Sanguinetti: “Este gobierno está condicionado por las corporaciones sindicales, Vázquez no tiene margen”

Julio María Sanguinetti, expresidente de la República – Partido Colorado


En su primera Presidencia (1985-1990) imaginó una reforma educativa, pero la prioridad en ese entonces era “el cambio en paz”. La gente volvió a confiar en su liderazgo, y en su segundo mandato (1995-2000) pudo llevarla adelante a pesar de la fuerte resistencia de las corporaciones docentes. El expresidente Julio María Sanguinetti hace énfasis en que los colorados fueron los únicos capaces de transformar la educación en los últimos 70 años, y le critica a Tabaré Vázquez que “no tiene margen” para actuar. En una larga entrevista con CRÓNICAS, Sanguinetti explicó por qué la gente dejó de votar al Partido Colorado (PC), y aseguró que si no recupera el apoyo, la oposición no podrá ganar. Habló también de su reforma de la seguridad social, de la renuncia de Raúl Sendic y de Wilson Ferreira, entre otros temas.

Por Oscar Cestau | @OCestau y Magdalena Raffo | @MaleRaffo

-¿Qué lectura hace de que el PC cuenta solamente con el 6% en las encuestas?

-Las encuestas hay que verlas con la relatividad del caso.

-¿Cree en las encuestas?

-Primero, no son algo homogéneo, son cosas muy variadas, incluso hay encuestas que le dan el 1% al Partido de la Gente y otras que le dan el 7%; estamos hablando de 700% de diferencia, lo cual revela que hay una gran disimilitud entre todas ellas.

En segundo lugar, las encuestas de intención de voto cuando aún no está configurada la elección y no hay candidatos, son un poco entelequias, entonces creo que hoy no se pueden tomar como una verdad revelada. Esto no quiere decir que no advierta, porque sería ingenuo, que el PC viene atravesando una situación muy difícil.

-¿A qué lo adjudica?

-Luego de la crisis del 2002, el PC tuvo una caída muy fuerte que lo llevó solo a un 10%. Después, con Pedro [Bordaberry], retornó a un 17% y a una expectativa que venía muy bien para la elección anterior, que desgraciadamente no cuajó por diversas circunstancias o errores políticos, y que ahora de algún modo se ha corroborado con su alejamiento un tanto abrupto de la vida política.

-¿Qué opina de ese alejamiento?

-Pedro tenía todo el derecho de no ser candidato, y además no nos lo había ocultado; sí creo que no fue bueno el modo en que se apartó, porque uno puede no ser candidato pero no apartarse de la vida política.

Yo hace años que resolví no ser más candidato, cuando salí de la segunda Presidencia, porque ya había sido dos veces [presidente] y no tenía ningún sentido. Tenía el afán de llegar a viejo pero no de ser como esos viejos acusados de que se abrazan a las posiciones y que no dan lugar a nadie. Además, sentía que debía realizar otra tarea muy importante, que era escribir sobre temas históricos y doctrinarios, que es lo que he venido haciendo en diversos trabajos y libros.

Desgraciadamente, este alejamiento de Pedro ha generado una especie de vacante, que en estos días curiosamente la están llenando los jóvenes. Aunque les parezca mentira, yo tengo actividades todas las noches, por iniciativa de los propios jóvenes.

-De cara a la elección que se viene.

-Una elección juvenil que si bien no tiene grandes medios, ni contamos tampoco con los medios que ha tenido el Partido Nacional (PN), creo que va a ser una elección interesante. Y además uno ve la emergencia de una generación nueva; en todos estos meses uno ha percibido un renacimiento del optimismo.

-Falta un candidato claro quizás.

-Faltan candidatos claros. Da la impresión de que [José] Amorín Batlle va a ser candidato de nuevo; Tabaré Viera tiene su movimiento, pero aún no ha definido la posibilidad de una candidatura. Me refiero a candidaturas posibles, de las que se habla…

sanguinetti2-Fernando Amado.

-Fernando Amado sigue su línea de joven rebelde. Y van a aparecer otras opciones seguramente. Lo que pasa es que Uruguay es un país que se acelera mucho en materia de candidaturas, y en realidad, salvo el PN, que tiene de hecho definidos sus candidatos aunque no se proclamen, tanto el Frente Amplio (FA) como nosotros estamos sin candidaturas definidas, que irán apareciendo.

