Álvaro García: “Resulta bochornosa la existencia de ollas populares con la situación económica que hay”

Exdirector de la OPP

En diálogo con CRÓNICAS, el contador y copresidente de la Comisión de Programa del Frente Amplio (FA), Álvaro García, analizó el momento actual de la economía y las decisiones del gobierno en esta área. En vistas al futuro, observó positivamente el fortalecimiento de la izquierda latinoamericana y opinó que con él, “la Agenda 2030 puede tener un mayor impulso”. También realizó proyecciones de cara a un posible gobierno del FA, señalando que este debe trabajar en pos del desarrollo sostenible.

Por Matías Kapek | @matias_kb

-¿Qué análisis hace de la política económica que ha llevado adelante hasta aquí el actual gobierno?

-Hay un hecho sustancial que tiñe la actuación de la política económica del gobierno actual, que es la pandemia, que habiendo quedado atrás nos deja como país en un nivel de producto recuperado, creciendo de manera importante en el 2021, 4,4%, y con previsiones alrededor del 5% o más para 2022. Esto implica un nivel de actividad del Producto Bruto Interno (PBI) 4% superior a los niveles de 2019. Esto está traccionado por algunos aspectos relevantes como los precios internacionales y por lo que ha sido la presencia de las inversiones que venían de arrastre del gobierno anterior.

El gran problema que veo es que no se aprovecha, creo que es una visión equivocada del equipo económico pensar que va a haber un factor derrame o un factor “chuparrueda”, utilizando la imagen del presidente de la República de los “malla oro” y del pelotón. Generalmente eso no se ha dado, en el antecedente inmediato que tenemos de un gobierno liderado por el herrerismo con una visión similar hace 30 años, hubo crecimiento económico, pero hubo aumento de la desigualdad. Esa pata de la economía no se ve, no vemos en el equipo económico hablar de muchas más cosas que del crecimiento o del resultado fiscal. Mucho menos de otros aspectos fundamentales de lo que debe ser una política económico-social integral. Bienvenido el crecimiento y la recuperación pospandemia, pero no la está aprovechando todo el mundo, sino una parte pequeña de la población. 

-El gobierno tiene como objetivo la recuperación salarial. ¿Considera esto como una cuestión que deba darse de forma inmediata? ¿Lo cree posible?

-Este crecimiento económico está implicando, increíblemente, inexplicablemente, una caída del salario real de cuatro puntos, cuando hubo 15 años consecutivos de crecimiento del salario real. El problema son los salarios y jubilaciones, la gran mayoría de la población, pero a su vez eso arrastra al mercado interno. Recorro bastante el país y veo que todo el mundo dice que hay menos plata en la calle, obviamente, porque hay menos posibilidad de salario y de jubilaciones. Es muy claro, tanto el salario como las jubilaciones están vinculados con las pautas salariales presentadas en el 2020. Allí hay una voluntad política explícita de rebaja, reducción salarial con promesa de devolución; ya pasando el 50% del gobierno esta devolución no se da. Soy muy escéptico de que se pueda recuperar lo perdido, y también de que se pueda llegar a los niveles de salario real, incluso al final del gobierno. 

-¿A qué le adjudica el comportamiento de una inflación que no cede a las políticas antiinflacionarias? ¿Por qué no está dando resultado la suba de las tasas de interés por parte del Banco Central?

-Yo no creo que haya una conexión directa entre el incremento de tasas y el descenso de la inflación, por lo menos en Uruguay. De repente en otros países esto opera de manera más automática, en Uruguay no. Desde la crisis de 2002 para acá se han ido probando diferentes mecanismos de control de inflación. Yo creo que en Uruguay a veces da un poco de fastidio el discurso político previo y lo que sucede después. Parece facilísimo aumentar la competitividad vía incremento del valor nominal del dólar y parecía en el discurso en 2019 que eso no iba a tener repercusión en la inflación. Estamos en niveles de inflación de cerca del 10%. Yo creo que el umbral del gobierno para tolerar inflación es más alto que el nuestro, eso además ayuda a licuar gasto público, no es nuevo, ha sido histórico en Uruguay mientras gobernaron los partidos tradicionales. Nosotros entendemos que la inflación es un veneno para los ingresos fijos, salarios y jubilaciones que son la gran mayoría de la población, por eso hubo un hincapié muy importante en su cuidado durante nuestro gobierno. 

-¿Qué opina del ajuste fiscal que viene llevando adelante el gobierno? ¿Hay riesgo de que algunos segmentos de la población queden por fuera de la dinámica de mercado y se profundicen las diferencias sociales?

-Esto me lleva a otro ejemplo de la diferencia del discurso en campaña y la realidad después. En aquel momento se hablaba de que era muy sencillo reducir el gasto público en 900 millones de dólares. En algún momento yo utilicé la expresión “no se puede hacer sin hacer destrozos”. Cuando vemos el ajuste fiscal que se está realizando, los componentes mayoritarios están vinculados con la caída de salarios y jubilaciones, y también con la reducción de inversiones. Esto último es un tema extremadamente importante. En cualquier lado, en una casa, una empresa o en un país, el postergar inversiones puede ser muy bueno para tener un número que luzca más vistoso en este momento. Pero después, desde el punto de vista económico, eso va a resultar más caro.

