BCU proyecta crecimiento de 3,5% en 2021, pero advierte por incertidumbre por la pandemia

“Dilema” > Necesidad de “equilibrio” entre promover crecimiento y anclar la inflación

Foto: BCU

El BCU proyecta que la economía crecerá en 2021 un 3,5%, para luego expandirse un 3,1% en 2022, aunque aclara que estas proyecciones siguen siendo “inciertas” y así lo reconoció el presidente de la entidad, Diego Labat. “Hoy es 3,5%, lo que no quiere decir que no lo corrijamos en un futuro”, señaló el jerarca. Los principales riesgos están asociados a la evolución de la pandemia, tanto a nivel internacional como doméstico. “La recuperación de la inversión privada y las exportaciones” impulsarían el PIB este año, mientras que en 2022 el empuje lo darían “las exportaciones y el consumo privado”.

El Banco Central (BCU) publicó ayer su último Informe de Política Monetaria (Ipom) y realizó una presentación del mismo en una videoconferencia de la que participaron, además de Labat, el vicepresidente del BCU, Washington Ribeiro, y el gerente de Política Monetaria, Leonardo Vicente.

Labat resaltó el cambio en la política comunicaciones que está llevando adelante el BCU desde el año pasado y en particular de la información contenida en los Ipom. “En estas páginas hay muchísimo trabajo atrás, poniendo pensamiento, teoría, procesamiento, análisis, interpretación, para que llegue este informe, que queremos que sea información de calidad, que sea cada vez más referencia y una contribución al debate macro en el país”, señaló el jerarca. 

Labat explicó que el BCU apunta a ser “transparente” en el manejo de la información y poder llegar a “todo el público, desde el más sofisticado al menos sofisticado” para que sepan qué piensa la entidad.

En el documento, explicó, se argumenta respecto al “equilibrio” con el que ha trabajado la política monetaria para atender la emergencia sanitaria, pero “sin movernos un ápice de ese compromiso con la inflación”. En su opinión, ese dilema está bien reflejado en el Ipom, con los anuncios que se han hecho. “En un trimestre donde seguimos viendo corrimientos a la baja de la curva de tasas y efectos fuertes de la reducción de los encajes para que no haya restricciones de financiamiento en el corto plazo, y tener confiabilidad para anclar las expectativas y llevarlas al rango objetivo”, añadió.

A propósito, Ribeiro insistió en que el objetivo “es llevar la inflación al rango y luego al centro del rango” y para ello son importantes las expectativas del mercado. “Ser predecibles nos hace ser creíbles. Por ese lado queremos anclar las expectativas”, agregó.   

Leonardo Vicente realizó un repaso de la “incorporación progresiva de información” que se ha realizado en dos últimos Ipom del 2020 (tercer y cuarto trimestre), los agregados que incluye este último informe publicado ayer correspondiente al primer trimestre del 2021.

A propósito subrayó que “la política monetaria es en buena parte comunicación” ya que eso “luego se ve reflejado en las expectativas y luego en los hechos”.

Análisis y proyecciones

En el Ipom publicado ayer jueves se destaca que en 2020 pasado los países que constituyen la demanda externa relevante para Uruguay se habrían contraído 2,9%, medio punto porcentual menos que lo esperado en diciembre, debido principalmente al desempeño de Brasil y China. Además, se espera para este año una recuperación mayor a la esperada en el informe anterior.

En cuanto a las proyecciones para Uruguay, el BCU estima que la economía crecerá en 2021 un 3,5% para luego expandirse un 3,1% en 2022. De todas formas, advierte que “estas magnitudes continúan siendo bastante inciertas, lo que se refleja en la mayor amplitud del intervalo de confianza”.

