Agencia Moody’s mantuvo calificación de Uruguay, pero alerta por elevados niveles de déficit y deuda

Nota se encuentra dos escalones arriba del grado inversor y es el máximo histórico para el país

La agencia Moody’s Rating dejó sin cambios la nota de la deuda uruguaya en su máximo histórico, con perspectiva estable, destacando la fortaleza institucional del país, pero advirtiendo por los elevados niveles de déficit y de deuda pública. La agencia podría mejorar la calificación de Uruguay “si las reformas estructurales y fiscales adicionales resultan en una reducción significativa de la deuda” o si hay “una mejora significativamente más pronunciada del crecimiento”. Por el contrario, podría bajar “si se erosionan las reformas a los marcos de política fiscal y monetaria, lo que generaría presiones fiscales y un aumento de la carga de la deuda”, o si se vuelven a registrar “tasas de crecimiento persistentemente bajas”.

La agencia calificadora de riesgo Moody’s Rating resolvió mantener sin cambios la nota de la deuda uruguaya en su máximo histórico, Baa1, dos escalones por encima del grado inversor, y con perspectiva estable. Del lado positivo del informe, la agencia destaca la fortaleza de las instituciones, así como la estabilidad política y social. Asimismo, se elogia el sólido crecimiento del país, el flujo constante de inversión extranjera directa (IED), las reservas fiscales y los colchones externos relativamente amplios, y las sólidas prácticas de gestión de activos y pasivos.

Sin embargo, el informe también contó con críticas importantes. La agencia comentó que el país tiene un “nivel moderado” de deuda pública, pero al mismo tiempo presenta “rigideces estructurales en el gasto público”. También advierte que –aunque en descenso– una proporción relativamente alta de la deuda se mantiene en moneda extranjera, lo que compensa las fortalezas crediticias con las que cuenta el país.

Al analizar la coyuntura económica, Moody’s espera que la economía crezca este año un 2,8%, lo que implica una desaceleración respecto al crecimiento de 3,1% registrado en 2024.

En cuanto a la política monetaria, recordó que el BCU bajó su tasa de interés al 9% en julio, gracias a una inflación que continuó su tendencia a la baja, alcanzando el 4,5% el mes pasado, en línea con la meta establecida por las autoridades económicas. Asimismo, se destaca la reducción de las expectativas de inflación al 5%.

En su informe, Moody’s hace mención a la revisión del déficit fiscal realizada por el gobierno para este año. Mientras que a principios de año esperaba cerrar el 2025 con un rojo en las cuentas públicas del 3% del PIB, ahora se estima que el déficit fiscal ascenderá a fin de año al 4,1% del PIB. Esta revisión incorpora principalmente pagos extraordinarios e ingresos inferiores a los previstos debido al proceso de desinflación en curso.

La agencia calificadora estima que el año próximo el déficit fiscal pueda reducirse al 3,3% del PIB, “a medida que el gobierno se adapta al entorno de menor inflación, lo que conllevará una reducción del gasto derivada de una menor indexación salarial y una menor masa salarial pública”. Esta mejora de los números fiscales contribuiría a estabilizar los niveles de deuda en el entorno del 65% del PIB durante los próximos dos o tres años, según Moody’s.

Para arriba o para abajo

En otro orden, Moody’s también mencionó qué situaciones podrían derivar en una mejora o un deterioro de la nota de Uruguay. La agencia señaló que la calificación del país puede mejorar “si las reformas estructurales y fiscales adicionales resultan en una reducción significativa de la deuda y de la carga de intereses”. Asimismo, “una mejora significativamente más pronunciada del crecimiento de lo previsto actualmente, respaldada por una mayor inversión privada durante un período prolongado, que conduzca a una mayor diversificación económica y resiliencia económica ante shocks, también justificaría una mejora”.

Por el contrario, se advierte que “la calificación crediticia podría verse rebajada si se erosionan las reformas a los marcos de política fiscal y monetaria, lo que generaría presiones fiscales y un aumento de la carga de la deuda”. Además, así como un mayor crecimiento podría mejorar la calificación, por el contrario, si el país volviera a mostrar “tasas de crecimiento persistentemente bajas”, eso también podría presionar para un descenso en la calificación crediticia de Uruguay.