Alberto Charro: “Para tener futuro debemos ayudar en el desarrollo de las sociedades en las que vivimos”

EDICIÓN ESPECIAL 40 ANIVERSARIO

ALBERTO CHARRO, PRESIDENTE EJECUTIVO DE BBVA URUGUAY


El máximo ejecutivo de BBVA en el país destaca la credibilidad y solidez del sistema bancario local, lo que le ha permitido sortear con éxito algunas crisis relevantes. A su vez, considera que el banco debe colaborar en el desarrollo de las sociedades en las que despliega el negocio y trabajar por un mundo sostenible en lo ambiental y en lo social.

¿Qué hitos destacaría en el sector bancario uruguayo en los pasados 40 años?

En los casi tres años que llevo radicado en este país he percibido muchas cosas positivas de Uruguay y de su sistema financiero.

Aunque no es un hito, en el estricto sentido temporal, destacaría la institucionalidad de Uruguay, conocida y reconocida en el mundo. El país ha  pasado por diversas crisis y en todas demostró la solidez de su institucionalidad.

Por próxima e intensa, me atrevería a decir que la crisis financiera de 2002 constituyó el hito más relevante de los últimos años.

Fue una crisis muy dura y profunda para el sistema y para la sociedad en su conjunto, pero, sin lugar a dudas, marcó un antes y un después del cual salimos muy fortalecidos.

Primero y principal, la credibilidad en el sistema se mantuvo intacta. Y los bancos, que por nuestra solidez pudimos transitar la fuerte tormenta, junto al regulador y a la firme convicción del gobierno en salir adelante, transformamos un sistema que, aunque funcionaba, tenía debilidades serias producto de tantos años de bonanza.

Gracias a esa solidez reforzada, la fuerte crisis provocada por la emergencia sanitaria de 2020 no solo no afectó significativamente a los bancos, sino que nos permitió ser actores activos para poder mantener los motores de la economía en marcha y facilitar a los sectores afectados la recomposición de sus obligaciones de acuerdo a su capacidad de repago. Es decir, los bancos fuimos parte de la solución.

En un mundo tan cambiante como el de hoy, ¿cuáles son los principales desafíos estratégicos que tiene el negocio de BBVA de aquí a otros 40 años?

La pregunta es desafiante si hablamos de los próximos 40 años. Al final de ese periodo… ¡Crónicas cumplirá 80 años y BBVA más de 200! Estas magnitudes nos exigen a ambos tener una visión de largo plazo.

Como banco hay líneas básicas que debemos defender, por ejemplo, la solvencia de nuestro balance; esto para dar tranquilidad a nuestros depositantes y poder ayudar a hacer realidad los proyectos de nuestros clientes. 

Tenemos que posicionarnos al frente de la tecnología para estar a la altura de lo que nos exigen nuestros clientes. Pero para tener futuro debemos ayudar en el desarrollo de las sociedades en las que vivimos, y trabajar intensamente por un mundo sostenible en lo ambiental y también en lo social.

Por eso en 2020, y tras un período de reflexión, BBVA se planteó seis nuevas prioridades estratégicas con una visión a futuro. Primero, mejorar la salud financiera de nuestros clientes. Segundo, ayudar a nuestros clientes en la transición hacia un futuro sostenible. Tercero, crecer en clientes. Cuarto, buscar la excelencia operativa. Quinto, tener el mejor equipo y el más comprometido. Y sexto, ser los mejores en el campo de los datos y de la tecnología.

Estas prioridades nos imponen nuevos desafíos, los que nos permitirán conseguir nuestro propósito, que es poner al alcance de todos las oportunidades de esta nueva era.

Más allá del negocio, ¿cómo ve preparado al país para ser el soporte de esos desafíos que tiene el banco?

Lo más importante es que sepamos, como país, a dónde queremos ir. Mi percepción es que los uruguayos queremos un país sostenible en lo ambiental y en lo social. Eso implica desarrollo económico e igualdad real de oportunidades.

En este sentido, creo que los objetivos que están planteados de atraer nuevos sectores al país, buscar siempre mercados fuera -porque el mercado interno es chico- y el positivo sesgo social de todos los gobiernos son elementos que dan fuerza al Uruguay. Por eso, y por su solidez institucional, somos jugadores importantes en muchos rubros de exportación, donde probablemente no seamos los más baratos, pero sí somos los que siempre cumplimos nuestras obligaciones en las condiciones acordadas. Esto tiene mucho valor a largo plazo.

Si hemos sido ejemplo mundial en la gestión de la crisis generada por la emergencia sanitaria, no hay razones para no ser capaces de seguir avanzando con paso firme en reformas estructurales, con una visión de país sostenible que continúe atrayendo inversiones, garantizando nuestro acceso a los mercados, y maximizando el desarrollo de la sociedad en su conjunto

¿Qué se necesita, y hoy no está vigente en materia de regulación, para avanzar en estos desafíos?

Como decía antes, la pandemia ha podido retrasar la agenda, pero vemos al gobierno encarando el análisis de algunas reformas estructurales necesarias, como la de la seguridad social, y también avanzando en la legislación sobre temas críticos, como el medio ambiente. Y no me cansaré de repetirlo: la única forma de garantizar el futuro de nuestros mercados de exportación es producir productos sostenibles. Para el Uruguay de hoy puede parecer una opción, pero para los uruguayos de mañana es una necesidad vital.