“Es muy importante hacer caso a las necesidades reales y no a lo que aparentemente debería funcionar”

Guillermo Castello y equipo.

Guillermo Castello, Dueño y fundador de La Catedral Importaciones


Después de haber tenido experiencia en el almacén de su tía, en Salto, a los 12 años, trabajó como barman en una discoteca, luego vendió y fabricó muebles en una mueblería de Montevideo. Además, fue operador de consola para Antel en una empresa tercerizada que brindaba servicios de telecomunicaciones, así como en otra empresa en la que se encargaba de monitoreo de redes de datos. Su vinculación a los negocios y ventas viene desde pequeño, y es por eso que el fundador de La Catedral Importaciones se define como empresario.

Por: Jessica Vázquez | @jessvazquezl

¿Cómo y cuándo surgió La Catedral?

La Catedral surgió en 2013. Era una idea de negocio que ya venía funcionando y en ese momento nos asociamos con quien fuera nuestro socio por unos años y, en conjunto, decidimos darle el nombre de La Catedral Importaciones, con la idea de comenzar a importar productos para determinados nichos de mercado muy específicos como, por ejemplo, tatuadores.

 ¿Qué productos ofrece?

Actualmente nos dedicamos a la importación y venta de insumos para tatuadores, es decir, todo lo que necesitan para realizar su trabajo, como tintas, agujas, máquinas e insumos en general.

¿Cuáles son los principales objetivos de la empresa?              

Consolidarnos como líderes en la venta de insumos para tatuadores. También, terminar de ajustar los procesos que intervienen en nuestra operativa para poder optimizar nuestros resultados a corto y mediano plazo. Además, mudarnos a un local más amplio y aumentar las ventas un 50% este año.

En cuanto a los clientes, ¿a qué tipo de público apunta?

Nuestros clientes son, mayoritariamente, jóvenes de entre 18 y 30 años que gustan de los tatuajes y que quieren comenzar a tatuar o que ya lo hacen. Jóvenes que buscan en tatuar una oportunidad de generar ingresos y convertir su pasión del arte y el dibujo en un negocio.

¿Cuáles son los productos más demandados?

Los productos más demandados son las agujas y las tintas, producto básico para poder tatuar. Más allá de la cantidad de accesorios que ofrecemos, éstos son los más vendidos por un tema de uso básico en cada uno de los estudios.

¿Qué cosas son las que distinguen a La Catedral dentro de su rubro?

El diferencial que ofrecemos, más allá de los productos, es el servicio. Una propuesta de un servicio de excelencia en un rubro que no estaba acostumbrado fue lo que desde el principio nos ha diferenciado de nuestros competidores.

La variedad de productos que ofrecemos también hacen que nuestros clientes prefieran comprar en nuestro local, de manera de conseguir la mayor cantidad de insumos en un mismo lugar.

 ¿Cuántas personas integran el equipo?

En este momento somos cinco personas al frente del equipo.

¿Cuál es el ABC o los puntos esenciales de la empresa para trabajar?

En el caso de una empresa como la nuestra, que dependemos 100% de los productos importados, la clave es tener una buena rotación de inventario, adecuar las compras con la demanda –lo que no es nada fácil y muchas veces es inevitable sufrir quiebres de stock y, por ende, perder ventas-.

Una vez que los productos están disponibles, la otra pata esencial es el equipo, la gente que te acompaña.  Ellos son el verdadero activo de la empresa y nada de lo que hemos logrado y lograremos en el futuro será posible sin un equipo excelente como el que tenemos. El ABC de nuestra empresa es nuestro equipo, si lugar a dudas.

¿De qué manera  La Catedral se mantiene actualizada en cuanto a los productos que ofrece a los clientes?

Vamos actualizando nuestra oferta en base a las inquietudes que nos plantean nuestros clientes. Cada cliente que llega a nuestro local, aparte de comprar lo necesario, nos cuenta en qué anda, qué ha hecho, cómo le está yendo. Nos habla de los productos que han visto en internet o en otros estudios y que le gustaría tener. Cada uno de ellos nos regala una especie de mini estudio de mercado cada vez que viene. La comunicación con los clientes es esencial. Cada producto nuevo, generalmente, ya viene con una demanda previa que asegura su venta. Generalmente no traemos cosas que nosotros suponemos que van a funcionar. En ocasiones, lo que nos gusta a nosotros o creemos que va a ser un éxito, los clientes le terminan dando la espalda y el producto fracasa por más innovador que parezca. Por eso es muy importante hacer caso a las necesidades reales y no a lo que aparentemente debería funcionar.

¿Hace cuánto tiempo se asoció a AJE y cuáles fueron los motivos?

Hace dos años que soy socio de AJE. La intención fue tener un lugar donde poder interactuar con otros emprendedores y jóvenes empresarios. Cuando uno se embarca en una aventura empresarial, luego de toda la emoción de poner el negocio en marcha y con la empresa ya funcionando, ahí es cuando viene la etapa de soledad. Si no tenés familia de empresarios o amigos que lo sean, es realmente difícil encontrar gente con la que puedas compartir tus preocupaciones y obtener algún consejo desde un punto de vista objetivo.

Ahora también formo parte de GADE, un programa nuevo de AJE que reúne de cinco a seis empresarios semanalmente para compartir nuestra problemática diaria en la empresa y darnos una mano y apoyarnos mutuamente. Esto, sin dudas, ha significado un cambio muy importante en mi desarrollo como empresario y se lo recomiendo a todos los socios de AJE. Es realmente fantástico este programa.

¿Cómo fue el 2017 para La Catedral respecto a las ventas?

Crecimos un montón en 2017. Ampliamos la cartera de clientes y cada vez tenemos más aceptación de los tatuadores de todo el país. En 2017 se sentaron las bases para toda esta nueva etapa de crecimiento que nos embarcamos este 2018.

¿Qué proyectos a futuro tiene la empresa?

Terminar de consolidar la operativa de la empresa en base a procesos concretos para lograr salir de la operativa y dedicarme a la segunda etapa de diversificación que ya estamos comenzando. Tenemos pensado mudarnos este año a un local más grande y aumentar el equipo de trabajo también.


Señas de identidad

Guillermo Castello nació hace 33 años en Salto, Uruguay. Cuando hace alusión a su profesión, se define como empresario, aunque cursó sus estudios en la Facultad de Arquitectura.

Cuando era niño quería ser todas las profesiones. “Cuando me compraron mi guitarra creía que me iba a dedicar a la música; cuando tuve mi bicicleta de media carrera, pensaba que mi futuro era el ciclismo… Así con todo”, declara.

Vive con su esposa Gisela, quien también es socia en La Catedral. Además, tienen un perro y tres gatos. Guillermo se define como inquieto, creativo y ambicioso. El libro ‘Padre Rico, Padre Pobre’, de Robert Kiyosaky, fue el causante de que renunciara a su trabajo anterior y emprendiera el proyecto de la empresa actual. Forrest Gump es su película favorita y la frase que lo acompaña es “Más vale rico y sano que pobre y enfermo”, inculcada por su abuelo.

El lugar en el que Guillermo siempre prefiere estar es en el fondo de la casa de su madre, rodeado por su familia. Abraham Lincoln es su figura de referencia y explica las razones: “Ni siquiera fue a la escuela, aprendió a leer en la casa y encontró en la educación el camino para salir de la miseria y terminar siendo uno de los presidentes más sobresalientes que han tenido los Estados Unidos”.