El antiguo, entretenido y sobriamente contado “thriller” estadounidense, posee bandera española y dirección catalana

Defraudar al fisco > VIEJA Y EXTENDIDA PRÁCTICA

Por A. Sanjurjo Toucon

7 Días. España 2016. Dir.: Roger Gual. Con: Juana Acosta, Alex Brendemühl, Juan  Pablo Raba y    Paco León. Producción, distribución y exhibición: Netflix.

En 1946, el dramaturgo británico J.B. Priestley, da a conocer su brillante  pieza teatral   “Ha llegado un inspector”, que fuera reiteradamente trasladada al cine, la radio, y la  TV, en diversos formatos (película, telefilm, miniserie,  etc.). Allí, un inspector policial llega a casa de una aristocrática familia británica, interrogando  a sus integrantes acerca de su relación con una joven soltera, aparecida muerta, constatándose su gravidez.

El aparente vínculo entre cada uno de los integrantes de la familia con la muerta, genera la aparición de insospechados rasgos en estos, dejando al descubierto una existencia de ruindades, acciones miserables, y resquebrajamiento de las relaciones internas.

El esquema de la mecánica dramática de  Priestley, es el elegido  por el realizador catalán Roger Gual y su equipo de guionistas. En ”7 años”, los cuatro socios de una  próspera empresa, se enteran de la inminente investigación de sus negocios por  parte de autoridades impositivas. De constatarse ilícitos, los cuatro empresarios pueden marchar a la cárcel por siete años. Sus artes ilícitas permitirán que en vez de marchar  los cuatro a la cárcel, sea posible que determinadas “confesiones”   condenen solamente a uno de ellos.  Los tres que queden libres, rescatarán buena  parte de los réditos ilegalmente obtenidos, ofreciendo  al que asuma la responsabilidad de ir a la cárcel una muy importante bonificación. Para resolver la situación los cuatro propietarios de la empresa solicitarán la intervención de un mediador.

La gestión del mediador, así como  la presencia del inspector, desencadenan actitudes hipócritas, pero reales, y una feroz rivalidad exponiendo el egoísmo de unos y otros.

La categorización de “cine teatral” se aplica fácilmente a esta producción española, no debiendo olvidarse que toda pieza teatral, registrada por  una cámara movediza,  preocupada en movimientos y encuadres, especialmente primero planos, es esencialmente “cine”. De donde “teatro filmado”, sería solamente aquel filmado por una cámara inmóvil desde  un mismo punto fijo. Esa parafernalia de diálogos breves, convincentemente expresados, hacen de “7 años” un muy disfrutable thriller (norteamericano).

Es este film hispano,  una realización con toda la prolijidad de los buenos “thrillers made in USA”. notándose especialmente en el rol asignado a la bella Juana Acosta, que despojada de latinas  pasiones, queda encerrada en un estuche  de estrella hollywoodiana.  A no olvidar que este bienvenido film es producido, distribuido y exhibido por  la norteamericana  Netflix. La historia del cine es circular.


Colo. Portugal / Francia 2017. Dir. y guión: Teresa Villaverde. Con: Joao Pedro Vaz, Alice Albergaria, Beatriz Batardea, Clara Jost.

Varias décadas atrás, ante una Europa próspera, con bajísimas tasas de desempleo, imaginar a ese continente sumido en profundas crisis económicas, semejaría un film de terror que llegó y dejó profundas huellas que el cine registrara.

El productor Elías Querejeta  y el realizador Fernando León de Aranoa, testimoniaron esa Europa y sus habitantes, en “Los lunes al sol”, un film donde los seguros de  paro aseguran la subsistencia,  sin evitar las crisis existenciales provenientes por esa (in)deseable ayuda. El estilo del film y el enfoque, corresponden al neorrealismo italiano de posguerra.

Una visión abarcadora del proletariado luchando por su subsistencia frente a la debacle económica, es la brindada por buena parte de los films de los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne. Films  de cuño neorrealista, tamizados   por fórmulas de solidaridad no ajenas a un triunfalismo de raíz marxista.

En “Colo”, de la   portuguesa Teresa Villaverde, la desocupación del  padre, la sub- ocupación mal remunerada –y quizás la infidelidad- de la madre, y la desorientación de la hija adolescente, generan angustias que se expanden sobre el trío. Al que se suman otras voces, de variable  intensidad. En primer lugar la amiga  de la juvenil protagonista, embarazada, con temor a presentarse en su casa; una abuela imposibilitada de distinguir a su nieta de otra chica de su edad; el antiguo amigo, quizás ex novio o actual amante de la mujer, etc. etc. desplegando un friso de seres atormentados, cual criaturas salidas de un drama existencial bergmaniano.

La realizadora  guionista no parece dominar los “tempos” cinematográficos, extendiéndose   en uno  u  otro personaje,  al margen de su  real peso dramático en la secuencia abordada.

Sin que sea esta una propuesta visible del film, el espíritu machista  (¿de la realizadora guionista Villaverde, de los personajes en representación de la sociedad, de una idea generalizada?) aparece nítida y reiteradamente. Uno de los dramas de estas familias, está en la pérdida de trabajo de la figura paterna (el jefe), ante una esposa (sirvienta/concubina) que obtiene fuera del hogar “su independencia” económica.

En otras palabras, la mujer no  puede independizarse de sus labores domésticas adheridas al trabajo laboral. Mientras que el encarar tareas domésticas  (apenas esbozadas)  por el “macho” desempleado, es suficiente para hacer de este un drama  (en cierto modo bergmaniano) que trastornará al “pater familia”, su familia y la sociedad que integra.

Una de esas realizaciones que comienzan a masticarse varias horas después de vista.