La CCU se encuentra entre los desafíos permanentes y los impostergables

EDICIÓN ESPECIAL 2019

Diego O’Neill, Presidente de la Cámara de la Construcción del Uruguay (CCU)


Una prioridad central de la CCU es la inversión, tanto pública como privada. Especialmente la inversión pública en infraestructura se posiciona como esencial para apalancar el desarrollo productivo.

¿Cuáles son las expectativas que tiene para el sector en 2020, teniendo en cuenta, no solo el cambio de administración de gobierno, sino también la desaceleración regional y mundial de la economía?

La construcción tendrá en 2020 un doble impulso que ya conocemos. Por un lado, la inversión de UPM con la planta industrial en Pueblo Centenario y la terminal portuaria en Montevideo, más el Ferrocarril Central que, si bien es un proyecto PPP, está directamente vinculado a las necesidades de UPM. Por otro lado, después de un largo proceso, llegó el momento de la firma de contratos de una serie de licitaciones de PPP, viales y educativas, que se estarán ejecutando en 2020 y 2021 y que representan una inversión de unos US$ 800 millones más.

Asimismo, pasado el año electoral, y con la llegada de una nueva administración, se generan expectativas de nuevas inversiones, por ejemplo, en vivienda, ya que en campaña el ahora presidente electo comprometió sacar los topes de precio a la reglamentación de la vivienda promovida, lo que esperamos genere un incremento de proyectos. También habrá que ver qué pasa con los capitales argentinos con el nuevo gobierno peronista. Pero más allá de incertidumbres, luego de cinco años consecutivos de caída de la actividad, esperamos que cambie la tendencia y la construcción retome el crecimiento.

¿Qué desafíos tiene por delante el sector, y cuáles son los asuntos que más preocupan a la CCU?

Un desafío central es la inversión, tanto pública como privada. La inversión pública en infraestructura es esencial para apalancar el desarrollo productivo. Pero el 70% de la actividad de la construcción lo genera la inversión privada, y el país debe mejorar las condiciones que permitan el aumento de la inversión privada, tanto en vivienda como en sectores productivos, logística, etc. El crecimiento del sector y del país todo depende de aumentar la inversión que, en relación al producto bruto, hoy está en niveles similares al 2005.

A lo interno del sector destaco la mejora de la productividad, que nos permita reducir costos y ser más competitivos, algo que está en la agenda permanente de la gremial. Esto requiere mejoras con innovación e incorporación de tecnología en todo el proceso de construcción, desde el diseño, la organización del trabajo, la cantidad de horas hombre por unidad producida, entre otras cosas. Es un desafío permanente e impostergable para el desarrollo sustentable de nuestra actividad.

 ¿Cuáles son los planteos que la CCU le haría al próximo gobierno?

La gremial considera fundamental que la próxima administración cuente con una agenda sólida para promover el crecimiento generalizado, recomponer la competitividad del aparato productivo y retomar niveles de inversión consistentes.

La inversión en infraestructura es fundamental, y con el alto déficit fiscal existente creemos que el gobierno debería manejar todas las opciones posibles para su financiamiento, tanto por la vía de las PPP, que consideramos una herramienta importante, como otras opciones de canalizar el ahorro institucional, las concesiones de obras y servicios y el leasing operativo.

En vivienda hay un rezago importante respecto de las necesidades de los hogares de menores ingresos, estimándose que faltan más de 57.000 soluciones. Esto no se resuelve solamente con inversión pública; creemos que hay que desarrollar instrumentos como el de la vivienda promovida adaptados para esta población, complementados con apoyo a la demanda, con la participación de los fondos previsionales, con medidas que permitan expandir el mercado de créditos hipotecarios, entre otros.

Más que hacer planteos, nos ponemos a disposición para trabajar juntos en la búsqueda de soluciones para los desafíos, que son muchos.

 ¿Cómo ve la relación futura entre los distintos actores del escenario comercial, es decir, empresarios, gobierno y sindicatos?

No tengo una visión fatalista sobre este tema, por el contrario, soy más bien optimista, creo en el diálogo para encontrar caminos de convergencia, para construir acuerdos. Confío en que todos tengamos una predisposición positiva en ese sentido, poniendo por delante los intereses generales y el desarrollo de la sociedad sin que quede nadie al costado del camino.

Esperamos relaciones equilibradas y siempre trabajaremos para que sean colaborativas.