Consultado sobre esa proyección y a declaraciones de la ministra de Economía Azucena Arbeleche respecto a que podría haber una corrección a la baja de esa estimación, Labat reiteró que “ese es nuestro pronóstico actual”. “Por supuesto el BCU tiene sus modelos, su análisis, ese es un dato que estamos constantemente analizando y publicamos. Hoy es 3,5%, lo que no quiere decir que no lo corrijamos en un futuro”, señaló el jerarca. “A veces la periodicidad nuestra no coincide con la del MEF”, agregó.

De acuerdo al Ipom, este año el PIB crecería a impulso de “la recuperación de la inversión privada (apoyada en UPM 2 y el Ferrocarril Central) y las exportaciones”, mientras que en 2022 el empuje vendría por las “el crecimiento de las exportaciones y el consumo privado”. 

En materia de inflación, el informe espera que cierre el año en curso en 6,3%, y finalice el horizonte de política monetaria en 5,2%.

Riesgos

El informe menciona riesgos que podrían afectar el escenario base y alerta que las proyecciones están sujetas a “un nivel de incertidumbre mayor al habitual” debido a la evolución de la pandemia.

Entre los riesgos externos, se identifican cinco grandes focos agrupados conceptualmente por zonas: EEUU, Europa, China, la región y geopolítico. Este último se mantiene en zona “amarilla/naranja” y refiere a un impacto “más persistente o más profundo” del covid-19 sobre la economía mundial. No obstante, tiene una probabilidad de ocurrencia menor a la prevista en el informe anterior debido al avance del proceso de vacunación a nivel mundial. Por su parte, la región es otro riesgo con alta probabilidad de materialización, aunque también en este caso mejoraron levemente las perspectivas. 

Los demás riesgos externos se ubican en la zona verde del mapa de probabilidad-impacto. 

En el plano doméstico, se identifican tres riesgos relevantes: la pérdida del grado inversor, el desalineamiento de las expectativas de inflación respecto del rango meta y una expansión del coronavirus más allá de lo previsto en el escenario base. 

La pérdida del grado inversor tiene asignada una baja probabilidad de ocurrencia, pero el desalineamiento de las expectativas de inflación cuenta con “una mayor probabilidad de materialización” aunque “tendría un efecto bajo sobre la actividad económica”.
En tanto, la expansión del covid-19 se identifica como un riesgo con un impacto potencial sobre la actividad medio-alto. Un elemento que podría mitigar este riesgo es el rápido proceso de vacunación que se registra en el país, motivo por el cual se le asignó un nivel de probabilidad de ocurrencia medio. “De esta forma, en el espacio probabilidad -impacto este riesgo continúa en una zona naranja/roja”, remarca el informe.


Sistema financiero: “estable y en condiciones de procesar los riesgos”

“El sistema financiero doméstico se encuentra estable y en condiciones de procesar los riesgos, en particular aquellos relacionados con los impactos de la propagación del covid-19”, señala el comunicado publicado luego de la reunión del Comité de Estabilidad Financiera.

De todas formas, se ratificó la decisión de realizar un seguimiento constante de la situación, así como de continuar coordinando las acciones que se entiendan necesarias. 

Se destaca la recuperación de la economía y el mercado de trabajo que se registró luego de la fuerte caída de  la actividad en el segundo trimestre de 2020. Sin embargo, se advierte que “es posible que la misma continúe siendo gradual por algún tiempo”.

En este contexto, el comité destaca que “el sistema financiero doméstico ha contribuido a procesar los efectos negativos del choque ocasionado por el covid-19 y a canalizar las medidas económicas adoptadas por las autoridades”.

Para evaluar la estabilidad del sistema financiero se realizaron pruebas de tensión a la cartera de crédito afectada por el covid-19, que muestran que “si bien las instituciones bancarias se verán afectadas, están en condiciones de procesar el riesgo”. Además, el sistema financiero cuenta con capacidades para facilitar la gestión de estos riesgos: su fortaleza institucional, la flexibilidad cambiaria, la disminución de descalces financieros en el sector privado, entre otras.