Un 26% de las empresas uruguayas tiene como máxima autoridad a una mujer, mientras que 74% tienen a un hombre, según los datos divulgados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Solamente hay dos actividades en las cuales las mujeres representan la mayoría ejerciendo la máxima autoridad: educación y salud. Además, se observó que proporcionalmente las mujeres que ejercen la máxima autoridad tienen un nivel educativo más alto que los hombres.
El INE divulgó esta semana los datos de la Encuesta Anual de Actividad Económica correspondiente al 2023, que recolectó información sobre las características de las personas que ejercen la máxima autoridad en las empresas uruguayas, distinguiendo según sexo, edad, antigüedad en el cargo y nivel educativo.
“Uno de los objetivos más importantes al momento de seleccionar este conjunto de dimensiones, fue investigar sobre el grado de participación de las mujeres en el nivel más alto de las empresas”, señala el informe. Los resultados mostraron que el 26% de las empresas uruguayas tienen como máxima autoridad a una mujer, mientras que el 74% tienen a un hombre a la cabeza. Solamente hay dos actividades en las cuales las mujeres representan la mayoría ejerciendo la máxima autoridad: educación, donde son el 71%, y salud, con un 56%. En los sectores industria, comercio y servicios la participación de mujeres es muy pareja, manteniéndose entre el 18 y el 21%.
Además, se observó que proporcionalmente las mujeres que ejercen la máxima autoridad tienen un nivel educativo más alto que los hombres. El 70% de ellas cuentan, como mínimo, con formación terciaria no universitaria, o un título de grado o posgrado universitario; mientras que entre los hombres esa población representa un 54%. Por el contrario, el 47% de los hombres cuentan con estudios de primaria o secundaria como máximo nivel educativo, en comparación con el 30% de las mujeres.
También se constató que las mujeres como máxima autoridad tienen una mayor participación en las empresas de capital nacional (donde representan el 27%), que en las empresas que tienen algún porcentaje de participación de capital extranjero (19%).
Por su parte, si en lugar de considerar el origen de su capital, se clasifica a las empresas de acuerdo a su perfil exportador, se muestra claramente que las mujeres tienen una mayor participación en las empresas no exportadoras, representando el 27% del total. En las empresas que sí exportan, las mujeres ejercen la máxima autoridad en el 18% de los casos.
Por último, al analizar según el tamaño de las empresas (en función del personal que ocupan), se aprecia que, si bien la participación de las mujeres como máxima autoridad es levemente inferior en las empresas grandes, existe una escasa diferencia respecto a las empresas pequeñas y medianas (26% y 27%, respectivamente), por lo cual “no se puede inferir que las mujeres tengan más obstáculos para acceder al máximo cargo de responsabilidad en las empresas grandes que en las pequeñas”.
Edad y antigüedad
Al analizar la distribución por tramo etario de quienes detentan la máxima autoridad en las empresas uruguayas, se observa que el promedio y la mediana de edad es coincidente en 53 años. Las mujeres tienen un promedio de edad de 51 años, apenas menor que el de los hombres que se ubica en los 54 años.
Por otra parte, el promedio de la antigüedad en el cargo es de 14 años y la mediana es de 12 años para el total de la población considerada. También en este caso la distribución entre sexos es muy parecida. El promedio de años de antigüedad en el cargo de las mujeres es de 12 años y la mediana es de 11 años, mientras que para los hombres es de 15 y 13 años, respectivamente.
Nivel educativo
En cuanto al nivel educativo alcanzado por las máximas autoridades de las empresas, se observa que el 36% cuenta con estudios universitarios (al menos un título de grado), el 22% terminó sus estudios terciarios no universitarios y el 42% a lo sumo cuenta con estudios a nivel de secundaria.
Las empresas con participación de capital extranjero tienen un mayor peso de las personas con nivel educativo universitario (76%) y menor peso de personas que cuentan con secundaria (25%). Por el contrario, en las empresas de capital nacional hay una mayor participación de personas que tienen como máximo un nivel educativo de secundaria (44%) y menor participación de universitarios (33%).
Por su parte, distinguiendo según el perfil exportador de las empresas, se observó que quienes detentan la máxima autoridad en las empresas exportadoras muestran un nivel de formación sensiblemente más elevado que quienes lo hacen en las empresas que no exportan. En las primeras, el 55% cuenta con estudios universitarios, el 18% tiene estudios terciarios no universitarios y el 27% tiene como máximo estudios de nivel secundario. Mientras tanto, en las empresas no exportadoras son mayoría quienes cuentan con estudios de primaria o secundaria (45%), seguido por los egresados universitarios (33%), y finalmente se observa la participación de quienes realizaron estudios terciarios no universitarios, con un 23%.
Por último, al distinguir según el tamaño de las empresas, se constata que la proporción de quienes tienen título universitario en las grandes (de 100 o más personas ocupadas) es del 61%, mientras que en las más pequeñas (menos de 50 personas ocupadas) apenas supera el 30%. Por su parte, el peso que tienen los niveles de formación más bajos (primaria y secundaria) en las empresas de menor porte, más que duplica el de las grandes, alcanzando niveles del 46% y 18%, respectivamente. La situación de las empresas medianas (de 50 a 99 personas ocupadas) se encuentra en una posición intermedia, con un 47% de universitarios y un 34% de personas con niveles educativos bajos.