Ferreri: “Se puede trabajar con rigurosidad y con mucha sintonía fina sin la necesidad de hacer un ajuste fiscal”

Pablo Ferreri, exsubsecretario de Economía y Finanzas

Al entender de Pablo Ferreri, el próximo gobierno recibirá una situación fiscal no muy cómoda y con una deuda pública en aumento, con la mitad en dólares, que si el atraso cambiario empieza a corregir tendrá un fuerte impacto en el peso de la deuda. Así lo explicó en entrevista con CRÓNICAS, donde además dijo que se deben dar pasos firmes y concretos hacia una mayor apertura comercial.

-Uruguay viene de 10 años creciendo en el entorno del 1%. ¿Cómo piensa que se revierte esto?

-Uruguay debe tener una potente agenda procrecimiento que debe contemplar varios aspectos. Algo importante y que no se resuelve por sí solo y es la base fundamental, es la estabilidad macroeconómica y fiscal. No hay proyecto de desarrollo que prospere en el desorden, por lo tanto, este es un pilar sobre el cual se debe edificar. En segundo lugar, hay que tener en cuenta aspectos vinculados al capital humano y al capital físico que posee Uruguay. El capital humano tiene que ver con mejorar los niveles de educación para poder tener un pueblo más culto y calificado, para poder apuntar a puestos de trabajo con mayores valores agregados. Este es un aspecto central en la agenda del futuro del país. En este período de gobierno poco se ha avanzado en una verdadera reforma educativa que dote al pueblo de una educación de mayor calidad. En cuanto al capital físico, es absolutamente necesario un trabajo muy proactivo para generar más infraestructura que eleve el potencial físico de nuestra economía. Para ello, necesitamos un plan que contemple cuestiones vinculadas a, por ejemplo, mejorar el nivel de nuestras telecomunicaciones, donde Uruguay tiene un buen nivel, pero hay que continuar avanzando en estos aspectos para apuntar a todo lo que es la economía digital y atraer inversores en energía. También hay que apuntar a la logística y a completar una red ferroviaria, pero también en infraestructura social, como solucionar el saneamiento en el interior o la infraestructura carcelaria y de vivienda. 

-¿Y cómo se aborda la productividad?

-Para generar mayores niveles de productividad hay que tener en cuenta todo lo vinculado a un fuerte plan de innovación, ciencia y tecnología, algo que hoy Uruguay no tiene. Además, en el país se invierte muy poco en este apartado y la inversión del sector privado en esta materia es prácticamente nula, dado que la inversión ocurre solamente en el sector público, donde tiene un problema de sesgo, dado que la poca inversión solo ocurre en el sector académico, que debería tener un mayor aterrizaje en lo productivo a través de las empresas públicas. Hoy Uruguay tiene, en este apartado, un camino por avanzar en materia de innovación, ciencia y tecnología y es de los puntos en los que estamos más atrasados en la comparación internacional. También debemos tener en cuenta la inserción internacional. Debemos dar pasos firmes y concretos hacia una mayor apertura comercial. En este período se ha fracasado en esta materia, pero además Uruguay tiene una agenda unilateral de apertura de su economía. Para simplificarles la vida a los exportadores y reducir costos, en este período hemos retrocedido y se concedió un monopolio en el puerto por 60 años, sin tener control y regulación sobre las tarifas que allí se cobran.

-Mencionaba la importancia de la estabilidad fiscal. ¿Cree que el próximo gobierno deberá implementar un ajuste?

-El próximo gobierno recibirá una situación fiscal no muy cómoda, dado que habrá un déficit fiscal que, por más que haya bajado, no lo ha hecho de manera significativa. Además, la deuda pública habrá aumentado 10 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) y a su vez la mitad de la deuda está en dólares, con lo cual es una espada de Damocles debido al atraso cambiario que tenemos, que si se empieza a corregir, puede tener su impacto en el peso de la deuda. Dicho esto, creo que se puede trabajar con rigurosidad y con mucha sintonía fina sin la necesidad de hacer un ajuste fiscal. 

-Distintos especialistas apuntan a que no hay margen para incrementar el gasto público. ¿Con qué panorama cree que se encontrará el próximo gobierno y cuáles serían las primeras eventuales medidas respecto a esto?

-Veo que vamos a recibir un gobierno con un margen fiscal que habrá disminuido un poco, que tendrá una deuda pública que creció y un atraso cambiario que es el más importante de los últimos 25 años. Todo esto hace que la situación no sea del todo cómoda, pero hay que trabajar para superarla y sobre todo para tener una muy potente agenda procrecimiento, que permita que el país despliegue las velas, lo que ayuda a resolver los escasos márgenes fiscales sobre los que trabajar. Hay equilibrios macroeconómicos y fiscales que cuidar para que el país pueda navegar de manera sostenible y estable a lo largo del tiempo.

-A nivel económico, ¿qué tiene de diferente para aportar la precandidatura de Carolina Cosse que usted apoya?

-Tiene, como todas las otras precandidaturas del Frente Amplio (FA), una base fundamental que es el mismo programa del partido, que a todos nos une y nos convoca. Luego, sobre eso, cada candidato tiene sus propios énfasis. Nosotros creemos que en el caso de Carolina Cosse, dada su vasta experiencia pública en los distintos niveles de gobierno, estamos hablando de alguien que conoce enormemente la función pública por dentro, lo que le permite avanzar muy rápido a la hora de gestionar. No solo alcanza con ganar, también hay que gestionar muy bien y hacer un buen gobierno. Carolina también tiene una gran capacidad de liderazgo y de gestión, y sobre esas bases es la persona indicada para poder liderar el salto de calidad que debe dar la economía uruguaya.