-¿Usted tiene su candidato?

-No.

-Se habla de Ernesto Talvi.

-Talvi es una posibilidad que ojalá cuaje y se decida a optar por la opción política. Es una figura incuestionablemente, de enorme valor técnico y moral, que sin duda honraría a cualquier partido.

-¿Tendría su apoyo?

-Van a tener mi apoyo todos los candidatos del PC, como lo tienen todos los muchachos que están trabajando, porque yo estoy al servicio del partido, de las ideas democráticas, y por eso mismo sigo batallando. Escribo todos los viernes en el Correo (www.correodelosviernes.com.uy) y en cuantos diarios existen y me dan la chance. Trabajo todo el tiempo y lo hago con gusto y con alegría, sobre todo el tema doctrinario, el debate de ideas.

En Uruguay todavía se debaten ideas que en la mayor parte del mundo desarrollado ya están zanjadas, pero acá siguen siendo objeto de controversia ideológica, y yo he estado siempre en el debate y seguiré estando a través de la prensa, de los libros.

-¿Qué cree que fue lo que desencantó a los colorados, para que dejaran de votar al partido? Hoy hablaba de la crisis del 2002… ¿tuvo que ver directamente con eso o hubo otros factores?

-Había un proceso de cierto desgaste de frontera con el FA, eso es innegable. ¿Por qué? Porque el Frente, mientras se sostuvo en la idea revolucionario-marxista, no ganó ni hubiera ganado nunca; el día que abandonó la idea revolucionaria y fue a las elecciones con un candidato de apariencia moderada –por no decir conservadora-, pudo ganar.

¿Qué había ocurrido? Que nosotros habíamos tenido que asumir la tarea de reformar nuestra propia obra histórica. Uruguay está configurado en torno al Estado colorado-batllista, y nosotros mismos tuvimos que ir asumiendo la reforma del propio Estado: la reforma de la seguridad social, la competencia de los entes, la transformación de órganos como oficinas públicas en estructuras comerciales, etcétera.ç

“Hay una mitad del FA que no es democrática porque no lo fue nunca, que se sumó a la democracia, pero no a la convicción democrática”

Todo eso nos fue generando resistencia, mientras que parte del Frente se instalaba en la nostalgia del Batllismo. Es decir, nosotros éramos los parricidas de nuestra propia historia, y esos sectores del FA eran los que se abrazaban a la ortodoxia batllista sobre una idea inmovilista. Eso produjo una frontera y un drenaje hacia el FA, que hoy ha cambiado porque ha mostrado sus falencias, sus debilidades, pese a que le tocó administrar la mayor bonanza en la historia del país en cuanto a precios internacionales.

-De hecho, desde el partido de gobierno suele decirse que el FA es el Batllismo del siglo XXI, que tomó su agenda, la actualizó y forjó una relación directa con la gente. ¿Cómo lo ve usted?

-Yo creo que no hay ninguna relación porque tenemos diferencias sustantivas desde la propia concepción democrática, hasta la de la seguridad social. Nuestra concepción de la seguridad social es desarrollista, de promoción del individuo, no una reforma de tipo corporativista, de igualar hacia abajo, que es lo que ha pasado con las reformas del FA, o sea, tenemos una distancia sideral.

-¿Se podría decir que con el fallecimiento del expresidente Jorge Batlle el PC superó ese golpe generado en el año 2002 con la crisis, en el sentido del reconocimiento que hizo la sociedad a su gestión?

-No sé si eso tiene alguna proyección electoral, sí creo que ha sido un reconocimiento histórico. A Jorge le tocó un momento muy duro del país, y tanto él como el partido lograron salir de esa crisis del mejor modo posible. El PC es el partido de la responsabilidad, de soluciones, y la crisis lo demostró, desgraciadamente, a un elevadísimo costo político. En el momento de la muerte de Jorge mucha gente reconoció que quizás había reaccionado de modo injusto a lo que fue una salida muy sacrificada.

-Aparte de ese 6% del que hablábamos, hay cerca de un 15% de votos en blanco o anulados o de indecisos. ¿Cómo atraer a esa gente?

-Hay encuestas que le dan 8% al PC, otras 7%… yo creo que el piso del partido está en el entorno del 10%, a partir del cual tendrá que crecer.

-¿Y cómo crecer en ese 15%?

