Richard Read: “El FA es un ómnibus cuyo chofer va para cualquier lado y hay que sustituirlo por otro”

Richard Read, dirigente de la FOEB


El histórico dirigente del sindicato de la bebida analizó la gestión del gobierno al frente de la pandemia y afirmó que el equipo económico debería gastar más, pues el país atraviesa una importante crisis y, de acuerdo con su opinión, no es momento de ahorrar. Por otro lado, se refirió al papel del Frente Amplio (FA) como oposición y dijo que es necesario cambiar la conducción de la fuerza política, por entender que “va para cualquier lado” y es tiempo de establecer un recambio de ideas en su estructura.


 El menú  En la cava de Panini’s, Read degustó salmón grillé bañado en salsa de mango, acompañado de mix de repollo, maní y yogur de palta, y para beber optó por agua mineral.


Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo

-¿Cómo evalúa la gestión del gobierno hasta el momento?

-Lo que hay que evaluar es el comportamiento del gobierno en pandemia, que no hay con qué compararlo, y las secuelas que generó, llámese ley de urgente consideración (LUC) o una actitud amarreta al no disponer de mayor dinero para sostener sectores que están muy sumergidos.

La pandemia seguramente fue un cimbronazo: estaban armando un gabinete y estableciendo una línea de acción para el año, y de repente les apareció esto, que no es fácil ni deseable para nadie. La inmensa mayoría de los uruguayos, y me incluyo, vio un gobierno que le puso el pecho al problema, armó un equipo, se manejó con transparencia en la información y se rodeó de gente que dio una imagen de credibilidad, como Álvaro Delgado y el ministro Salinas, y fue alternando distintos actores en las conferencias de prensa.

Eso llevó a que generara confianza por un período importante, y cuando convocó el “Quedate en casa”, hubo algunas semanas donde efectivamente no había nadie en la calle. Significa que la primera reacción de la gran mayoría de la ciudadanía fue ponerse bajo el paraguas del gobierno.

Ese idilio perduró durante todo el invierno y luego se empezó a pecar de… no quiero poner ningún nombre, algunos lo pueden llamar soberbia, exceso de confianza, pero hubo una salida casi permanente y repetida en la prensa argentina, donde el gobierno fue a gritar el gol a la tribuna. De todas las entrevistas, hubiera sido ideal que la de Leuco fuera la única. Después, la de Canosa fue más “tinellizada”.

-¿Esa actitud generó un quiebre?

-El presidente se prestó a una serie de entrevistas que habrán tenido su objetivo, pero luego llegó el verano y llegaron los problemas, porque la libertad responsable es un buen título para una película de Netflix, pero en la vida real, en el mundo no se pudo aplicar, y menos en Uruguay. No es un tema sectorial, como se quiso indicar con la Marcha del 8M o el velorio de Jorge; esto es transversal, es decir, la sociedad ha asumido hábitos muy individualistas.

Las autoridades se despertaron tarde de la siesta y demoraron en concretar el ingreso de las vacunas, pero yo no soy de los que le adjudican las muertes al gobierno.

-Ha habido actores que lo han hecho.

-Sí, pero eso es entrar en una zona de chicana, es bastardear la política. Ningún gobierno desea que sus ciudadanos se mueran. Hay que hacer cuestionamientos duros, sí, pero no de esa forma. En los últimos tiempos escuchamos a sectores de la derecha cuestionando las horas gremiales de los sindicatos, pero eso nosotros también lo hacemos cuando hablamos de las 4×4 del agro. En las dos tribunas hay un bastardeo que no colabora con la política.

Entonces, hubo un error, una lentitud, la siesta fue demasiado larga, y cuando se despertaron tenían el problema metido adentro. Después se descontroló y el virus pasó a tener una preponderancia importante; el primero que conocimos no está más, la P1 se está yendo y la Delta está en la puerta, y va a seguir mutando.

Llegamos a una situación en la que, si bien es cierto que el país ha logrado vacunar a muchísima gente, incluidos el inmigrante y la persona en situación de calle, podríamos haber evitado un montón de muertes si hubiéramos adelantado la venida de las vacunas.

-Pese a que la situación, como decía, se “descontroló”, hoy las encuestas siguen mostrando una alta aprobación a la gestión de Lacalle Pou, que ronda el 60%. ¿Cómo lo explica?

-Primero, creo que le está dando frutos el haber dejado la apertura económica para que el cuentapropista, el de la diaria, saliera a laburar, mientras que del otro lado se pedía el cierre absoluto. ¿Qué grado de aceptación o de negativa le puede dar aquel que tiene que salir todos los días a buscarla porque si no, en su casa no morfan?

