¿Cómo afecta el consumo de azúcar a tu estado emocional?  

Consumir 100gr más de azúcar al día aumentaría en 28% el riesgo de depresión

La relación del azúcar con el estado emocional ha sido objeto de numerosos estudios científicos y psicológicos que buscan comprender cómo influye en el bienestar mental. 

Para abrir el tema, partamos de que el azúcar no es un problema, el exceso sí. La clave está en la moderación y en tomar decisiones informadas para favorecer tanto al cuerpo como a la mente.  No obstante, desde la ciencia, el impacto del azúcar en la “alimentación emocional” conlleva un análisis imparcial siempre buscando respuestas.  

De acuerdo con un estudio internacional de 2024 editado en la Simmons University de Boston, el consumo de azúcar a nivel mundial ha coincidido con una mayor prevalencia de trastornos como la depresión y la ansiedad. La institución estadounidense estima que, si bien las enfermedades mentales tienen diferentes orígenes, un estilo de vida poco saludable aumenta el riesgo de desarrollarlas.  

La Simmons University descubrió que la ingesta de azúcar afecta el equilibrio en los niveles de glucosa y puede desencadenar una respuesta inflamatoria en el sistema nervioso, perjudicando el bienestar psicológico. Por ejemplo, su investigación concluyó que un aumento de 100 gramos de azúcar diarios en la dieta podría elevar en un 28% la probabilidad de sufrir depresión.  

Pese a que la conexión entre el estado de ánimo y la alimentación es algo multifactorial, Lindsay Malone, consultora de nutrición de la Case Western Reserve University, señala que, en momentos de estrés, solemos buscar alimentos azucarados porque liberan dopamina y serotonina, generando una sensación temporal de calma. Mientras que un estudio de la Universidad de California confirma que el azúcar puede inhibir el cortisol, la hormona del estrés, pero esta “protección” es engañosa, ya que su consumo constante debilita la capacidad del organismo para manejar el estrés. 

Los especialistas en Splenda® recomiendan optar por una dieta equilibrada, rica en alimentos naturales y con un consumo prudente de azúcar, lo cual podría ser una estrategia efectiva para mejorar nuestra integridad mental en este caso. Sin embargo, es importante señalar que, si bien los edulcorantes pueden ser una alternativa al azúcar, no están destinados a tratar ni prevenir condiciones como la depresión o la ansiedad. 

El propósito de reducir el consumo de azúcar es un reto, pero también una oportunidad para mejorar. Al inicio, es normal experimentar irritabilidad o fatiga, lo que refuerza la idea de que el endulzante no sólo impacta en lo físico, sino también en lo emocional. En este escenario, las alternativas ofrecen una respuesta, porque mantienen el dulzor que tanto disfrutamos sin las subidas y bajadas de energía, facilitando la transición hacia un estilo de vida más sostenible”, comentó Beatriz Portilla, Nutrition Specialist en Splenda®.  

Los edulcorantes como los utilizados en  Splenda® aportan dulzura a los alimentos y bebidas sin calorías añadidas del azúcar. Además,  por ejemplo; para la stevia (glicósidos de esteviol) existen más de 200 estudios respaldan su seguridad, que han sido evaluados por distintas agencias evaluadoras de riesgo como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el Comité de Expertos de la Organización Mundial de la Salud y la FAO (JECFA), y la FDA de Estados Unidos.