-El crecimiento del PC está dado por la credibilidad de su planteo, de sus candidaturas, y creo que nosotros tenemos más credibilidad que nadie para plantear de nuevo una reforma educativa, porque en los últimos 70 años del país, los únicos que lo hemos intentado fuimos nosotros, y tenemos una autoridad de la cual carece muy especialmente el partido de gobierno, que ha sido un fracaso.

sanguinetti3Luego está el factor personal, porque la democracia en el mundo entero ha tenido un retroceso, y es que las elecciones son más de candidatos que de partidos. En consecuencia, el tema ya no es tanto de ideas, de tendencias, de tradiciones, sino de individualidades más o menos atractivas que en cierto momento puedan concitar una expectativa.

-Lo demostró Trump en Estados Unidos.

-Trump tuvo la habilidad de meterse adentro del Partido Republicano y barrer sus estructuras históricas, pero hacerse de un gran sello, porque él no es un republicano, es un típico populista. Actúa por arriba de las leyes, no respeta al adversario ni a los propios, ni los códigos del relacionamiento internacional, explota prejuicios, miedos, estimula la intolerancia, la división del país. Ahora, por suerte, la institucionalidad norteamericana es muy fuerte –el Congreso, la Justicia, el Ejército-, y por tanto no puede hacer lo que se le antoje.

-¿Cómo vio el suceso del Brexit?

-Lo inscribo dentro de la misma ola demagógica de explotación de prejuicios, sentimientos, miedos. En Europa y en EE.UU. han confluido varios temores: el terrorismo, los choques inmigratorios y el cambio tecnológico –que es tan poderoso porque todos tenemos un Uber en nuestro futuro que nos mueve el piso-. La confluencia de estos temores explotada demagógicamente llevó a que toda la Inglaterra vieja votara en contra de Europa para salir [de la Unión Europea], y a que las ciudades chicas, los pueblos y el Interior de EE.UU. votaran a favor de Trump.

-¿Un fenómeno de ese tipo puede llegar a nuestro país o estamos lejos?

-Estamos lejos del terrorismo, pese a que no somos ajenos porque acá hubo un homicidio por razones religiosas o étnicas, que es algo que nunca había ocurrido, pero estamos lejos de las zonas de mayor conflicto. Tampoco tenemos inmigraciones conflictivas; hoy la ola de inmigración que más crece es la venezolana.

-¿Y en cuanto a figuras políticas?

-En Uruguay no lo veo porque felizmente los partidos siguen insistiendo y  teniendo sus apelaciones más fuertes.

-¿La aparición de Novick, que viene de afuera de la política, no podría compararse con esos fenómenos?

-Yo creo que es un fenómeno de novedad que hoy ya no parece tener la aureola que en su momento tuvo.

“El PN está fuerte, pero si el PC no rescata esos sectores de clase media que han sido históricamente sus mayores apoyos, es difícil que ocurra el cambio que alienta tanta gente en el país”

-¿No ha afectado al PC?

-No creo.

-¿Qué rol cree que puede tener el PC en las próximas elecciones?

-Es un rol de decisión. El PC superando o retornando a las cotas que había alcanzado incluso con crisis, define la elección. El PN está fuerte, tiene su buena instalación en el interior del país especialmente, pero si el PC no rescata esos sectores de clase media granjera o urbana, que han sido históricamente sus mayores apoyos, es difícil que ocurra el cambio que alienta tanta gente en el país. Yo creo que eso es posible y por eso es que miro con optimismo el futuro, aun dentro de un esquema de incertidumbre que se está dando.

-El secretario general del PC, Adrián Peña, dijo a CRÓNICAS que “el PC va a tener tres ejes programáticos fuertes, que deberán ser llevados adelante por quien gane, en caso de que quiera contar con nuestro apoyo en la elección, y luego en el gobierno a través de nuestros votos en el Parlamento”. ¿Comparte el razonamiento?

-La oposición haría bien en articular una alternativa creíble para la gente. No puede ser una solución artificial. Ojalá se pudiera lograr algo que realmente muestre la capacidad de manejo de una situación de gobierno importante.

-O sea, ese acuerdo no podría hacerse con el FA, tendría que darse solo con la oposición.

-Con el FA imposible, son demasiado grandes las diferencias.

