Pablo Bartol: “Causa gracia que Fernando Amado hable (de políticas sociales) cuando toda la vida se manejó en Pocitos”

Pablo Bartol, asesor en políticas sociales de Luis Lacalle Pou

Pablo Bartol aspira a ser el ministro de Desarrollo Social del próximo gobierno, lo que se concretará si gana el Partido Nacional (PN). Hace 21 años que trabaja en Casavalle, y eso subraya al ser consultado por las declaraciones del diputado Fernando Amado, quien dio a entender que a Bartol le hacía falta estar “en el medio de la gente”. El asesor de Lacalle Pou arremetió una vez más contra la ministra de Educación, María Julia Muñoz, y opinó que decir que el PN va a recortar planes sociales “es una manera muy lamentable de asustar a la gente más débil”.

Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo

-Mario Bergara dijo a CRÓNICAS que “una vez que el FA redujo la pobreza de casi 40% a menos de 8%, esa parte del problema se pudo resolver. Sin embargo, hay un núcleo duro de pobreza que es multidimensional, cultural, y no hemos revisado las políticas sociales, que fueron exitosas para lo anterior, pero que no lo están siendo para este núcleo duro”. ¿Coincide con el diagnóstico?

-Sí, plenamente. Él también ha dicho que en el Estado hay más de 600 programas sociales que se solapan entre sí y hay una dilapidación de recursos. No se ha sido eficiente en el uso del dinero público para sacar a la gente adelante. El programa del FA habla de que la multiplicidad de organismos que se diseñaron para atacar el problema de la pobreza, conspiró contra el hecho de que esas políticas sociales fueran efectivas y consiguieran resultados, así que hay una autocrítica. Igualmente, lo que proponen es coordinar mejor todos esos estamentos que han creado, y nosotros pensamos que si ya no se hizo, ¿por qué se va a empezar a hacer ahora?

-¿No es un buen punto de partida que el FA asuma el error y plantee coordinar esos programas?

-Asumir el error está muy bien. El diagnóstico es correcto; no coincidimos en la solución. No hay nada que propongan que indique que ahora lo van a hacer mejor que antes. No hay ningún cambio en el modo de trabajar ni de los planteos que se hacen. El gran error es pensar que las políticas sociales tienen potencia cuando vos coordinás estamentos. En realidad, la tienen cuando vos fortalecés las comunidades, apoyándote en la propia gente que está en el territorio. Los motores de desarrollo de una comunidad están allí mismo, y el FA piensa que vienen de afuera, que hay personas capacitadas que van y dan información que la gente no tenía, y de esa manera se puede salir adelante.

-¿Y de qué manera se consigue, según su visión?

-La gente sale adelante cuando se convence de que vale la pena, de que ese cambio que tú le pedís va a traer un mejor futuro. Cuando no tiene esperanza de que eso vaya a pasar, no cambia de hábitos ni aprovecha oportunidades que tiene en su entorno. Por ejemplo, tiene la escuela pública, y en las zonas de contexto crítico el 20% de los niños falta un día por semana. Entonces, el Estado puso los servicios ahí para sacarte adelante, y tú no los aprovechás porque descreíste de que esa sea la manera de salir adelante.

Lo que te saca de la pobreza son las políticas sociales universales: la educación, las ofertas de trabajo, la vivienda, la salud; pero necesitás políticas focalizadas sobre aquellos colectivos o grupos más vulnerables, para ponerlos a todos en el mismo punto de partida. La ONG Techo ha relevado que el 30% de los asentamientos tiene una mesa de trabajo territorial, donde trabajan en conjunto los propios vecinos para sacar adelante su barrio. En los primeros seis meses tenemos que instalar las mesas que faltan; a través de eso es como la gente fija las prioridades y le pide al Estado soluciones.

-¿Por ejemplo?

-Por ejemplo, en muchos asentamientos la gente camina por senderos de barro y es realmente todo un problema ir con los niños a la escuela o salir a trabajar los días de lluvia. O peor, están los senderos y por los dos lados hay cunetas donde corren las aguas servidas, en definitiva, la caca humana. Cuando llueve, eso se desborda y para ir al trabajo o a la escuela tenés que caminar por arriba de la caca. Eso deprime mucho a las personas porque llegan con olor a caca a su trabajo, a la escuela, y ahí es donde empieza la discriminación. Hay problemas muy básicos para los cuales si ponemos a toda la comunidad a trabajar en conjunto, es mucho más fácil que se busquen soluciones y que el Estado pueda apoyar. Nosotros pensamos dar muchos apoyos cuando estén las mesas de trabajo constituidas; es la manera de fortalecer a la comunidad.

