ningún interés. Eso representa un esfuerzo financiero muy relevante por parte del banco, pero que entendimos necesario en función de la situación que enfrentaban nuestros clientes. En préstamos hipotecarios también ofrecimos el mismo tipo de programa, es decir, diferir sin interés los tres próximos pagos; eso a opción del cliente. Así, más del 40% de nuestros clientes con préstamos inmobiliarios optaron por tomar esta facilidad. Lo mismo nos pasó con el portafolio Pyme, donde ofrecimos facilidades a más de 8.000 clientes. En este caso, una cifra cercana al 50% de este portafolio optó por acogerse al beneficio y diferir sus pagos por tres meses. Entendimos que por el solo hecho de no hacer lugar a los cobros de las cuotas, estábamos inyectando una dosis importante de liquidez.

Hay que tener en cuenta que existe un impacto muy fuerte que abarca a 140.000 personas que están aplicando alguna forma de seguro de desempleo, y eso tiene implicancias en la economía. Para estas personas, y para las pymes, fue que lanzamos esos programas. En el caso de las pymes, hay que sentarse y ver cuál es la situación real de cada empresa, y esto puede llevar días de procesamiento.

-Imagino que no alcanza solo con la buena intención de los bancos, dado que el contexto llama a ser más cuidadosos que nunca a la hora de otorgar un crédito.

-El gobierno tomó las medidas en la dirección adecuada en términos de facilitar, por un lado, el tema de los encajes -que no aplica de la misma manera a todos los bancos, pero es una señal muy clara-, y también reforzando el fondo de garantías que aplica para las pymes. Recordemos que el Sistema de Garantías (SiGa) permitía garantizar hasta el 70% de la operación y para créditos de hasta US$ 75.000. Ahora, reforzó el monto total del Fondo, extendiendo la garantía hasta el 80%, y por préstamos de hasta U$S 150.000, con lo cual un universo mucho más grande de pymes quedó comprendido dentro del programa. Obviamente, es una facilidad adicional, pero tenemos que ser muy cuidadosos en términos de cuáles son las perspectivas de la empresa o del sector que le estamos dando financiación adicional.

-¿Hubo aumento de la morosidad?

-No hemos visto un aumento significativo de la morosidad. Entendemos que eso, en gran medida, es producto de estos programas de alivio que hemos ofrecido. Sabemos que el efecto económico subyacente está solapado por estos programas, pero también somos conscientes de que en dos, tres, o seis meses, de la mano del impacto que habrá en la economía, se producirá un aumento de la morosidad. Desde el momento en que hay 140.000 personas -muchas de ellas clientes del banco- que ven disminuida la capacidad de sus ingresos, y que hay empresas que han debido cerrar o suspender operaciones, habrá un impacto en la morosidad.

-¿Cuál es, a su vez, la realidad de Pronto!?

-El cliente típico de la financiera está en el segmento de público más golpeado por los efectos de esta pandemia, y esto está teniendo un impacto en el negocio. En el caso de Pronto!, lanzamos un programa -no tan ambicioso como el del banco- donde remitimos a nuestros clientes la posibilidad de diferir pagos o cuotas. Un número importante se adhirió, pero cuando comparamos el nivel de cobranza de marzo a abril, ya hay un impacto. El segmento en el que opera Pronto! es más afectado que el que opera el banco.

-Más allá de atender a los clientes, los bancos viven de nuevos negocios. ¿Cómo está afectando esta recesión los números de la institución y cuántos nuevos negocios no se están haciendo?

“En una situación como la que vivimos, lo que vemos es un aumento de la incertidumbre, y eso lleva, en forma asociada, a que todo se haga con mucha prudencia”.

-En una situación como la que vivimos, lo que vemos es un aumento de la incertidumbre, y eso lleva, en forma asociada, a que todo se haga con mucha prudencia. Por tanto, hay proyectos de inversión que estábamos analizando de manera conjunta con nuestros clientes que están suspendidos o a la espera de ver qué tan rápido podemos salir de esta situación. En general, las empresas privilegian mantener buenos niveles de liquidez a impulsar o empujar nuevos proyectos de inversión en un escenario de contracción de demanda fuerte. Este efecto, a su vez, se traduce en una menor actividad económica. Creemos que cuando se despeje la incertidumbre, estos proyectos van a volver a estar sobre la mesa.

-Hace dos semanas, en las páginas de CRÓNICAS, algunos economistas pronosticaban un crecimiento fuerte de la economía para 2021. ¿Desde el sector financiero lo ven así?