-Usted ha venido haciendo un esfuerzo, junto con Luis Hierro López y otros dirigentes y técnicos, para reflotar el ala batllista a través de Batllismo Unido. ¿Qué repercusión ha tenido?

-El Batllismo hoy se ha difundido en todo el partido, es decir, no se concibe un batllista que no sea colorado ni un colorado que no sea batllista. En los años en que estuvo Pedro, se lo etiquetaba como que era colorado pero no batllista. Yo jamás le sentí una idea que fuera antibatllista, pero el hecho es que la etiqueta hacía pensar eso. Hoy su alejamiento ha diluido completamente ese debate, y estamos simplemente en el reconocimiento de una realidad que ya existía.

-Amado fue muy criticado dentro del propio PC por haberse reunido con Tabaré Vázquez y haber prestado su voto para el polémico artículo 15 de la Rendición de Cuentas. ¿Cómo evalúa esa decisión?

-Fue una actitud que personalmente considero equivocada. Podía entender que se hubiera sumado, dada su actitud de rebeldía, a algo más o menos demagógico, pero a algo tan impopular, no le encuentro mucho sentido.

sanguinetti4-¿Cómo ve a su nieto, Julio Eduardo Sanguinetti, que se presentará en las elecciones juveniles en noviembre y se quiere dedicar a la actividad política?

-Es un jovencito que simplemente está queriendo incorporarse en el camino.

-¿Qué futuro le ve al PC?

-El PC sigue representando causas muy fuertes, y ellas son las que lo van a sostener. Es un partido históricamente reformista, no revolucionario, no conservador, sino reformista. Por eso podemos alegar que nadie hizo una reforma más importante que la educativa en 70 años. Representamos la República laica como ningún otro, que es una gran tradición del país incorporada a su ADN, que en los últimos años ha tenido agresiones y falta de convicción, pero que seguimos representando. Nuestra idea de la seguridad social no es la idea corporativa ni la de igualar hacia abajo. Estas grandes causas nos siguen moviendo, y este conjunto lo representamos nosotros y nadie más.

-¿Vio el documental sobre Wilson Ferreira?

-No, no lo vi. Vi la parte del Dr. [Ignacio] de Posadas porque me la pasaron en un canal.

-¿Le hubiera gustado formar parte de la película y contar su versión de la historia?

-El director [Mateo Gutiérrez] me entrevistó para el documental [Destino Final] que hizo sobre la vida de su padre [Héctor Gutiérrez Ruiz], y en este no lo hizo. Podría haber tenido mucho sentido en la medida en que yo fui muy amigo de Wilson. Él tuvo muchos enfrentamientos en el proceso de salida pero no conmigo, porque siempre dijo que yo le había dicho la verdad todo el tiempo, lo cual es así. Su enojo era con el FA, con el general [Líber] Seregni. Pero el director hace la película que considera, y desgraciadamente se incluyen esas apreciaciones un poco curiosas de alguien que tiene una suerte de obsesión con lo que yo hago o no hago, digo o no digo (en la película, De Posadas dice que “Sanguinetti ha sido nefasto para el Uruguay”).

-Durante su segunda Presidencia se abordó la reforma de la seguridad social, incorporando un nuevo pilar de ahorro individual obligatorio. Para algunos expertos es un sistema con fortalezas, pero que hoy se enfrenta a cambios demográficos que requieren de una actualización. ¿Considera que Uruguay quedó rezagado en ese sentido? ¿Habría que haber tomado precauciones antes?

-En nuestra segunda Presidencia se fue a la reforma por una necesidad impostergable. En Europa, los países que lograron reformar a tiempo la seguridad social, fueron los que lograron preservar su salud financiera. En nuestro caso, el sistema ha funcionado perfectamente; tuvimos el contratiempo de una ley del gobierno de [José] Mujica, que metió por la ventana a 70.000 jubilados y generó una descompensación. No lo digo yo, hoy lo está diciendo [Danilo] Astori. Eso fue un retroceso.

“Wilson tuvo muchos enfrentamientos en el proceso de salida pero no conmigo, su enojo era con el FA, con el general Seregni”

Hoy sigue habiendo retroceso, como esto de los cincuentones. En aquel momento se sabía perfectamente que esta situación estaba allí, y lo que se deseaba era que se retiraran a los 65 años y no a los 60, es decir, no fue una imprevisión, fue una deliberada idea, porque se quería tender hacia los 65 años. Yo veo con preocupación que todo esto se ha ido tocando para mal.