-¿Cree que su presencia le aportará al sector que integra una visión más moderada?

-La candidatura de Cosse es apoyada por aproximadamente 30 sectores, con una diversidad de miradas ideológicas bastante grande, lo que se podría ver como un problema, pero yo estoy convencido de que es una enorme virtud. Esto enriquece el análisis y es, de alguna forma, lo que ocurre desde 1971 en el FA, donde conviven distintas visiones y se llega a buenas síntesis. De esta manera estamos trabajando y creemos que nosotros, así como otros con otras visiones, tenemos mucho para aportar. En el Espacio Socialdemócrata Amplio (ESA) tenemos una visión de centroizquierda, creemos que los proyectos en donde todo queda en manos del mercado no han funcionado y han generado enormes problemas sociales. Pero también somos conscientes y la historia así lo demuestra, de que los proyectos donde solo se trabaja sobre lo público y defendiendo al sector privado han fracasado estrepitosamente. Por lo tanto, la adecuada combinación de lo público y lo privado es lo que genera esa sinergia virtuosa a la que apostamos desde nuestro espacio. Contamos con gente muy formada y calificada, con la que queremos soñar en grande, pero con mucho sustento técnico de lo que decimos y proponemos.

-En el Plan País presentado por Cosse se destaca el abordaje de la salud mental, la reparación de infraestructura en barrios y un fondo de garantía de alquileres, que son, de los puntos presentados, los que demandarán mayor gasto. ¿Cómo se realiza esto sin alterar considerablemente el gasto público?

-En el primer año de implementación, estas medidas tienen un costo en el entorno del 0,4% del PIB. Entendemos que es un monto acotado y que se puede trabajar con reasignaciones presupuestales y redistribuciones, poniendo determinados énfasis en los presupuestos de los organismos, por lo tanto, no debería arriesgar la lógica presupuestal. Luego, la implementación total del plan a lo largo del período tiene un costo incremental, pero para eso estará la discusión presupuestal para todo el período. Ahí es donde en el presupuesto nacional se redefinen estrategias, objetivos y énfasis. Además, al tener una implementación a lo largo del período, eso permitirá ir obteniendo recursos del crecimiento de la economía.

-¿Cómo ve las internas?

-El 30 de junio es un primer paso hacia el objetivo fundamental, que es ganar el 27 de octubre en primera vuelta. Ese día Uruguay tiene una decisión muy importante que tomar en cuanto a su futuro y creemos que es crucial que el FA llegue unido, fuerte y potente, y trabajando juntos. Para ello, necesitamos hacer una muy buena interna, creo que tenemos buenas candidaturas y hay una interna muy competitiva que es algo bueno para el partido. Seguramente los resultados del 30 de junio nos darán el orden de la fórmula, que será en cualquiera de los casos muy potente. Estamos convencidos de que Carolina es la persona ideal para liderar ese salto de calidad que tiene que dar Uruguay en el próximo período y estamos trabajando para que ello suceda.

-Luego del 30 de junio y más allá de quién gane, ¿ve unidad? ¿Qué diferencias cree que habrá a la hora de la conformación de los equipos?

-Todavía es muy temprano para hablar de la conformación de equipos de cara a octubre, pero sí estoy absolutamente convencido de que vamos a tener un FA unido y gane quien gane habrá un partido entero trabajando para que se dé la victoria en octubre.

-Usted ha sido claro en que está en contra del plebiscito que propone el PIT-CNT y que no está de acuerdo puntualmente con la eliminación de las AFAP. ¿Qué otra salida ve para la seguridad social, teniendo en cuenta el resto de propuestas que se incluyen en la reforma planteada por el movimiento sindical?

-Tengo una postura contraria a la papeleta que se plebiscitará, pero creo que en cualquier caso es muy sintomático que se hayan juntado 430.000 firmas y, por lo tanto, el FA debe impulsar un gran diálogo social para atender la seguridad social en su conjunto y no de manera parcial como lo hizo este gobierno, que tuvo la valentía política de poner el tema sobre la mesa, pero que derivó en una muy mala solución. Habrá que trabajar mucho para atender muchos aspectos vinculados no solo al sistema previsional sino a la seguridad social en su conjunto. Hay que considerar los cambios acelerados que han ocurrido en el mundo del trabajo y cómo eso ha cambiado las formas de relacionarse a nivel laboral y las cada vez más periódicas necesidades de formación. Esto es algo que requiere mucho diálogo, pero también en algún punto tomar decisiones para generar el mejor sistema de seguridad social posible.


“Tendremos que trabajar mucho para que el país vuelva a ser atractivo”

-¿Cómo ve al país a nivel de inversiones?

-Hay que trabajar en todo lo que tiene que ver con la promoción de inversiones, que hoy en día se ve amenazado por los cambios tributarios globales, como la disposición del impuesto a la renta corporativo global mínimo, que pone en jaque a muchos regímenes de promoción de inversiones basados en la exoneración de impuestos, que han sido utilizados por todos los gobiernos y que de alguna manera han sido políticas de Estado en Uruguay. Tendremos que trabajar mucho para que el país vuelva a ser atractivo, rediseñando estos regímenes y creo que este gobierno ha estado algo omiso en la discusión de estos temas y en convocar al sector privado para discutir esto a fondo. Esto es algo que se resuelve con mucho diálogo y mucho trabajo. Tenemos mucho para hacer y Uruguay es un país que históricamente tiene niveles de formación bruta de capital fijo bajos, son muy pocos los años en los que se supera el 20% del PIB y Uruguay, para poder crecer de manera sostenida en el tiempo, a una tasa del entorno del 3%, requiere niveles de inversión más grandes. Para volver atractivo al país, todos estos factores son importantes.