¿Esto significa que lo que está haciendo está bien? No, porque con la libertad responsable ha habido cuestiones muy injustas: las iglesias estaban abiertas y los espectáculos públicos cerrados; miles de trabajadores de esa rama no han tenido una hora de laburo, y hubo un cardenal sancionado con 40 mil mangos por una imprudencia que solamente comete una persona que tiene alguna chapita corrida.

Tampoco es justo lo que están pasando los trabajadores de la gastronomía, los hoteles, el turismo. Pero hay un 60% de la población que respalda la gestión. Del otro lado la opción era: “cerremos todo, y le vamos a decir al gobierno que te pague”. La gente sabe que eso es un titular para la discusión política, pero no tiene asidero. Además, ¿qué garantiza que te den plata y que vos te quedes en tu casa? Si te dan 20 mil pesos vos salís igual a buscar un poco más, porque con esa plata taparás algún agujero, nada más.

“Hay países que han puesto cinco o seis puntos del PIB, pero aquí la actitud es ahorrar. Están equivocados, en las crisis se gasta, no se ahorra”.

-¿Por qué no tiene asidero?

-Porque yo no creo que este gobierno tenga la voluntad política de entregar a esas 300.000 personas dinero en efectivo todos los meses, no lo va a hacer.

-El gobierno argumenta que no tiene margen para hacerlo.

-El mundo no tiene margen, pero el propio Fondo Monetario te dice: “gasten”. Hay países que han puesto cinco o seis puntos del PIB, pero aquí la actitud es ahorrar. Están equivocados, en las crisis se gasta, no se ahorra. Pero hay una sociedad que lo interpreta de una manera distinta, ese es el 60%.

-¿Qué posibles soluciones ve para el problema del desempleo, profundizado por la pandemia?

-El tema del empleo yo no se lo adjudico a ningún gobierno. Hay un sistema capitalista, liberal, donde juegan la oferta y la demanda. Esta última fue cubierta por una nueva forma de relación laboral, o con un delivery o con un dron o con una plataforma, que sustituyó la presencialidad y donde el comercio local tiende a desaparecer.

El mundo cambió. Se perdieron millones de puestos de trabajo de los cuales algunos no van a retornar, el tema es dónde reubicarlos a ellos, porque se achicó el mercado laboral. Lo que la pandemia trajo fue un aceleramiento del proceso de descomposición del trabajo, que pasó a ser una mercadería muy importante para un sector más reducido donde los requisitos son mayor educación y una capacitación permanente.

Hay que apuntar a mayor productividad, eficiencia y tener una cultura de trabajo que compita con el nivel internacional, pero la sociedad laboral uruguaya, en términos generales, carece de esas tres cosas.

Yo estoy trabajando con Gabriel Oddone, tratando de ver a futuro, adónde van la economía y el empleo en Uruguay, mirando hacia 2023-2024. Cuando vemos estos temas con él, siempre terminamos hablando sobre educación.

-Hace mucho que se viene hablando de una reforma educativa.

-La reforma educativa con más fuerza fue planteada en el 2014, en la campaña electoral del FA. Fue una propuesta electoral, una de las tantas cosas que no se hicieron. No solamente no se hizo, sino que rajaron a los que tenían la responsabilidad de hacerlo, o sea que fue un engaña pichincha. Hoy el resultado está a la vista: el sistema educativo uruguayo caducó, y seguir sosteniendo que era fantástico es vivir en una burbuja.

-¿Hoy están dadas las condiciones para llevar adelante esa reforma?

-Están dadas desde siempre, es la revolución de las reformas, va a poner al país de cara a ese mundo que nos esquiva porque no somos atractivos ni por tamaño ni por mercado. La única manera de serlo es con una sociedad altamente capacitada, donde la investigación, la ciencia, el software, la logística, se puedan desarrollar sin ningún problema, y que no sea necesario traer mano de obra extranjera porque aquí no se cuenta con los niveles requeridos. Ese es el gran desafío.

Richard Read

-Nombró la importancia de la ciencia… ¿Cómo vio el papel que tuvo la comunidad científica en el asesoramiento al gobierno en la pandemia?

-Yo me siento orgulloso de los científicos uruguayos. Había un montón de científicos e investigadores que habían gastado miles de horas de estudio, capacitación y esfuerzo para llegar, que estaban en el rincón de los recuerdos, que no eran nombrados en nada. Que hoy sepamos que hay un montón de compatriotas de distintas vertientes de la ciencia que trabajan, que son bien vistos en el exterior, que son llamados por consultas, me llena de orgullo.