-Nosotros somos, naturalmente, consumidores del asesoramiento de los economistas más relevantes del mercado, y así como nos hablan de un impacto en los meses que siguen, también esperaríamos un rebote fuerte en el 2021. Uruguay ya tenía perspectivas de crecimiento moderadas respecto de los últimos tres años. En 2019 el crecimiento fue de 0,2%, y para este año ya preveíamos un crecimiento moderado, al que toda esta situación le puso un freno. Esto lo que hace es demorar ese efecto. En última instancia la planta de UPM se va a hacer, y ahí hay muchos proyectos de inversión e infraestructura que vienen de la mano. Y en la medida que se retome la actividad, más los proyectos de inversión que están en carpeta, eso debería significar un rebote importante de la economía para el año que viene.

-¿Hasta qué punto la casa matriz respalda si la situación se sigue complicando? ¿Hay un límite?

-Scotiabank es uno de los bancos más importantes del mundo, producto de una historia de casi 190 años de hacer las cosas seriamente y con responsabilidad. El respaldo de parte de nuestra casa matriz está. De todas formas, no tenemos que olvidar que esta es una situación de pandemia que no es privativa de Uruguay, sino que es mundial, con lo cual debemos actuar con mucha responsabilidad en cada uno de los mercados en los que estamos. La misma situación que estamos viviendo en Uruguay se está dando en Chile, en Perú, en México, mismo en Canadá. Por eso es que debemos actuar siendo muy conscientes de que nuestros recursos no son ilimitados tanto en capital como en liquidez, y tenemos que ser muy cuidadosos en el buen uso que hacemos de ellos. Dicho esto, nosotros hemos analizado todos los modelos, como dije antes, y aún en el escenario poco probable de un impacto en forma de L, tenemos la capacidad suficiente como para transitar sin un impacto significativo ni en nuestra liquidez ni en nuestro capital. Obviamente, hay un impacto en la capacidad de generar resultados, en la calidad de nuestra hoja de balances, o en nuestro portafolio, lo que nos va a obligar a hacer previsiones y a ser muy cuidadosos con los gastos, pero esto va en lo que son las generales de la ley de hacer una administración prudente del negocio.


“Los bancos van a ser parte de la solución”

-En su carácter de presidente del directorio de la Asociación de Bancos Privados, ¿cómo ve al sector financiero?

-Lo que tiene de particular esta situación a diferencia de otras crisis -como la de 2002, o incluso la de 2008-, es que los bancos no fueron responsables o el vehículo de contagio de esta crisis. En cambio ahora, los bancos van a ser parte de la solución, ya sea por la capacidad que tienen de llevar alivio o por las acciones que proactivamente han tomado. Esta crisis encuentra al sistema financiero muy sólido, tanto desde el punto de vista de capital como de liquidez. Conozco los balances de la banca en general y, por supuesto, más en detalle los de nuestro banco. En ese sentido, hemos corrido y modelado distintos escenarios. Por un lado, analizamos una recuperación económica en forma de V, modelo que prevé un impacto profundo, pero la vuelta a la normalidad es rápida. También modelamos un escenario en U, donde el impacto es profundo y prolongado en el tiempo, y después de un par de trimestres vuelve la tendencia de recuperación, no a los niveles previos a que se iniciara la pandemia. Y luego, a un escenario en forma de L, modelo que no creemos que sea el más probable, y que implica un impacto profundo y de efectos duraderos. En todos los casos, la banca cuenta con el capital y liquidez como para sobrellevar los distintos escenarios. Hoy tenemos un sistema financiero muy sólido y en condiciones de apoyar a lo que debería ser una rápida recuperación de la actividad económica.


Se acelera el proceso de adopción digital

-¿Qué impacto tendrá esta crisis sanitaria para la transformación del modelo de negocios de los bancos?

-Nosotros pertenecemos a una organización que es internacional y con presencia en varios países, muchos de ellos en Latinoamérica. Cuando analizás comparativamente el nivel de desarrollo de nuestro mercado con el de mercados similares, a excepción de Chile que también está muy avanzado, Uruguay es de los países que más alto nivel de digitalización presenta. Cuando ves la cantidad de transacciones que se realizan en sucursales versus canales alternativos, como puede ser canales digitales u otro tipo de tecnología –por ejemplo, cajeros automáticos o buzoneras-, Uruguay es de los que más bajo nivel de transacciones tiene a nivel de sucursales, y un alto porcentaje de las transacciones son realizadas de forma digital. En el mercado, alrededor del 40% de las transacciones venían desarrollándose de manera digital. Esto acelera ese proceso. En la medida que los clientes –sobre todo los bancarizados- cuentan con acceso a teléfonos inteligentes, y la red de cobertura es buena, el proceso se acelera; porque también empuja a ese público que era reticente a la opción de la tecnología a hacer un esfuerzo adicional y adoptarla. Y nos obliga a los bancos a hacer un esfuerzo adicional para dar soluciones más fáciles de adoptar y que sean amigables para nuestros clientes.