El oro rompe récord en 2025 y se consolida como refugio clave ante la incertidumbre global

Informe de Balanz indica que aún no llega a su máximo histórico

El oro alcanzó niveles récord al superar los US$ 3.400 por onza en lo que va del año. Esto es resultado de la creciente demanda de bancos centrales, tensiones geopolíticas y su rol como refugio frente a la inflación. Según un análisis realizado por Balanz, desde 2023 el oro acumula un alza del 81,6% y representa hoy el 25% de las reservas internacionales, su mayor peso desde 1988. A diferencia de otros commodities en caída, su oferta es limitada, con una producción minera estable y fuerte presencia del oro reciclado.

En un entorno financiero caracterizado por la incertidumbre y la creciente fragmentación del orden global, el oro logró posicionarse como el activo estrella del mercado en lo que va de 2025. Volvió a ocupar un rol central en las estrategias de inversión y en las políticas de reservas de los bancos centrales, tanto de economías emergentes como desarrolladas.

Según un informe emitido por Balanz, desde inicios de 2025 el precio del oro subió un 26,2% en dólares. De esta manera, siguió una tendencia que comenzó en 2023 y que acumuló hasta ahora un aumento del 81,6%. “El oro sigue captando la atención de los mercados globales, no sólo como refugio tradicional en tiempos de incertidumbre, sino también como activo estratégico para bancos centrales e inversores”, detalla el informe. 

Más que una reserva de valor

El oro representa hoy el 25% de las reservas internacionales a nivel mundial, el porcentaje más elevado desde 1988. En el caso de Estados Unidos, mantiene su liderazgo histórico, ya que el metal representa el 75% de sus reservas; dentro de los países desarrollados lo siguen Suiza y Japón con 10% y 6%, respectivamente. Sin embargo, la distribución global de tenencias comenzó a diversificarse. China, India y Polonia son ejemplos claros de esta tendencia, con participaciones que alcanzan el 6%, 10% y 17%, en ese orden.

Los bancos centrales de países desarrollados también comenzaron a aumentar su exposición al oro, aunque en menor medida. Mientras que en términos absolutos sus tenencias permanecieron estables desde 2008, la revalorización del oro hizo que su peso dentro de las reservas escale hasta un 19%, el nivel más alto desde fines de los años 80.

Según el informe, las tensiones geopolíticas a partir del conflicto en Ucrania y el aumento de sanciones económicas a Rusia en 2022 impulsó a que los bancos centrales reforzaran sus tenencias en oro, con el objetivo de reducir la exposición al dólar estadounidense y protegerse ante eventuales sanciones o bloqueos financieros.

Este fenómeno se intensificó de manera significativa en los últimos años. Desde la crisis financiera global de 2008, la acumulación de oro físico por parte de bancos centrales ha sido constante, alcanzando en la actualidad un total de 1.164 millones de onzas troy, el nivel más alto desde 1980.

El oro en alza

A diferencia de otros metales y materias primas, cuya producción puede reaccionar más rápidamente a las variaciones de precio, la oferta de oro mostró una estabilidad notable. Durante 2024 la mayor parte del suministro provino de oro reciclado, mientras que la producción minera creció a un ritmo más lento. China lidera la producción con unas 370 toneladas, seguido por Rusia y Australia, con volúmenes cercanos a las 300 toneladas.

Según esta investigación, el oro en particular alcanzó niveles récord. Superó los US$ 3.400 dólares a raíz de la creciente inversión de los bancos centrales, las tensiones geopolíticas y la búsqueda de protección contra la inflación y la volatilidad financiera. En contraste, otros commodities muestran un desempeño más moderado o incluso negativo: desde 2023, los productos agrícolas disminuyeron un 37%, la energía un 32% y los metales industriales un 15%.

El análisis de Balanz muestra que el ciclo al alza del oro podría no haber alcanzado su techo, ya que aún hay margen para que los bancos centrales continúen con la incrementación del oro en sus reservas. En los emergentes, una suba de cinco puntos porcentuales implicaría una demanda significativa, mientras que en los desarrollados representaría un salto notable sin alcanzar todavía los máximos históricos.


El papel de los ETFs

En 2022, los bancos centrales impulsaron en un 15,7% la demanda de oro. Las inversiones realizadas principalmente a través de ETFs (fondos cotizados en bolsa), obtuvieron un aumento interanual del 17,3%. 

Tras una caída del 4,5% en 2023, en 2024 la demanda global repuntó un 1,4%. Desde mediados de 2024, los ETFs respaldados en oro recuperaron protagonismo, pasando de 80 a casi 90 millones de onzas troy. En este contexto, los especialistas recomiendan tomar exposición al oro mediante vehículos directos como el Cedear del ETF “GLD”, en lugar de acciones de mineras.