La reducción del resultado fiscal mirando solo el resultado fiscal es un error, en realidad, la película es más amplia. Ni hablar de lo que implica costos sociales. Hay un deterioro muy importante de la calidad de vida de la población por reducción de ingresos. Un solo ejemplo, la necesidad de que existan ollas populares. En un Uruguay que está creciendo al 4 o al 5% y es productor de alimentos, ¿es necesario que tenga ollas populares? Resulta bochornosa la existencia de ollas populares con la situación económica que hay. Se está considerando que la política pasa por tener un crecimiento económico, una reducción fiscal y que con eso todo va a estar mejor, pero para la gran mayoría de la población todo está peor. 

-¿Cómo analiza la situación del empleo? ¿A qué se le puede atribuir que no mejore?

-Ahí hay factores coyunturales y estructurales. Desde lo estructural el gobierno no sabe a dónde va, no tenemos un rumbo claro. Hay cambios muy importantes en el mundo, pero salvo en algunos casos puntuales no hay una mirada a largo plazo. En el empleo, el tema de la revolución tecnológica entendemos que no se está teniendo en cuenta. En lo coyuntural, estamos a niveles de empleo muy similares a 2019, pero con niveles salariales mucho menores. Estamos pagando para tener más empleo, en una situación como en la que estamos hoy en día es inexplicable.

Volviendo a lo estructural, hay que tener en cuenta las tendencias mundiales existentes, la revolución tecnológica, el cambio climático y la necesidad de avanzar hacia otras formas de producción amigables con el ambiente por conciencia, por sustancia y por cumplimiento de compromisos internacionales que Uruguay tiene. Es imprescindible analizarlas como país para determinar en qué áreas y complejos productivos se van a hacer apuestas y a establecer mayor cantidad de políticas públicas, incentivos y políticas activas. Nosotros entendemos esto fundamental; estas cosas se cambian con un amplio diálogo entre empresarios, trabajadores y academia. Hay temas que necesariamente tienen que implicar todas las miradas.

-Da la sensación de que en América Latina se está dando un reposicionamiento de la izquierda. ¿A qué se debe? ¿Puede tener que ver con la falta de respuestas económicas a ciertas necesidades?

-En este mundo que estamos viviendo hay que tener en cuenta la influencia de las redes en magnitud y, yendo al terreno político, la existencia de una infinidad de trabajos que dejan un gran signo de interrogación sobre la manipulación mediática de las grandes mayorías. Esto provocó en algún momento una ola de populismo de derecha, contestatario de los sistemas democráticos por su ineficiencia. Ahora estamos en una vuelta de tuerca más, en un cambio de ciclo.

Esa lectura se tiene que hacer desde el lado de la izquierda, tratar de, en esta nueva realidad, interpretar de mejor manera a la población. Este nuevo ciclo puede implicar, desde mi punto de vista, considerar el desarrollo con una mirada integral. No todo aparece reflejado en el PBI, no toda la realidad del desarrollo está medida, de hecho, el PBI no es una medida adecuada para medir desarrollo y lo que necesita nuestro país es desarrollo. La mirada más racional en el mundo es la que se llama desarrollo sostenible, la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Para avanzar en ella hay muchos desafíos, incluso, hoy el mundo tiene, por ejemplo, retrocesos en temas como el hambre. La Agenda 2030 puede tener un mayor impulso con esta nueva realidad latinoamericana con miradas más progresistas en sus países.


“Me gustaría que Uruguay fuera campeón en economía circular, tiene todas las condiciones para serlo”

-En un hipotético gobierno del FA, ¿en qué aspectos económicos y sociales cree que se debería hacer foco? 

-Tenemos un enorme potencial como país, desarrollos muy buenos que se van dando a pesar de los cambios de gobierno, pero hay que generar un impulso hacia una mirada de desarrollo sostenible. Por ejemplo, me gustaría que Uruguay fuera campeón en economía circular, tiene todas las condiciones para serlo. Nosotros ya venimos siendo campeones en varias cosas, como la inclusión digital con el Plan Ceibal, que ha sido una política mirada en todo el mundo. Somos un país pequeño, tenemos posibilidad de llevar adelante políticas a nivel nacional que son súper relevantes, entonces, me parece que tenemos que conjugar visiones, ver que hay un amplio campo de coincidencias a las que todo el mundo puede avanzar. Eso no se logra solo con mecanismos de mercado, se requieren políticas públicas fuertes. Hay necesidad de tener una coordinación público-privada y también pública-pública. Es un camino que Uruguay tiene que transitar, no puede estar con una venda en la mirada a largo plazo, es un profundo error.