Estructurar la empresa familiar

Columna > Confederación Empresarial del Uruguay

Si quieres dar el paso a ser tu propio jefe, es normal que lo primero sea recurrir a tus seres queridos y comenzar un negocio familiar. Sin embargo, en muchas ocasiones es difícil separar ambos roles: familia y empresa. Así que ¿cómo hacerlo y lograr un equilibrio?

Antes de empezar tu empresa familiar …

Como todo lo que recomendamos, debes planificar. Sí, asegúrate que has considerado cada una de las actividades para garantizar el éxito. 

  1. Identificar los roles de cada persona

Por experiencia sabemos que al formar una empresa familiar básicamente nos convertimos en “todólogos”. No es que eso esté mal, es lo que hace a una persona, un empresario. Sin embargo, para que funcione tu empresa familiar es necesario identificar y definir los roles de cada uno de tus familiares.

Para hacerlo, primero establece la cantidad de personas que necesitarás en tu empresa. Esto lo obtendrás en base al alcance que has definido en tu plan estratégico. Posterior a ello, documenta las funciones y roles, por medio de un descriptor de puesto o perfil de puesto de trabajo.

  1. Comunicar

Al tener los perfiles de puesto elaborados, es hora de comunicarlos a cada uno de los miembros de tu empresa. Recuerda que el éxito principal de una empresa es la comunicación. Comparte a cada uno su rol de trabajo y explica las funciones determinadas para cada uno. Adicionalmente, lo que se espera de ellos y el grado en el que van a apoyar a la empresa.

Muchas veces, sobre todo en las empresas familiares, damos por sentado que la otra persona “ya sabe” o tiene las mismas metas o ideales que el gerente o el socio principal. Error.

Asegúrate de comunicar claramente:

  • Lo que se espera de la persona: Básicamente a esto nos referimos con las expectativas de su rol o puesto de trabajo.
  • Responsabilidades:  Especialmente, a la hora de tomar decisiones. A la vez, es importante comunicar las consecuencias si algo no se elabora según lo especificado. 
  • Actitudes que no suman: Debes asegurarte de comunicar con tu familia, las actitudes que deben evitarse. Muchas veces cuando un familiar llama la atención a otro, lo más probable es que la persona se enoje. Y esto, en lugar de abonar a resolver el conflicto, lo hace más grande. Esto es importantísimo si quieres que la relación familiar funcione. 
  • Conocer lo que ellos esperan de la compañía: No solamente es importante que el líder expresa lo que espera de la persona, sino que escuche la razón primordial de por qué su familiar ha decidido unirse a la compañía. ¿Quiere ser un empresario? ¿Se ve a largo plazo? ¿Qué quiere lograr? Mientras más abierto sea el líder para recibir retroalimentación, el inicio de la empresa familiar será mejor.

Sobra decir que si tú consideras otros aspectos importantes a comunicar, lo hagas saber. Recuerda que la regla de oro en todo negocio es siempre comunicar, nunca asumir. 

  1. Separar los roles entre “familia” y “empresa”

Estos son algunos ejemplos como puedes hacerlo:

  • Separa un espacio de tu hogar para manejar las cosas de tu negocio o empresa
  • No discutan sobre asuntos de trabajo en la mesa o en el dormitorio (aplica para esposos).
  • Hagan otras actividades en conjunto, que no sean relacionadas al trabajo, como una salida al cine, parque, teatro, etc.
  • Definan un horario de trabajo. Aunque sabemos que muchas veces el negocio no duerme, trata de descansar y hacer “algo más que trabajar”. De lo contrario, llegarás al día siguiente frustrado y sin ganas de seguir.
  • Tengan reuniones de trabajo y seguimiento. De esta forma, hablarán sobre los aspectos relacionados al negocio en dichos espacios.
  • Nunca se deben faltar al respeto. Cuando los nervios o las emociones están a flor de piel,  golpea una almohada, grita o escribe, pero nunca le faltes el respeto a tu familia. El enojo dura pocos minutos, las repercusiones pueden mantenerse por años.
  • Sean maduros para aceptar sus errores: Sabemos que en todo negocio que empieza se cometerá errores. Asegúrate de aceptarlos, pero sobre todo enfocarte en la solución. ¿Qué puedes hacer para corregir el problema?
  1. Cuenten con herramientas de medición

Muchas veces lo hemos dicho, lo que no se mide no se puede mejorar. Asegúrate de incorporar herramientas para medir el desempeño de la empresa familiar y de cada uno de los que la conforman. 

Una de las herramientas de medición más comunes son los indicadores de gestión. La mejor parte de los indicadores es que permiten tomar decisiones y cambiar algo que no está funcionando.