Deterioro de las condiciones financieras y aumento de la inflación, son los principales riesgos

Uruguay presenta el riesgo soberano más bajo de América Latina, según informe del MEF

Economía continúa con su proceso de recuperación en el primer trimestre del año, aunque “el mayor deterioro de las condiciones financieras y las mayores presiones inflacionarias globales constituyen los principales riesgos a monitorear”. Así lo interpreta el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), en informes publicados por su Unidad de Gestión de Deuda, donde resalta que el país “presenta el spread de riesgo soberano más bajo de América Latina”, el cual “apenas ha aumentado desde el inicio de la pandemia”.

La Unidad de Gestión de Deuda divulgó dos informes: un Newsletter Macreconómico y el Reporte de Deuda Soberana. En el primero se destaca la declaración del fin de la emergencia sanitaria, el crecimiento de la economía en 2021 –superando los niveles prepandemia-, la mejora de las cuentas públicas, y el aumento registrado en la inflación, lo que, junto con el deterioro de las condiciones financieras, son los principales riesgos. Por su parte, el Reporte de Deuda Soberana realiza una actualización de las necesidades y fuentes de financiamiento del gobierno.

Mejor pero con riesgos

Al analizar la economía, se resalta que la recuperación fue generalizada a todos los sectores productivos, y desde la perspectiva del gasto, la inversión fija bruta aumentó 14,6% respecto a 2020, mientras que el consumo final se expandió 3,4% en términos reales, impulsado tanto por un aumento en el gasto de los hogares (+2,3%) como del gobierno (8%). Asimismo, los principales indicadores económicos sugieren que la recuperación económica continuó en el primer trimestre de 2022. Las exportaciones crecieron en términos interanuales un 28,2% entre enero y marzo, las importaciones de bienes (excluyendo petróleo y energía eléctrica) aumentaron 23,4% y el gasto de inversión sigue aumentando.

En cuanto al mercado laboral, se destaca el descenso de la tasa de desempleo a 7,7% en marzo, dos puntos porcentuales (pp.) menos que un año atrás, y la tasa de ocupación aumentó 2,2 pp. a 57,1%. “En la comparación interanual se generaron aproximadamente 72.000 empleos mientras que si se compara con marzo de 2019 (prepandemia) se generaron alrededor de 52.000 empleos”, destaca el informe.

En materia de inflación, se hace referencia al aumento registrado a comienzos de este año, que llevaron a que el dato anualizado se ubicara en 9,37% en abril. Eso llevó al Comité de Política Monetaria (Copom) del BCU a elevar la Tasa de Política Monetaria en 75 puntos básicos (pbs.) a 9,25%. “La suba acumulada de este instrumento de política de tasas de interés de corto plazo (establecido en sep-2020), alcanzó los 475 pbs. El Copom anticipó al menos dos incrementos adicionales de 50 puntos básicos esperados en las próximas reuniones, hasta que la tasa de interés alcance niveles consistentes con la convergencia de las proyecciones del BCU a su meta de inflación”, señala el reporte.

En ese sentido, se advierte que “el mayor deterioro de las condiciones financieras y las mayores presiones inflacionarias globales constituyen los principales riesgos a monitorear”.

¿Qué te debo?

El Reporte de Deuda Soberana señala que las necesidades totales de fondeo para 2022 se revisaron al alza a US$ 4.288 millones (respecto a US$ 4.135 millones proyectado en el reporte de febrero). El déficit fiscal representa 48% de las necesidades de endeudamiento, mientras que las amortizaciones son 42% del total.

En cuanto a las fuentes de financiamiento, este año el gobierno proyecta emitir bonos (en el mercado doméstico e internacional) por US$ 3.714 millones y realizar desembolsos de préstamos con organismos multilaterales por US$ 450 millones.

Al cierre del primer trimestre, la deuda bruta del Gobierno Central se estimó en 62% del PIB nominal, aumentando 2,1 pp. del PIB en comparación con el cierre de 2021. En cambio, la deuda neta se mantuvo estable en 55% del PIB.

La proporción de deuda en moneda local se incrementó a 51,5% del total, lo que implica más de 4 pp. respecto al cierre de 2021. Ello se atribuye a varios factores, incluyendo las estrategias de emisión, el perfil de amortización y los efectos de valuación (apreciación del peso y aceleración de la inflación).

Para el resto del año, las estrategias de financiamiento y de gestión de deuda se enfocarán en continuar impulsando el desarrollo del mercado doméstico de bonos y en alinear el programa de financiamiento soberano con el cumplimiento de los objetivos ambientales del país bajo el Acuerdo de Paris.

El informe del MEF destaca que Uruguay presenta el spread de riesgo soberano más bajo de América Latina, el cual “apenas ha aumentado desde el inicio de la pandemia”. Ello se debe a los fundamentos macroeconómicos del país; el sólido desempeño de Uruguay en indicadores Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés); y a “factores técnicos y valor de escasez” (poca oferta de bonos globales en dólares en los últimos años).

El documento también resalta que los activos líquidos con los que cuenta el país, son “más que suficientes para cubrir todo el servicio de deuda entre mayo de 2022 y abril de 2023”.


Competitividad y sistema financiero

En cuanto al tipo de cambio, el informe de la Unidad de Gestión de Deuda describe que en abril registró un descenso de 2,85%, acompañando la tendencia regional.

El tipo de cambio real efectivo mostró una depreciación de 2,8% en el primer trimestre en comparación con igual período de 2021. En ese marco, la competitividad con la región aumentó 12,8% (compuesta por Argentina y Brasil), mientras que en la extra región (Estados Unidos, México, Alemania, España, Reino Unido, Italia y China) se apreció 4%.

Respecto al sistema financiero, se destaca que la solvencia de las instituciones sigue mostrando una “notable fortaleza” al cierre de 2021, con un colchón de capital que alcanzó 1,8 veces el mínimo regulatorio requerido. En cuanto al riesgo de liquidez del sistema bancario, la relación de activos líquidos a activos totales “se mantuvo en un saludable 60,9%”. La morosidad general del crédito bajó de 1,8% al cierre de setiembre de 2021 a 1,5% al finalizar el año. Se destaca que las pruebas de estrés del sistema bancario realizadas, mostraron que el sistema bancario resistiría un escenario de recesión severa, y el capital regulatorio del sistema bancario se mantendría por encima del mínimo exigido.