En un contexto de elevada incertidumbre y volatilidad internacional, la economía uruguaya crecería en la primera mitad de 2025, pero se desaceleraría en la segunda y en 2026, según el Informe de Política Monetaria (Ipom) del BCU. Aun ante un empeoramiento de las tensiones comerciales, la inflación se mantendría dentro del rango y con una senda hacia el objetivo, aunque requeriría una política monetaria contractiva y la acción de los distintos mecanismos de transmisión y de coordinación de políticas, moderando la dinámica de los salarios nominales y el aumento de precios administrados.
Las perspectivas para la economía mundial están condicionadas por “un marco general de incertidumbre” debido al aumento de las tensiones geopolíticas en un contexto de marchas y contramarchas respecto a la imposición de aranceles por parte de EEUU y de la respuesta de las economías afectadas. En tal sentido, se advierte un deterioro del dinamismo económico global respecto al trimestre anterior.
En cuanto a la región, se valora que Argentina sigue “avanzando en la corrección de sus desequilibrios macroeconómicos”, mientras que en Brasil la actividad económica “recuperó dinamismo” luego de la desaceleración registrada en el último trimestre de 2024, pero la actual trayectoria de las cuentas públicas sigue generando incertidumbre.
Respecto a la economía local, el Ipom señala que en el último trimestre de 2024 el PIB creció un 3,5% interanual, lo que implicó una expansión menor a la esperada, que se explica por “la revisión al alza del crecimiento del cuarto trimestre de 2023”.
“De acuerdo a los indicadores de alta frecuencia y las proyecciones de corto plazo de los servicios, se espera que el nivel de actividad se expanda en los próximos dos trimestres en términos desestacionalizados, impulsado por el consumo privado”, estima el Ipom.
En materia de inflación, el informe destaca que se completaron 22 meses consecutivos de inflación dentro del rango de tolerancia (23 si se considera abril), lo que constituye “el período más largo de permanencia de la inflación dentro del rango, desde que existe un régimen de metas de inflación en nuestro país”.
En cuanto a las expectativas monitoreadas por el BCU, se advierten “comportamientos disímiles” en el trimestre. La encuesta de los analistas mostró un descenso de 14 puntos básicos (pb) en las expectativas de inflación, mientras que el sondeo de los empresarios se mantuvo estable y la encuesta a operadores primarios mostró un incremento de 40 pb. En consecuencia, el indicador resumen de las tres encuestas, mostró un incremento de 9 pb y se ubicó en 6,1%.
Escenarios para el horizonte
Debido a la elevada incertidumbre internacional, el Ipom se plantea dos escenarios posibles a futuro: uno con las tensiones comerciales reduciéndose, y otro donde se intensifican y persisten, deprimiendo la actividad global y aumentando la volatilidad en los mercados financieros.
En ambos escenarios, la economía se desaceleraría en la segunda mitad del año. En un contexto de tensiones comerciales elevadas, la economía crecería en torno al 2,5% en promedio, para luego desacelerarse en 2026 y aproximarse a su crecimiento tendencial en 2027. “El principal motor del crecimiento continuaría siendo el gasto privado”, señala el informe.
En materia de inflación, se mantendría dentro del rango en los dos escenarios, con una senda que se acerca al objetivo con mayor rapidez que en el pasado, debido al escaso dinamismo de los precios internacionales medidos en pesos, por el enlentecimiento de la economía.
“En el escenario más benigno, la meta de inflación se alcanzaría sin requerir mayores esfuerzos de la política monetaria. Esta operaría de manera contracíclica, con una alta probabilidad a la baja de la TPM. En el escenario con tensiones comerciales elevadas y alta volatilidad en el mercado financiero, las presiones inflacionarias requerirían una política monetaria contractiva (…), la acción de los distintos mecanismos de transmisión y el marco de coordinación de políticas, pautado por la moderación de la dinámica de los salarios nominales y el aumento de precios administrados compatibles con la meta de inflación, todo esto resultando en una reacción favorablemente de las expectativas de inflación”.