“Ni 2022 fue tan bueno, ni 2023 será tan malo”

Desayuno de Coyuntura del CED: “La economía uruguaya en 2023: ¿De menos a más?”

En un contexto internacional con alguna señal positiva, pero otras que evidencian fragilidades, Uruguay también atraviesa un inicio de año con “señales mixtas”. Por un lado las exportaciones son golpeadas por la sequía, pero la reactivación de China y el dinamismo del turismo permitirán compensar parcialmente la caída. Las inversiones sentirán el efecto de la finalización de las obras de UPM y el Ferrocarril Central, pero mantendrían su dinamismo, y el consumo “será un motor más sólido que en años anteriores”.

El Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) organizó un Desayuno de Coyuntura bajo el título “La economía uruguaya en 2023: ¿De menos a más?”, donde su director ejecutivo, Agustín Iturralde, y el director de opinión pública de Equipos Consultores, Ignacio Zuasnabar (ver recuadro), analizaron los principales aspectos de la realidad política y económica.

Respecto al contexto internacional, Iturralde detalló que, tras la pérdida de dinamismo que tuvo China el año pasado por la política de “covid cero” y los problemas en el sector inmobiliario, el comienzo de 2023 has sido positivo, lo que implica “cierto reimpulso externo”, principalmente a partir del segundo semestre del año.

En el caso de EEUU, remarcó que los riesgos de recesión son menores, y que tanto la actividad como el mercado laboral muestran signos de solidez. No obstante, alertó que la dinámica salarial implicará “presiones adicionales a la desinflación”. Asimismo, se atraviesa un escenario de condiciones financieras más volátiles, debido al debate entre subir la tasa de interés para bajar la inflación, o preservar la estabilidad financiera tras la quiebra del Silicon Valley Bank (ver nota página 10). Ello tendrá un “impacto asimétrico” entre las economías emergentes. No obstante, evaluó que para Uruguay el escenario no será particularmente adverso, debido a la “prudencia e institucionalidad fiscal” del país, que le permiten acceder a financiamiento barato.

Aun así, valoró que las fragilidades para la economía mundial siguen presentes, debido al bajo crecimiento potencial, los altos niveles de deuda soberana y corporativos (expuestos al aumento de tasas de interés), y la falta de liderazgos políticos, los discursos populistas-proteccionistas y la guerra Rusia-Ucrania.

En cuanto a la región, asegura que tendrá un comportamiento “mediocre”, aunque no sería fuente de malas noticias.

Ni muy muy, ni tan tan

En cuanto a nuestro país, Iturralde sostuvo que se observan “señales mixtas”, y que “ni 2022 fue tan bueno, ni 2023 será tan malo”.

Las exportaciones se verán afectadas negativamente por la sequía, aunque la reactivación de China supone “cierto reimpulso”, al tiempo que las exportaciones de servicios por el rebote del turismo permitirán compensar parcialmente la caída de las colocaciones de bienes.

En materia de inversión, advirtió por el freno que implicará el fin de la construcción de la segunda planta de UPM y las obras del Ferrocarril Central, pero aun así destacó que se mantendría el dinamismo debido al desarrollo de proyectos inmobiliarios, la ejecución de proyectos promovidos y otras obras públicas.

En cuanto al consumo, indicó que será un motor más sólido que en años anteriores, gracias al descenso esperado de la inflación, la recuperación del salario real, el aumento del ingreso de los hogares, la debilidad del tipo de cambio y la rebaja tributaria.

Por último, Iturralde se refirió a la “agenda pendiente” que tiene el país, centrándola en dos desafíos: el problema del empleo no calificado y la agenda pro-competencia.

Sobre el primero, comentó que en Uruguay se registran bajas tasas de egreso en secundaria, alto desempleo juvenil, alta incidencia de empleos de baja calificación y alto nivel de impuestos efectivos al trabajo.

En cuanto a la agenda pro-competencia, sostuvo que se debería actuar sobre la regulación laboral para reducir las rigideces del mercado, y asimismo actuar sobre el nivel de precios, a través de una mayor competencia.


Zuasnabar: “Escenario competitivo con ventaja hacia el FA”

El director de opinión pública de Equipos Consultores, Ignacio Zuasnabar, presentó los resultados de la última encuesta sobre perspectivas del voto de los uruguayos en las próximas elecciones. De acuerdo al sondeo, el 43% de los uruguayos votaría al Frente Amplio (FA) en las próximas elecciones, el 24% al Partido Nacional, el 9% al Partido Colorado, el 3% a Cabildo Abierto, un 1% al Partido Independiente, y un 1% votaría dentro de la coalición multicolor pero no tiene definido un partido. De esta forma, los partidos de la coalición de gobierno acumulan entre las intenciones un 38% de los consultados, cinco puntos menos que el FA.

Asimismo, un 5% votaría en blanco o anulado y un 13% está indeciso.

Zuasnabar aclaró que los resultados se deben tomar con “precaución”, puesto que todavía “la gente no está pensando en estas cosas”. Igualmente, señaló que los resultados reflejan “un escenario competitivo con ventaja hacia el FA”.

“El FA está en una situación, desde el punto de vista de intenciones de voto, más parecida a lo que estaba en las tres elecciones que ganó, a donde estaba en las tres elecciones que perdió”, graficó el politólogo.