-¿Y cómo ve la posible solución que presentó el diputado colorado Conrado Rodríguez por la vía legislativa?

-Me parece la más lógica. Si tienen que optar, que lo hagan en el momento de jubilarse y no hoy, porque al final les imponen una restricción que puede ser una trampa para los presuntos beneficiarios. Hay una peligrosa tendencia a desbalancear nuevamente el sistema, y hay que ir pensando en que la mejora demográfica –vivimos más y mejores años- va imponiendo que progresivamente sumemos algún año más en los requisitos para la jubilación.

-¿Qué piensa del manejo que ha hecho el gobierno frenteamplista frente a este tema?

-Creo que se está estirando una cuerda que hay que tener con mucho cuidado, porque no olvidemos que el BPS se lleva 7 puntos del IVA, además de todas las contribuciones estatales, empresariales y de trabajadores. Es un sistema muy importante en la estabilidad del país, pero enorme en el peso también, entonces no se puede jugar con esto.


“La diferencia con Vázquez está en que nosotros afrontamos a los sindicatos e hicimos la reforma educativa”

-Una reforma destacable de su segundo mandato fue la de la educación, área cuyas dificultades hoy parecen tener pocas soluciones a la vista. ¿A qué se debe?

-La reforma de la educación ya la habíamos imaginado en el primer gobierno, pero teníamos que ir con cuidado porque el objetivo prioritario era la salida institucional en paz, de modo que no podíamos introducir factores demasiado conflictivos –ya había un tema complicado allí, que eran 3.000 funcionarios destituidos-.

Cuando volvimos a la Presidencia debíamos llevar esto a la práctica porque ya habíamos ido a la elección con todo el plan presentado en nuestra campaña electoral. No fue sencillo, pero buscamos consensos para armar un equipo bueno y coherente, pensando además en que inevitablemente esto iba a generar un conflicto fantástico como efectivamente pasó, porque había que chocar con el conservadurismo habitual de las gremiales de profesores y de maestros.

sanguinetti5-¿Eso es lo que impide reformar la educación? El propio presidente Vázquez prometió un cambio de ADN en la materia, pero quedó trunco.

-Desde México hasta Tierra del Fuego las gremiales de maestros y de profesores son muy complejas, muy fuertes y muy conservadoras, y todas tienen esa característica de resistir los cambios, de asumir una actitud corporativa.

-Le pasó a usted con su reforma.

-Siempre, pero la ventaja que tenía yo era que ya estaba curtido de esos líos, porque cuando fui ministro de Educación también llevé adelante una ley que tenía un objetivo fundamental, que era crear el Codicen, es decir, un órgano rector.

-En su momento, muy criticado también.

-Violentamente criticado… era como agredir las autonomías de las ramas de la enseñanza, que en realidad eran absolutamente incoherentes entre sí –Primaria, Secundaria, la UTU-, gobernadas por tres sistemas de elección distintos. Siendo la educación un proceso continuo, tenía que haber una autoridad común y eso fue lo que se discutió. Decían que era una reforma fascista, autoritaria, lo cual era una barbaridad; la prueba está en que el Codicen nunca más salió ni saldrá.

Yo recorrí el país como ministro de Educación con conflictos, incidentes, muchos de ellos violentos, discutiendo en todos lados, en los medios, en actos públicos. Eso mismo me hacía creer que íbamos a tener algo parecido, y se generaron unas protestas enormes; parecía que estábamos vendiendo la soberanía nacional al BID y una serie de barbaridades, cuando nosotros veníamos estudiando el tema desde la primera Presidencia, cuando fuimos a la elección con el programa publicado.

-Lo mismo que padeció Vázquez, que desde la campaña hablaba de su reforma.

-La diferencia está en que nosotros afrontamos a los sindicatos y lo hicimos.

-¿A Vázquez le faltó liderazgo entonces?

“No entiendo cómo Amado apoyó algo tan impopular como el artículo 15 de la Rendición de Cuentas”

-Este no es un gobierno con libertad republicana, es un gobierno condicionado por las corporaciones sindicales, entonces el Dr. Vázquez no tiene margen. Él representa a un sector político del FA que no es el poder real. Eso también es una lección hacia el futuro, porque mucha gente dice que no se va a poder… se va a poder en la medida en que haya gente que tenga no solo claridad en lo que quiere, sino además la fuerza de convicción para afrontar las oposiciones que van a venir.

