El Índice Global de Complejidad Empresarial que elabora la firma TMF Group, destaca la estabilidad del país y su valor estratégico para la inversión extranjera, y lo posiciona en el puesto 27 en el ranking global que analiza 79 países en función de la dificultad de las empresas para operar. En términos de áreas específicas, Uruguay presenta sus mayores desafíos en el ámbito de reglas, regulaciones y procesos corporativos, mientras que está mejor posicionado en contabilidad y fiscalidad, y en capital humano y gestión de nómina.
Uruguay se consolidó una vez más como uno de los países con menor complejidad para hacer negocios en América Latina, según el Índice Global de Complejidad Empresarial 2025, elaborado por TMF Group, firma global especializada en servicios contables, fiscales, legales y de recursos humanos.
El informe posiciona a Uruguay en el puesto 27 del ranking global, que analiza a 79 países y evalúa el grado de dificultad que enfrentan las empresas para operar en cada uno. El lugar número uno corresponde al país más complejo, mientras que el 79 es el más accesible.
La posición de Uruguay representa una leve mejora respecto al año anterior, cuando se ubicaba en el puesto 26, y confirma el desempeño positivo y estable del país. Se destaca en la región por su entorno político previsible, infraestructura confiable y vínculos comerciales sólidos.
En términos de áreas específicas, Uruguay presenta sus mayores desafíos en el ámbito de reglas, regulaciones y procesos corporativos, donde ocupa el puesto 15 del ranking. En cambio, en contabilidad y fiscalidad trepa a la posición 35, y en capital humano y gestión de nómina está aún más arriba, en el puesto 38.
“El caso de Uruguay demuestra que la estabilidad sigue siendo un activo estratégico en tiempos de incertidumbre global. Las empresas valoran un entorno donde las reglas del juego son claras, los procesos están bien definidos y los cambios no generan sobresaltos”, explicó Héctor Lorenzo y Losada, jefe de TMF Uruguay y Paraguay.
Fundamentos sólidos
El índice, basado en más de 250 indicadores agrupados en categorías como regulaciones corporativas, normativa fiscal y gestión de recursos humanos, señala que las empresas extranjeras enfrentan sus mayores desafíos operativos al establecerse en Uruguay. Sin embargo, una vez en funcionamiento, el marco operativo es estable y predecible, generando un destino atractivo para inversiones.
Se reconoce la capacidad de Uruguay frente a disrupciones geopolíticas en los corredores comerciales, y el papel del gobierno uruguayo, que prioriza la firma de acuerdos comerciales eficaces y mantiene buenas relaciones regionales, permitiendo a las empresas adaptarse sin mayores inconvenientes.
El informe subraya además que los costos fijos se han mantenido estables, lo que reduce los riesgos en las cadenas de suministro, y que no se prevén nuevas barreras regulatorias que compliquen la actividad empresarial en el corto plazo. La infraestructura local -en especial caminos, puertos y telecomunicaciones- refuerza esta resiliencia ante disrupciones globales.
Destaca que Uruguay promueve activamente su perfil como centro regional de negocios, impulsado por su solidez política, económica y social. A su vez, acuerdos internacionales recientes, como el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, elevan su atractivo ante inversores internacionales.
El informe también elogió la iniciativa del sector empresarial uruguayo, que se mantiene atento a las dinámicas locales y regionales, buscando socios comerciales alternativos y participando en iniciativas gubernamentales. A esto se suma una infraestructura nacional sólida, que contribuye a mitigar los riesgos en las cadenas de suministro.
En este contexto, se reconoce la apuesta de las empresas por la transformación digital y la innovación como pilares para enfrentar los desafíos del futuro.
Por otra parte, se valora el auge del trabajo remoto, ampliamente aceptado por empleados y empleadores, y respaldado con marcos legales. En materia de salarios, se observa que, a pesar de tasas de rotación estable y la ausencia de una inflación significativa, Uruguay continúa ofreciendo salarios competitivos, especialmente en el sector tecnológico.
Comparación global
A nivel global, Grecia, Francia, México, Turquía y Colombia son los países más complejos para hacer negocios, según el índice. En el extremo opuesto, las Islas Caimán, Dinamarca, Nueva Zelanda, Hong Kong y Jersey ocupan los primeros lugares entre los más simples para las empresas.
Dentro de América Latina, Uruguay se posiciona como uno de los países menos complejos para operar, con mejores desempeños que Brasil (6° en el ranking de mayor complejidad), Colombia (5°), México (3°) o Argentina (11°). Solo Chile, ubicado en el puesto 20, presenta una competitividad comparable en términos de simplicidad operativa.
“Uruguay continúa adaptándose a los cambios del mundo con estabilidad, apoyado en iniciativas gubernamentales firmes, infraestructura confiable y políticas que favorecen la inversión”, concluyó Lorenzo y Losada.