En estos días se han dado discusiones acerca de las proyecciones de crecimiento que fundamentan la Ley de Presupuesto, su compatibilidad con la trayectoria estimada de las cuentas públicas, la situación fiscal presente y futura. El crecimiento del producto es una de las fuentes relevantes del aumento de recursos que se requieren para poder alcanzar esa trayectoria fiscal planificada por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), por lo que dichas proyecciones merecen un análisis cuidadoso.
Por Silvia Rodríguez-Collazo (*) | @SilviarCollazo
En el marco de esas discusiones, algunos analistas han expresado su convicción de que para evaluar esta trayectoria de crecimiento futuro es necesario vincularla al crecimiento de los últimos cinco años, incluso, diez. Podemos preguntarnos entonces: ¿El crecimiento promedio del PIB del quinquenio anterior es un buen predictor de la expansión del nivel de actividad de los próximos cinco años?
Cuadro 1: Crecimiento promedio quinquenal del PIB y proyecciones para 2025-2029

Fuente: elaboración propia en base a datos del BCU.
Veamos el desempeño predictivo que tiene tomar a la tasa de crecimiento promedio de los últimos cinco años como pronóstico del crecimiento promedio de los próximos cinco años. En el Cuadro 1 se detalla el crecimiento promedio de los tres quinquenios previos al que se está pronosticando actualmente.
Durante el período 2010-2014, el crecimiento promedio de la economía fue 5,2%, pero en el quinquenio siguiente, 2015-2019, se enlenteció de tal forma que la economía creció a menos de 1%, casi una quinta parte del crecimiento del período inmediato anterior. En este caso, el error de predicción sería de 4,3%, cuya magnitud es casi cuatro veces el propio crecimiento del período. Nuevamente, si proyectamos el crecimiento de 2020-2024 en base al crecimiento de 0,9% del quinquenio previo, también se habría cometido un error, en este caso se habría subestimado el crecimiento en 0,5%. Pero veamos más en detalle algunos eventos determinantes del crecimiento del período que actualmente se toma como referencia, 2020-2024. Consideremos dos shocks negativos, la ocurrencia de la pandemia y la sequía de 2023, y tengamos en cuenta que, a pesar de la ocurrencia de estos eventos, la economía creció casi una vez y media respecto al quinquenio previo.
A la hora de realizar predicciones hay que tener presente que pueden ocurrir eventos anómalos e impredecibles dentro del horizonte de predicción. Entre 2020 y 2024 ocurrieron dos shocks cuya magnitud y duración eran impredecibles. Primero la pandemia, evento único y que la racionalidad indica que no puede repetirse en el corto plazo, fue un shock negativo que impactó profundamente a la economía y que resultó determinante en la tasa de crecimiento promedio del período. En segundo término, la sequía, otro evento impredecible tanto por el momento en que ocurrió como en su magnitud y duración. Haciendo un ejercicio prospectivo, podemos pensar que eventos de sequía, aun siendo impredecible el momento de su ocurrencia, podrían repetirse con mayor frecuencia que un evento profundamente negativo y generalizado como la pandemia, por lo cual, al proyectar el crecimiento promedio de 2025-2029, no deberíamos pensar que son eventos que se pueden repetir en ese período.
A pesar de la ocurrencia de estos eventos negativos, la economía uruguaya se expandió en promedio medio punto porcentual por encima de lo registrado en los cinco años anteriores. Parece razonable conjeturar, no obstante, que, si estos dos eventos no hubieran tenido lugar, el desvío respecto al crecimiento correspondiente al quinquenio previo, podría haber sido mucho mayor a 0,5%.
Por ende, proyectar el crecimiento promedio anual de 2025-2029 en 2,4%, o sea, un punto porcentual por encima de la expansión del PIB en el quinquenio anterior, difícilmente pueda afirmarse que es una previsión optimista, tampoco pesimista. A la luz de la historia reciente, lo que sí podría afirmarse es que el promedio del crecimiento del PIB correspondiente a los cinco años previos, difícilmente pueda considerarse como un predictor adecuado del comportamiento del PIB del siguiente quinquenio.
¿Los procedimientos que utilizan habitualmente los analistas para elaborar predicciones de crecimiento a corto plazo resultan adecuados para pronosticar la trayectoria del PIB a medio y largo plazo?
En el ejercicio de proyectar el crecimiento a cinco años, las técnicas usadas para proyectar en el corto plazo no son las más adecuadas para un pronóstico de mediano plazo. Una estrategia a utilizar para proyectar un horizonte de más de dos años, es considerar que en el mediano plazo la tasa de crecimiento se aproxima al crecimiento potencial de la economía. De los reportes que surgen de las respuestas del Comité de Expertos, el crecimiento subyacente del período podría ubicarse próximo a 2,3%, por encima del crecimiento promedio observado del quinquenio pasado, pero en línea con el promedio de crecimiento proyectado por el MEF.
La estimación de crecimiento potencial realizada por la administración anterior en 2024, vigente para 2025, fue de 2,5%, y la tasa de crecimiento promedio pronosticada por el MEF es de 2,4%, lo que la ubica en línea con el crecimiento potencial antes mencionado y coherente con la aplicación de estrategia de pronóstico de mediano plazo para horizontes más largos.
Sostener la conjetura de que el crecimiento promedio entre 2025 y 2029 debería ser menor a 2,4%, implicaría esperar un crecimiento promedio por debajo del crecimiento potencial, lo que requiere de un fundamento sólido que no se ha esgrimido aún.
En suma, no es recomendable usar el crecimiento del quinquenio previo como referencia para pronosticar el crecimiento del quinquenio inmediato siguiente. Si la estrategia utilizada para predecir el crecimiento de mediano plazo consiste en tomar como referencia un estimador del crecimiento potencial de la economía, las proyecciones contenidas en el mensaje de exposición de motivos de la Ley de Presupuesto son coherentes con las más recientes estimaciones del crecimiento potencial.
(*) Magíster en Economía por la Universidad de la República, Uruguay. Investigadora asociada del Centro de Investigaciones Económicas (Cinve). Docente e investigadora del Instituto de Estadística (Iesta) de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración (Udelar). Correo: srodriguez@cinve.org.uy.