BCU afloja la política monetaria por descenso de la inflación y desaceleración económica

“Decisión es consistente con la continuidad de la política monetaria contractiva”

Foto: www.bcu.gub.uy

El Banco Central del Uruguay (BCU) decidió realizar una baja de 25 puntos básicos (pb) en la Tasa de Política Monetaria (TPM), fijándola en 11,25%, según informó la entidad a través de un comunicado. El BCU realiza “una evaluación positiva del descenso paulatino de la inflación en los últimos seis meses y de la consolidación esperada de esta tendencia en los próximos meses”.

El Comité de Política Monetaria (Copom) del BCU se reunió el pasado miércoles y en esa instancia resolvió cambiar el rumbo de la política monetaria, aunque manteniendo el sesgo contractivo de la misma, según señaló en el comunicado publicado luego del encuentro.

En definitiva, la entidad resolvió realizar un descenso de la tasa de interés de 25 pb, pasando de 11,5% a 11,25%, lo que implica un cambio en el rumbo de la política monetaria.

En marzo de 2020, a pocos días de iniciado el gobierno de Luis Lacalle Pou y con la aparición de los primeros casos de covid-19, el cierre de actividades y el brusco freno de la actividad económica llevaron al BCU a bajar fuertemente la tasa de interés a 4,5%, manteniendo una política monetaria expansiva que dinamizara el nivel de actividad. Una vez que comenzó la normalización de la actividad económica, y con la inflación presionando al alza, la entidad empezó a elevar progresivamente la tasa de interés en agosto de 2011. Desde entonces, fueron 12 los aumentos consecutivos en la tasa de interés, que en diciembre de 2022 llegó al 11,5%, pero ya avisando que el panorama podría comenzar a cambiar. En la reunión de febrero del Copom se resolvió mantener la TPM en 11,5%, pero la confirmación del freno del crecimiento de la economía en el segundo semestre de 2022, el enfriamiento de las presiones inflacionarias y la creciente incertidumbre internacional con la que comenzó el 2023, llevaron al BCU a tomar una posición más laxa sobre su política monetaria.

De acuerdo al análisis realizado para tomar la decisión en el plano global, se destaca la rigidez a la baja mostrada por la inflación, que tiene “un descenso más lento al esperado” y con señales de menor crecimiento, debido a las restricciones financieras derivadas de la crisis bancaria en EEUU y Europa. Por el contrario, las expectativas para China se siguen revisando al alza debido al levantamiento progresivo de las restricciones sanitarias. Mientras tanto, en la región se espera un menor crecimiento económico.

Coyuntura local

En este contexto internacional, el BCU señala que la economía uruguaya creció 4,9% promedio anual en 2022, evidenciándose en el último trimestre del año los primeros efectos de la sequía. Estos efectos se observaron en el IPC en los primeros meses de 2023, afectando al alza los precios de frutas y verduras.

No obstante, se destaca que en el año móvil cerrado a marzo, la inflación se ubicó en 7,33%, confirmando “la desaceleración que se observa desde octubre de 2022, a pesar de los efectos coyunturales de la sequía”. En particular, señala que la inflación subyacente se redujo de manera más pronunciada y se ubica en 6,16%, el nivel más bajo en los últimos cinco años y muy cercano al techo del rango meta. Por su parte, el promedio de los indicadores de expectativas de inflación que monitorea el BCU se mantuvo estable en el trimestre.

En este marco fue que la entidad decidió bajar la TPM. “Esta decisión es consistente con la continuidad de la política monetaria contractiva y con el objetivo de continuar los esfuerzos para la convergencia de la inflación y sus expectativas, aun rígidas, en el horizonte de política monetaria”, explica el comunicado.

El BCU resolvió no anticipar un camino para la tasa de interés en las próximas reuniones. “Los movimientos futuros de la TPM estarán condicionados por la evolución de las expectativas de inflación de los distintos agentes económicos”, se limitó a señalar.


BCU presentó herramienta para análisis económico y evaluación de políticas

El BCU presentó la Matriz Insumo Producto (MIP) de la economía uruguaya para el año 2016, una herramienta derivada de los Cuadros de Oferta y Utilización, donde la información estadística se presenta en un formato adecuado para distintos tipos de análisis económico y evaluación de políticas.

La Matriz pone énfasis en la interrelación entre los agentes productores y muestra cómo un incremento de la producción de un producto-industria repercute sobre la producción del resto de productos-industrias. De esta forma, es posible realizar análisis de sensibilidad y de proyección de escenarios, con cambios en los niveles de producción y/o de demanda final.

El modelo se utiliza también para el análisis del empleo, las exportaciones, las importaciones, así como en temáticas vinculadas a la energía y el medio ambiente.

La MIP representa un instrumento para el análisis económico y la evaluación de políticas, además de constituir la base para la construcción de nuevas herramientas estadísticas como las Matrices de Contabilidad Social y Modelos de equilibrio general.