-¿Por qué es importante que las personas que viven en ese contexto crítico sean parte de la búsqueda de soluciones?

-Para señalarle al Estado cuáles son las prioridades, qué es lo que más necesitan.

-¿De lo contrario el Estado no tiene cómo saberlo?

-No, diseña soluciones y las impone, cuando tal vez esa no es la necesidad mayor que tenía la comunidad. A veces varía mucho; en una será una policlínica, en otra será un salón comunal. En cada lugar saben qué es lo que más necesitan y tenemos que apoyarnos en ese conocimiento. Si no, cada organismo del Estado va a tientas creyendo que tiene una solución y se la impone a todos sin saber cuál es la prioridad de cada lugar. Esta es una manera coordinada de esperar que la propia gente lo pida.

-¿Qué falló en la política del FA, que no logró el mismo éxito de su primer gobierno para la realidad actual, tal como decía Bergara?

-Se acabó el crecimiento económico. Hay una gráfica que presenta Juan Pablo Labat, director de Evaluación y Monitoreo del Mides, que muestra cómo aumentó la masa salarial y proporcionalmente bajó la pobreza, es decir, la pobreza baja cuando crece la masa salarial porque la gente dispone de más recursos y va saliendo de esa situación, medido en términos monetarios, de ingreso de la persona o de la familia. En cambio, si tú vas a mirar la pobreza multidimensional, que tiene otras características, ya la cosa es distinta. Cuando se acabó ese crecimiento de la masa salarial –hay 70 mil empleos menos que en 2014-, se demostró que el resto de las políticas focalizadas no estaba generando esa baja de la pobreza. Las políticas que han diseñado no son las herramientas más eficaces para ese núcleo duro al que Bergara se refería; sí acompañaron con el crecimiento de la masa salarial una baja de la pobreza, pero no eran las que generaban esa reducción de la misma.

-¿Considera necesario continuar con los planes de emergencia?

-Sí, porque hay gente que realmente está en una situación de necesidad muy grande, pero está demostrado que la transferencia monetaria de por sí no produce un cambio en las personas para empezar a generar sus propios recursos. Es necesario brindar un acompañamiento social, donde si te doy una transferencia monetaria, tenés que aceptar que vas a tener un acompañante que te va a ir dando los impulsos para que vayas aprendiendo a generar tus propios recursos. De esa forma te van evaluando y se van registrando las mejoras que vas teniendo. Esa figura, que en el programa la hemos llamado los mentores sociales, lo fundamental es que sea gente de tu propio contexto. El Mides tiene algunos programas de acompañamiento pero son de muy bajo impacto y los hacen profesionales de otro contexto social. Lo que dicen Unicef y muchos organismos es que eso debe ser hecho por personas del propio contexto de aquel a quien querés ayudar, porque es creíble. Si es alguien que viene de otro lado, en el fondo no le creo porque no sufrió lo mismo que yo; necesito que esos consejos estén validados por una experiencia similar.

-De todos modos, afirma que el que necesite va a seguir recibiendo ayuda del Estado con un gobierno blanco.

-Sí, eso es indispensable.

-¿Por qué cree que se ha instalado la idea de que el PN va a recortar planes sociales o que no va a gobernar para los pobres?

-Es una manera realmente muy lamentable de asustar a la gente más débil de esta sociedad. Nosotros, supongo que vamos a ganar las elecciones y vamos a ser gobierno, pero la gente esto no lo va a saber hasta el 1º de marzo, entonces, a los más débiles de esta sociedad los vas a tener angustiados, con estos miedos, solo por un voto. Me parece muy cruel el argumento y eso te muestra el nivel de desesperación que tienen algunos en el FA.

-Muchas veces se advierte que con los blancos no habría políticas sociales porque desde el propio PN se ha enfatizado en la importancia de revisar el gasto público.

-Sí, porque hasta el propio BID ha mostrado en un informe la ineficiencia del gasto público social del Uruguay. Hay US$ 2.000 millones que están malgastados. Hay gente que no aprovecha toda la inversión social que se ha hecho, que repite el año o que termina la escuela pero no aprendió lo que tenía que aprender para seguir su vida laboral normal. Eso es un gasto social tremendamente ineficiente, porque la inversión se hizo y el resultado no se consiguió.