Después, el tema se politizó, y eso entra en la zona del bastardeo, donde una senadora de la República dice que todos los científicos del GACH (Grupo Asesor Científico Honorario) son de izquierda y del FA, lo cual es una anormalidad enorme. Esos son los hackeos que le hacen a la democracia, que se debilita con comportamientos de esas características, mucho más viniendo de una persona que está en el Senado. La política deja de ser creíble cuando hay una chicana tan bastarda, porque son de izquierda ahora porque son críticos, pero eran tuyos cuando no eran críticos; es totalmente reprobable.

Me parece muy correcto que ellos hayan elevado al poder político las sugerencias, las opiniones, y luego es este quien resuelve. En este país no se votó una lista del GACH, se votó un gobierno, que ganó por mayoría y debo respetar la decisión ciudadana.

-¿Le sorprendió el desenlace que tuvo el GACH?

-Yo no tengo el honor de conocer a ninguno; conversar con uno de ellos sería como hablar con un seleccionado uruguayo del 50, porque para mí son héroes. No sé qué pasó en su interna. Seguramente en los últimos tiempos sus sugerencias no eran tomadas en cuenta y dijeron: “le dedico un montón de horas a esto, el gobierno tiene todo el derecho de hacer lo que le parezca, pero hasta acá llegué”. Es legítimo, no les voy a dejar de reconocer los 15 meses de aporte.

-¿Qué lectura hace del rol que tiene el FA como oposición?

-No es muy distinto al que ha tenido a partir del 1º de marzo. Hace unos días salió un spot oficial del FA haciendo mención al 48º aniversario de la huelga general y el golpe de Estado, y lo relacionaban con la LUC. Yo no me sentí representado para nada, eso es para una tribuna muy chica, para ver quién grita más fuerte.

La LUC no es producto de un golpe de Estado o de un gobierno autoritario, sino de un gobierno democrático que tuvo mayoría. Te podrá gustar mucho o poco, y como estás en un sistema democrático, usás la legitimidad de recurrir a la Constitución, levantar firmas para convocar un referéndum y que sea el ciudadano el que decida.

Al FA le costó entender que perdió; muchos compañeros creían que esto era perpetuo, no pensaron que 185.000 personas votaron en octubre a la otra opción, si bien 150.000 de esos volvieron en el balotaje. La primera reacción de la militancia dura fue: #YoNoLosVoté. ¿Qué te dice eso? “La culpa es tuya, que los votaste a ellos”. Pero, en vez de decir que la culpa es de él, que votó al otro, ¿por qué no pensás por qué no te votó a vos? ¿Por qué no te cuestionás por qué 185.000 personas que te votaron en la anterior no te votaron ahora? ¿No tendrías que revisar alguna cosa de tu prontuario de los últimos cinco años?

Les costó entender que perdieron y les cuesta ubicarse como oposición, y hay un FA muy desarticulado al que se le dificulta coordinar muchas cosas. Queda mucho por remar para que el FA logre que esos 185.000 vuelvan, porque siguen estando en un limbo. ¿Qué cosa buena hemos hecho? Las firmas contra la LUC. Capaz que por esa campaña alguno volvió, aunque yo tengo mis dudas.

“Es muy válido que una parte de la sociedad rechace lo que el FA hizo mal y se vaya para otro lado, porque todavía hay mucha gente con dignidad”.

-¿Qué hizo que esos 185.000 se fueran?

-Eso es parte de una autocrítica que debería hacer el FA. Existieron cientos de aciertos, algunos errores y unos pocos horrores, pero hubo de los tres. Si no discernimos qué es uno y qué es otro, queda todo como válido, pero hay gente que cree que hay cosas que se hicieron mal y hay que rectificar y decir “me equivoqué”.

-Astori ha tenido algunas salidas en esa línea.

-Hay una autocrítica que se está prolongando en el tiempo. Si alguien cree que la autocrítica le hace un favor al enemigo, yo creo todo lo contrario, porque pienso que te fortalece y te hace creíble.

-¿Cuáles fueron los factores que llevaron al FA a la derrota?

-En el último quinquenio el crecimiento salarial se estancó. Hubo una dedicación, que es válida, hacia el tema del género, la equidad, que no digo que haya sido en detrimento de otra cosa, pero dejó de costado el problema del empleo, la educación. Después está el affaire Sendic, lo de ALUR, Ancap, la regasificadora, el puerto de aguas profundas, Aratirí, la búsqueda de petróleo. Se generaron grandes expectativas que no tuvieron conclusión.

