Arbeleche volvió a defender financiamiento asociado a indicadores ambientales en la cumbre UE-Celac

Reducción de intereses debe provenir de bancos multilaterales y –principalmente– de economías avanzadas

Entendiendo que la emergencia climática global requiere de “acción inmediata y soluciones de largo plazo”, la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, reiteró su intención de que los bancos multilaterales de desarrollo incorporen métricas ambientales en sus instrumentos de financiamiento. A su entender, estas entidades están en una posición única para contribuir a resolver un problema global compartido, como es el cambio climático.

Arbeleche volvió a aprovechar un foro internacional para referirse a la necesidad de potenciar el desarrollo de opciones de financiamiento que estén asociadas a indicadores ambientales. En esta oportunidad, fue en el marco de la cumbre Unión Europea-Celac que se realizó en Bruselas, donde participó de una mesa redonda sobre Financiamiento Sostenible en América Latina y el Caribe: “Potenciando el Mercado de Bonos Sostenibles”.

En su disertación, expuso que estamos enfrentando tres desafíos superpuestos que socavan los bienes públicos globales: la salvaguarda de la paz y la seguridad alimentaria; la salud pública; y la integridad ambiental. “La emergencia climática global que estamos encarando, en particular, demanda acción inmediata y soluciones de largo plazo”, sostuvo Arbeleche, valorando que “no hay lugar para soluciones incrementales”. “La verdad es que necesitamos un cambio transformador. Las economías desarrolladas y las economías en desarrollo necesitan escalar sus esfuerzos y tomar una acción contundente para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y preservar el capital natural”, subrayó.

La ministra planteó que el cambio climático es un problema compartido que involucra importantes externalidades transfronterizas, que deben abordarse de forma multilateral con coordinación global. Sin embargo, advirtió que los anuncios y compromisos, sin acción ni rendición de cuentas que los respalden, son meras palabras. “Tenemos que pasar de las palabras a la acción”, subrayó.

Para ello, agregó, se requieren tres cosas. En primer lugar, que los países desarrollados se esfuercen por cumplir su compromiso de desplegar los recursos prometidos a los países en desarrollo, incluso mediante subsidios a través de bancos multilaterales, para ayudarlos a alcanzar sus objetivos climáticos. En segundo término, los países receptores deben demostrar que actúan “en serio” para mitigar el cambio climático, basándose en “acciones creíbles”. Y, en tercer lugar, los inversores y los bancos multilaterales “deberían asumir una responsabilidad mayor que la simple optimización de los rendimientos financieros, actuando como administradores de todo el ecosistema financiero”.

Subite al barco

Por otra parte, Arbeleche instó a desarrollar los incentivos financieros para luchar contra el cambio climático y señaló que Uruguay ha abogado por ello, mediante innovación en los instrumentos de financiamiento soberano. En particular, se refirió a los incentivos financieros positivos para estimular que los países apliquen políticas sustentables, empoderándolos para integrar la reconversión verde como parte de sus estrategias de desarrollo.

Recordó que el Ministerio de Economía, junto a otros ministerios, y con la ayuda del BID y el Programa para las Naciones Unidas (PNUD), desarrolló un Bono Sustentable Vinculado a Indicadores Climáticos. Este bono incorporó explícitamente dos indicadores, reducción de emisión de gases de efecto invernadero y la preservación del bosque nativo, y vincula la tasa de interés del país al logro de metas climáticas y de naturaleza. “Acordamos con inversionistas y bancos, por primera vez para este tipo de instrumentos, recompensar al país reduciendo los costos de endeudamiento, si Uruguay sobrecumple sus ambiciosos objetivos”, explicó.

De acuerdo a la ministra, esta misma lógica y mecanismo financiero pueden extenderse a los préstamos multilaterales. “Hemos propuesto incorporar métricas ambientales en los préstamos de instituciones multilaterales y diferenciar las condiciones financieras de los préstamos en función de la capacidad de los países para proveer bienes públicos globales, como son los objetivos ambientales bajo el Acuerdo de París”, señaló.

Arbeleche explicó que los bancos multilaterales de desarrollo están en una posición única para contribuir a resolver un problema global compartido, como es el cambio climático. Una forma concreta de hacerlo, sería premiar el buen desempeño ambiental de sus clientes y subsidiar los intereses cuando se cumplan estos objetivos.

Asimismo, sostuvo que cualquier posible reducción de los intereses cobrados no debe provenir únicamente de los bancos multilaterales, sino principalmente de las economías avanzadas más ricas, quienes cargan con la mayor parte de la responsabilidad de un crecimiento históricamente intensivo en emisiones de carbono que han conducido a la actual crisis climática. De acuerdo a la ministra, esta sería una manera justa en la que los países desarrollados podrían cumplir su compromiso de desplegar los recursos prometidos para ayudar a los países en desarrollo a cumplir sus objetivos climáticos.