-En el programa Diario de Campaña (NSTV) anunció que si usted es ministro se hará yoga en el Mides, y fue criticado por algunos actores del FA y mucha gente en redes sociales. ¿Cuál sería el objetivo?

-La que tuvo la principal voz de crítica fue la ministra de Educación y Cultura, que demostró no conocer ni su propio Ministerio, que tiene un centro que está enfocado en personas en situación de calle. Ahí se dan clases de tango, de danza, de plástica. Ella tendría que ir a escuchar a los que dirigen esa institución para que le expliquen por qué el Ministerio de Educación invierte en que las personas en situación de calle bailen tango, hagan plástica, teatro, y ahí se va a enterar por qué yo propuse el yoga, que no es muy distinto a la danza o las artes plásticas. Tendría que informarse antes de criticar. Yo sé que ella se ha enfocado en mí, se ve que le han indicado marcación personal sobre Pablo Bartol –es como un defensa al que le dicen que marque al 9-, y diga lo que diga, va a salir a criticar, incluso cayendo en el ridículo de criticar algo que ella misma hace. Eso te muestra que no tiene ni idea de lo que estamos hablando cuando hablamos de atender personas en situación de calle.

-Volviendo a la pregunta, ¿cuál sería el objetivo del yoga en el Mides?

-Revincular a la gente. La persona en situación de calle es alguien que se abandonó, que cortó todos sus vínculos, que de alguna manera piensa “ya no la peleo más”, entonces tú necesitás entusiasmarla, que vuelva a tener vínculos con su familia, con sus amigos, con sus vecinos, y buscar oportunidades por ese lado.

-Con respecto a este tema, Fernando Amado dijo a “la diaria” que “cuando vos no estás en el medio de la gente, terminás proponiendo clases de yoga. Porque ni siquiera tenés claro que las personas que están en la llaga necesitan 50 cosas antes que yoga o terapias alternativas”.

-Estuve 21 años trabajando en Casavalle. Que Fernando Amado, que toda la vida se manejó en Pocitos, venga a hablar de estos temas, causa gracia.

-¿Cree que la propuesta no se entendió bien y por eso fue tan criticada?

-No, es simplemente que estamos en campaña electoral. Se ve que Pablo Bartol empezó a dar miedo a muchos actores políticos, enfilaron las armas hacia mí y ya critican hasta situaciones insólitas como algo que es proponer lo mismo que hace el FA. Lo que les dolió es que propuse hacerlo en la planta baja del Mides, que es un edificio burocrático, lleno de gente que tiene poco contacto con la pobreza y a la que le vamos a dar una oportunidad de bajar de sus oficinas a tratar con personas que están en esa situación y ver cómo hacer para sacarlos adelante.

-¿Coincide con Lacalle Pou en que Muñoz es la peor ministra de Educación de los últimos años?

-Le ha hecho un daño inmenso a la educación. Para empezar, por haber echado a dos de sus colaboradores más importantes, como Fernando Filgueira y Juan Pedro Mir. Ahí se perdió ese cambio de ADN que nos prometían para la educación. Se quedó sin capacidad técnica y los denostó públicamente.


Un ministro con oficina en Casavalle

-¿Se imagina como ministro de Desarrollo Social?

-Yo entré en este trabajo con temor y desconfianza, pensando que iba a hacer un gran sacrificio porque es una tarea mucho más ingrata que la social. Creía que el trabajo de los políticos era horrible, y hoy te diría que estoy muy entusiasmado con lo que estoy haciendo. Es un mundo lleno de amistad, de lealtades, de compromiso, de trabajo en equipo.

-¿Por qué su oficina va a estar en Casavalle?

-Porque tenemos que hacer un cambio de mentalidad muy grande en los que trabajan en lo social, que es que hay que salir de las oficinas y trabajar con la gente. Pienso que ir a Casavalle es una buena señal. Yo trabajé ahí 21 años y es volver al barrio.

-¿Dónde espera estar si no ganan los blancos?

-Volviendo a Casavalle. Esto es una apuesta a Luis y al equipo de trabajo que hay detrás de él, pero me imagino que vuelvo a lo mío, que es lo social.