Comunista fanática y pinochetista irracional, esposa y amante de celebridades, también escritora

Blanca Luz Brum> LA AVENTURA DE VIVIR

Por Álvaro Sanjurjo Toucon

No viajaré escondida. Argentina / Uruguay 2018

Dir. de investigación: Pablo Zubizarreta. Guión: Juan Pablo Young y Pablo Zubizarreta. Voz en off de Blanca Luz Brum: Mercedes Morán.

Este es el tercer documental de Pablo Zubizarreta (Buenos Aires, 1974) y el primero que dirige en solitario. En 2007, compartió dirección y guión de “4 de Julio” con Juan Pablo Young, ahora coguionista, y en 2016 lo hará con Matilde Michanié en “Grete, la mirada oblicua”.

Toda autobiografía es la visión que su autor posee de si mismo, a la que se suma la imagen que este desea brindar públicamente, con la ineludible cuota de ocultamientos y omisiones. Toda biografía es la visión que el autor recoge del personaje retratado, con la ineludible cuota de admiración o rechazo sentidos hacia el mismo. A su vez, en este último caso, el material utilizado suele provenir, si de escritores se trata, de textos literarios, correspondencia y diversas personalidades que le conociesen (amándolo u odiándolo).

La imposibilidad de objetivizar acerca de la vida de una persona, es asumida por Zubizarreta quien, en su condición de autor de este retrato de la poetisa Blanca Luz Brum,  señala que se trata de una de las varias opciones elegibles. ¿Qué es lo verdadero? ¿Qué es lo falso? Esta dicotomía no es nítida en la óptica de Zubizarreta, quien reconoce implícitamente que todo depende del punto de vista del observador, dando espacio para  que lo aparentemente contradictorio no lo sea. Pongamos, por  ejemplo, que en un edificio de cuarenta pisos existe un personaje asomado por una ventana de la vigésima planta. Para quien está en la vereda lo cierto es que el personaje se encuentra “allá arriba”, mientras que para el observador situado en la azotea estará “allá abajo”.

Blanca Luz Brum (1905-1985), protagonista de esta biografía fílmica, poeta y escritora, ocasional artista plástica, al igual que sus compatriotas y colegas Roberto de las Carreras (1873-1963) y Susana Soca (1906-1959), se han visto más difundidos por sus agitadas existencias que por la variada trascendencia de su producción intelectual.

Blanca Luz Brum nació en Pan de Azúcar (Maldonado, Uruguay) destacándose como niña de increíble desempeño en todos los órdenes, con una firme convicción de cuanto deseaba. Condición que la llevó a subyugar, con sus 19 años, a punto de casamiento al poeta Juan Parra del Riego, visitante del Uruguay, quien la convirtió en madre viuda a los veinte. Viajera infatigable, comunista militante, participará en diversas revistas literarias latinoamericanas, al tiempo que se vincula amistosamente, intelectualmente y sentimentalmente, a veces todo ello en conjunto, con una impresionante galería de personajes: el citado Parra del Riego, primero de sus cuatro maridos; el muralista mexicano David Alfaro Siqueiros, su segundo esposo; el uruguayo Natalio Botana, director del diario argentino “Crítica”, con el que protagoniza un romance culminado en escándalo, el pensador marxista peruano Juan Carlos Mariáteguy, y Juan Domingo Perón del que según algunas fuentes habría sido amante. Esa militancia comunista, hizo de Blanca Luz Brum una ardiente feminista (en contradicción con un partido que poca participación dio a la mujer) para, en un inexplicable giro final (o no tan inexplicable) defender e integrar las huestes de uno de los grandes asesinos  de la historia: el Gral. Augusto Pinochet.

Esta faceta es acaso una de las posibles, que el espectador obtendrá de esta apasionante aproximación a Blanca Luz Brum, ofrecida por este testimonio construido por Zubizarreta, quien advierte de su relatividad. Hijas de Blanca Luz, sus cartas a las que presta voz Mercedes Morán, los amigos, las revistas y otros testimonios, son articulados magníficamente, a veces en forma de “puzzle”, para asir a la inasible Blanca Luz Brum.


Megalodon (The Meg). EE.UU. / China 2018

Dir.: Jon Turteltaub. Con: Jason Stathman, Bingbing Li, Shuya Sophia Cai, Robert Taylor,   Jessica McNamee, Ólafur Darri Ólafsson.

Infinidad de productos de grandes empresas occidentales, son fabricados a bajo costo en China (con mano de obra en situación de esclavitud) bajo licencia de las primeras que también las comercializarán con fáciles ganancias.

En el caso de la industria cinematográfica ese sistema luce obviamente impracticable. Difícilmente películas como “Cuando ellas quieren” o simplemente las comedietas hollywoodianas sobre estudiantes, podrían interpretarse con actores chinos. Es por ello que la industria de la Meca del Cine apela a la coproducción, como esta “Megalodon”, distribuída mundialmente por “Warner Bros.”, a excepción de China, donde lo hace la local “GravityPictures”, y Rusia en que la tarea la lleva adelante “KaroPremiére”, vinculada a “Warner”.

La presencia china más visible que tenemos en “Megalodon” se sitúa en el reparto, donde los personajes son, naturalmente, chinos. Esa binacionalidad corresponde a la tripulación de naves de exploración de las profundidades náuticas, donde hallarán vivo un megalodón, especie de tiburón prehistórico extinto hace millones de años, que alcanzara una longitud de 18 metros que el film se encarga de acrecentar.

La resurrección de animales extinguidos halló su cultor en Steven Spielberg y los “Jurassic Park” y “Jurassic World”.  Spielberg, también es padre cinematográfico del “carcharadoncarcarias” de la memorable “Tiburón”, generosa y malamente imitada por olvidables títulos. siendo este “Megalodón” uno más de ellos.

El realizador Jon Turteltaub es un    artesano dedicado a rutinarios productos comerciales de acción y aventuras (3 ninjas, Mientras dormías, Instinto, etc.) y ahora lo ratifica. El título del film en  inglés es “The Meg”, diferenciándose así de la producción norteamericana “Megalodon” (2018), con tema similar y dirección de James Thomas, concebida para el mercado televisivo.

Torpe y pobremente realizada, con anécdota de serial de los años 20 del siglo pasado, y rústicos efectos especiales de los 50, este film chino norteamericano, hablado en inglés y mandarín, hace setenta años hubiera sido parte de desaparecidos “doble programa” y/o matinés.

Tan disparatada, que por instantes divierte.