El país perdió 10-15 años. Esta es una generación que se ha estado condenando, porque estamos viviendo una situación en que los chicos salen de Primaria y de primer año del liceo y rebota un tercio. Ahora se está resolviendo el tema de la repetición a fuerza de que pasen todos, con lo cual cuando salen de Secundaria, rebotan en la puerta de la Universidad o de los estudios terciarios.


“El Frente Amplio ha mostrado una gran debilidad frente a las mentiras y a la corrupción”

-Uruguay hoy es noticia a nivel mundial por tener un exvicepresidente que renunció acusado de corrupción. ¿Qué reflexión le merece? ¿Perjudica nuestra imagen internacionalmente?

-Es un episodio muy triste de la vida institucional y política del país, que se arrastró dos años prácticamente, y ahora se le quiere poner punto final, pero no es así, porque estamos siguiendo las alternativas de un expediente judicial en el tema de Ancap. Con el ficticio título y la tarjeta corporativa, nuestro exvicepresidente demostró una actitud casi adolescente en cuanto a no decir la verdad, y una personalidad incompatible con el ejercicio del cargo.

También hay un tema ético en lo de Ancap, más allá de las implicaciones penales. Ha habido una defensa acérrima de una administración deficitaria, de procedimientos irregulares, desde la compra del famoso remolcador hasta el horno. En fin, defender eso a esta altura ya no es un tema simplemente de gobierno, sino que hay un tema ético, y cuando uno se equivoca, lo primero que debe hacer es reconocerlo.

En el exterior se ha mirado de dos ángulos. Por un lado, como una crisis institucional, que no lo fue porque la resolución final fue un trámite y no pasó nada, porque incluso la sustitución del presidente y el vice está regulada en la Constitución. Por otro, como algo ejemplar en comparación con otros países, donde los vicepresidentes o los presidentes están muy cuestionados y siguen en el cargo, pero el tema no es compararnos con el exterior, sino con nuestra propia historia, que es políticamente muy distinta a la de nuestros vecinos.

sanguinetti6-¿Y qué representa este hecho para nuestra historia?

-Es un hecho penoso que arroja un fuerte déficit sobre el partido de gobierno porque ha mostrado una gran debilidad frente a las mentiras, a los episodios de corrupción. Se dice que cuando en Argentina se roban 1.000, acá se roban 10, y el tema no es ese, es la conducta.

-Hay otra lectura que dice que Uruguay sigue siendo ejemplo de solidez institucional, tras la renuncia del vicepresidente sin necesidad de intervención judicial y a instancias del propio partido que integra.

-El país ha tenido una tradición de moralidad histórica, pero lo que se revela acá es que el FA ha adolecido de dos cosas: le costó dos años entender la inmoralidad de la conducta, y en el terreno democrático también demoró dos años para entender que en Venezuela había una dictadura.

-Algunos todavía no lo entienden así.

-Algunos todavía no lo han entendido ni asumido, pese a que están presos los líderes, la Justicia está subordinada, la fiscal está agredida, además de que el país está refundido económicamente y destruido en todas sus cadenas de producción.

-¿Por qué cree que una parte del FA no asume esa realidad?

-Porque no es democrático.

-¿El Frente no es democrático?

-Hay una mitad del Frente que no es democrática porque no lo fue nunca, es decir, el Movimiento Tupamaro y el Partido Comunista nunca fueron democráticos; creían y creen en otro sistema de gobierno que no es el republicano democrático liberal. Creían en la revolución de tipo marxista en su tiempo, la intentaron hacer por las armas y perdieron. Luego se sumaron a la democracia, pero no a la convicción democrática.

-¿Eso ha significado un retroceso para Uruguay en su avance en el mundo?

-Son grupos que no tienen la capacidad de propuesta como para instalar el régimen en el cual ellos creerían, que es más o menos el de Venezuela, pero sí tienen una gran capacidad de veto para inmovilizar al gobierno, es decir, pueden impedir que haya tratados de libre comercio y los detienen, por prejuicios. Hoy tienen jaqueado al canciller y bastante limitado al ministro de Economía, y el país queda de rehén de estas visiones arcaicas, ideologizadas, sesentistas, de una utopía que nunca existió.