A pesar de la fuerte presión del presidente estadounidense Donald Trump, la Reserva Federal (Fed) definió mantener incambiadas las tasas de interés por quinta reunión consecutiva. El encuentro estuvo marcado por una fuerte división a la interna del banco central, ya que dos miembros votaron en contra de mantener las tasas y promovían un recorte de 25 puntos básicos. “Si nos movemos demasiado pronto, es posible que no consigamos llevar la inflación donde queremos, y que tengamos que rectificar. Si nos movemos muy tarde, podemos hacer un daño innecesario al mercado laboral”, reflexionó el presidente de la Fed, Jerome Powell.
La Fed resolvió mantener las tasas de interés por quinta reunión consecutiva, dentro del rango de entre 4,25% y 4,5%, en el que se encuentra desde el mes de diciembre. El banco central advierte que hubo “una moderación en el crecimiento de la actividad económica en la primera mitad del año”, pero al mismo tiempo que ve al mercado laboral fuerte y a la inflación algo por encima de su objetivo. Además, se confirmó que, por primera vez en 30 años, dos miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) disienten con el presidente de la Fed, Jerome Powell. El gobernador de la Reserva Federal, Christopher Waller, y la vicepresidenta de supervisión, Michelle Bowman, emitieron votos en contra, lo que marca la primera vez que más de un gobernador de la Fed ha discrepado desde 1993. Ambos miembros preferían un recorte de tasas de un cuarto de punto porcentual.
En la reunión de junio, el “dot plot”, que ilustra cómo creen los miembros de la Fed que evolucionará el precio del dinero en el futuro, mostró una gran división a la interna del banco central, con casi la misma cantidad de miembros anticipando uno o dos recortes de tasas este año que aquellos que esperan dos bajadas o más.
Aunque el mercado apuntaba a un recorte de tasas para la reunión de setiembre, Powell enfrió esa posibilidad con sus respuestas en la rueda de prensa posterior a la reunión, esquivando las consultas y evitando anticipar una baja.
El funcionario ilustró con claridad el debate que tiene la Fed a su interna: «Si nos movemos demasiado pronto, es posible que no consigamos llevar la inflación donde queremos, y que tengamos que rectificar. Si nos movemos muy tarde, podemos hacer un daño innecesario al mercado laboral. Al final, no va a haber un gran problema inflacionista. Lo que estamos tratando de hacer es cumplir, de forma eficiente. Pero al final, que nadie tenga dudas de que haremos lo que sea necesario para mantener la inflación bajo control», explicó.
“Too late”
La decisión de mantener las tasas refuerza la independencia política de la Fed y del propio Powell, blanco constante de insultos y de ataques por parte de Trump. El mandatario estadounidense lleva meses presionando al presidente de la Fed, a quien ha denominado como “too late Powell” (demasiado tarde Powell).
Trump elevó la temperatura a principios de julio cuando él y sus aliados criticaron la renovación de la sede de la Fed en Washington, que costó US$ 2.500 millones. Afirmaron que la Fed gestionó mal el proyecto, viéndolo como una posible vía legal para destituirlo. La semana pasada, Trump visitó el lugar de la renovación y, en un momento dado, discutió con Powell, frente a las cámaras, sobre el costo total del proyecto.
Trump sigue pidiendo a la Fed que baje las tasas de interés, pero en lugar de decir que esto elevó los costos del servicio de la deuda del gobierno federal, ahora señala los efectos de las elevadas tasas en el mercado inmobiliario. “¡Demasiado tarde! ¡Hay que bajar el tipo de interés ahora! ¡No a la inflación! ¡Que la gente compre y refinancie sus casas!”, escribió Trump en sus redes sociales.