Más de 100 colaboradores de Scotiabank participaron en dos jornadas de voluntariado para refaccionar escuelas en Casavalle y Treinta y Tres. Las tareas incluyeron pintura, reparación de mobiliario y acondicionamiento general. La acción se enmarca en Spark, el programa global del banco que combina trabajo solidario con donaciones económicas a causas sociales elegidas por los empleados.
En junio, Scotiabank impulsó dos jornadas de voluntariado en las que más de 100 colaboradores trabajaron para mejorar las condiciones de dos centros educativos que enfrentaban necesidades edilicias urgentes. Se trató de la Escuela Nº 320, ubicada en Casavalle, Montevideo, y del Centro Integral 33, una escuela especial para niños con discapacidad en el departamento de Treinta y Tres.
Las tareas incluyeron pintura de salones y fachadas, reparación de mobiliario, limpieza de espacios exteriores y reacondicionamiento general. Previamente, un equipo técnico del banco visitó ambas instituciones para evaluar necesidades y planificar cada intervención. Más de 70 personas participaron en Montevideo y cerca de 30 en Treinta y Tres, con el objetivo de mejorar el entorno de aprendizaje.
Ambas instituciones van más allá del aprendizaje, funcionan como lugares de contención, desarrollo y pertenencia para niños y jóvenes en contextos de alta vulnerabilidad. La mejora de su entorno físico impacta directamente en la calidad del tiempo que pasan allí, tanto alumnos como docentes.
Spark: cada hora cuenta
Las actividades se enmarcaron en el programa global de voluntariado de Scotiabank, Spark. Cada hora de trabajo voluntario es registrada y convertida en una donación económica del banco a una organización social elegida por el colaborador. De esta forma, se potencia el compromiso individual con un respaldo institucional, generando resultados concretos y duraderos para las comunidades donde el banco está presente.