La economía con crecimiento moderado

Estado de situación

La economía uruguaya creció en el primer trimestre de 2025, con impulso de la industria, el agro, el comercio y los servicios. En cambio, la energía, la construcción y las telecomunicaciones restaron dinamismo.

Por Sofía Tuyaré (*)

El mundo transita un 2025 cargado de tensiones e incertidumbres. La escalada de conflictos bélicos, la fragilidad del comercio global y las expectativas en torno al rumbo de la política comercial de Estados Unidos bajo la presidencia de Trump generan un entorno de cautela. En este contexto, el crecimiento mundial se mantiene moderado y la región enfrenta desafíos económicos y políticos que atenúan las proyecciones positivas.

Uruguay no es ajeno a este panorama; si bien mantiene un sendero de crecimiento, el contexto internacional impone nuevas exigencias. La evolución del Producto Interno Bruto (PIB) se convierte, en este marco, en una herramienta clave para dimensionar el comportamiento de la actividad económica.

Datos generales

Tras la pandemia, la economía uruguaya retomó una senda de crecimiento. En 2023, registró una fuerte desaceleración, explicada principalmente por la sequía, pero en 2024 repuntó, y se prevé que en los dos próximos años mantenga un crecimiento moderado pero sostenido.

Según el informe de Cuentas Nacionales del Banco Central del Uruguay (BCU), el PIB aumentó 3.4% interanual en el primer trimestre de 2025, luego de un crecimiento del 3.5% en el último trimestre de 2024, también en términos interanuales.

Este aumento se explica, en buena parte, por la reactivación de la refinería de Ancap, el mejor desempeño de algunos servicios, y una mayor demanda de turistas.

Producto Interno Bruto de Uruguay

Nota (E): Datos estimados por el FMI
Fuente: Elaboración propia en base a datos del BCU y FMI.

Por sectores

Desde el enfoque de la producción, varios sectores mostraron un desempeño positivo en el primer trimestre del año. Entre los que más incidieron se destacan la industria manufacturera, los servicios educativos, y el sector de comercio, alojamiento y suministro de comidas y bebidas.

La industria creció, impulsada por la reanudación de la actividad en la refinería de petróleo de Ancap que había estado cerrada por mantenimiento el año anterior. También aportaron al crecimiento, aunque con menor incidencia, las industrias productoras de alimentos, en particular molinería, frigoríficos y lácteos.

El rubro de salud, educación, actividades inmobiliarias y otros servicios también tuvo un desempeño destacado, explicado por una mayor producción de servicios educativos, tanto públicos como privados.

En el sector de comercio, alojamiento y suministro de comidas y bebidas, el incremento se relaciona principalmente con el aumento del turismo receptivo, y en menor medida con el consumo de los hogares. La actividad comercial registró un leve aumento, asociado a la venta de vehículos, textiles y otros bienes duraderos.

Por su parte, el sector agropecuario, pesca y minería también mostró expansión. Se destacaron la producción de arroz, el incremento del ganado vacuno destinado a faena y exportación en pie, y la mayor remisión de leche a plantas industriales. En contraste, la actividad silvícola se redujo, debido a menores exportaciones de rolos.

Entre los sectores con desempeño negativo se encuentran electricidad, gas y agua, afectados por una menor generación eléctrica y un cambio en la matriz, con mayor participación de la energía térmica en detrimento de la hidráulica.

La construcción también se contrajo, debido a una menor inversión en obras de infraestructura, particularmente en líneas de energía y carreteras. Sin embargo, se observó un aumento en la construcción de edificios.

El rubro de transporte, almacenamiento, información y comunicaciones mostró una menor dinámica. En transporte, se destacó la baja en los servicios auxiliares, mientras que en telecomunicaciones se registró una caída asociada a la menor demanda externa.

Desde la demanda

Desde el enfoque del gasto, entre enero y marzo de 2025 se observó un incremento de la demanda interna, impulsado por el aumento del consumo y la inversión.

En el plano externo, si bien las exportaciones de bienes y servicios crecieron, las importaciones aumentaron a un ritmo mayor, lo que resultó en una caída de la demanda externa neta.

Expectativas

Uruguay enfrenta un entorno internacional cada vez más desafiante. A la desaceleración del crecimiento global, impulsada por cambios en las políticas económicas de las principales potencias, se suman los recientes conflictos bélicos, que intensifican la incertidumbre geopolítica. De prolongarse, estos eventos podrían tener impactos significativos en la economía mundial y regional. Aunque más resiliente que otros países, Uruguay no permanece ajeno a este panorama.

En este contexto, las proyecciones apuntan a una moderación del crecimiento para 2025 y 2026. Según la Encuesta de Expectativas del BCU, publicada en mayo, la mediana de los analistas prevé un incremento del PIB de 2.5% en 2025 y 2% en 2026.

Por su parte, el Fondo Monetario Internacional, en su informe de abril de 2025 (Perspectivas de la economía mundial), proyecta un crecimiento del 2.8% para este año y del 2.6% para el próximo, ubicando a Uruguay por encima del promedio regional, estimado en 2.0% para América Latina y el Caribe en 2025.

El organismo advierte que, a pesar de contar con fundamentos sólidos, las economías de la región continúan siendo vulnerables a factores externos, como la creciente incertidumbre geopolítica y posibles cambios en las condiciones financieras internacionales, que podrían limitar su ritmo de crecimiento en los próximos años.

Producto Interno Bruto de América Latina y el Caribe

Nota (E): Datos estimados por el FMI

Fuente: Elaboración propia en base a datos del BCU y FMI.

Nota (E): Datos estimados por el FMI
Fuente: Elaboración propia en base a datos del FMI

(*) Economista, integrante del departamento de Consultoría de Carle & Andrioli, firma miembro independiente de GGI Global Alliance.