Es muy válido que una parte de la sociedad rechace eso y se vaya para otro lado, porque todavía hay mucha gente con dignidad. Decir que eso está todo bien y que no pasó nada no es bueno, no contribuye a crear un sistema político creíble. No estoy adjudicando intencionalidades, pero fue algo que pasó.


Las elecciones en el FA y la importancia del recambio

-¿El FA de hoy lo representa?

-Yo creo en el FA como herramienta. Hay un ómnibus que dice “FA” cuyo destino es la equidad, la distribución de la riqueza, esas utopías; yo creo en eso. Miro los demás ómnibus que están al lado y ninguno va hacia allí, por lo tanto, no los tomo. En este, el chofer va para cualquier lado, se sube a la vereda, roza contra un árbol, frena, da marcha atrás; es medio complicado, pero es el único que tiene ese destino. ¿Debo prender fuego al ómnibus, o sacar al chofer y poner a otro? Sacar al chofer y poner a otro, cambiar la conducción.

Hay un desgaste. Hay personas que provienen del oficialismo que no se han podido reconvertir en opositores. Me parece válido que haya elecciones, que haya un recambio de ideas.

-¿A quién ve como posible nuevo conductor del FA?

-No es un tema de personas ni de equipos, sino de ideas. Hay que empezar a discutir cuál es la mejor estructura, la más viable, democrática y transparente para el ciclo que estamos viviendo.


La FOEB iniciará un centro educativo virtual para escolares

El gremio de la bebida prevé lanzar en julio una nueva modalidad de apoyo educativo para alumnos de primaria, en línea con la política que ha desarrollado en los centros donde brinda atención presencial a los niños, aunque en este caso la actividad será por la vía digital. Así lo informó Read a CRÓNICAS.

El nuevo modelo de aprendizaje se nutrirá con voluntarios de todo el país, pero también del extranjero. Se pueden anotar como tutores aquellas personas que cumplan con los requisitos establecidos, que serán informados en su lanzamiento, y luego deberán asistir a una entrevista que puede o no ser presencial. La inscripción deberá hacerse a través de una plataforma que se creará con ese fin.

Por el otro lado, los directores de las escuelas interesados en que sus alumnos reciban este apoyo podrán sugerir esta opción a sus familias, de la misma forma que se hace con los centros educativos presenciales de la FOEB. Luego, el sindicato hará un seguimiento con la maestra comunitaria para evaluar la evolución del estudiante.

Esta iniciativa ya ha sido conversada con directores de algunos establecimientos y ha tenido muy buena recepción, adelantó Read. Además, explicó que las tutorías serán dadas a través de WhatsApp. Básicamente, el objetivo es apoyar a los infantes en sus tareas escolares.

“Hay muchos niños que no son asistidos por sus familias en los deberes y, a su vez, mucha gente que está sola en la pandemia, que tiene tiempo para dedicar, pero no sabe cómo, y le abrimos una puerta para poder colaborar solidariamente con un chiquilín que lo necesita. Esto ayudaría, aunque sea mínimamente, a ir cerrando esa grieta que estamos viendo, que es tan triste”, expresó.

La FOEB ha tenido un rol en materia de apoyo en la formación de los niños con los ocho centros sociales y educativos que ha inaugurado en el país. Hoy existen cuatro en Canelones, dos en Montevideo, uno en Paysandú y otro en Minas, y desde el sindicato aspiran a instalar más en otros departamentos.

La cualidad principal de este servicio es que, a través del apoyo a la educación primaria, se sostiene al grupo familiar para que el niño tenga contención, en coordinación con las directoras y maestras comunitarias, además de que se trabaja la parte curricular, como matemática, idioma español y comprensión lectora. También se está dando apoyo en inglés y ajedrez. Antes de la pandemia, incluso, se impartían clases de robótica y otros talleres.

“Todo eso está incluido en una propuesta de valores de conducta, de comportamiento, de respeto por el otro. Es un traspaso de valores que hay que rescatar en esta sociedad que los ha perdido, con un énfasis en la importancia de la educación. La cultura del trabajo va acompañada por una cultura del esfuerzo”, apuntó el sindicalista.

Los niños también reciben el desayuno, la merienda, uniformes, entre otras cosas.

En otro orden, en octubre esperan abrir un taller de carpintería para chiquilines de hasta 17 años, muchos de ellos en situación de calle, con el propósito de que tengan un oficio y una posible salida laboral.