Habrá casos que requieran una atención específica, pero esta es una cuestión colectiva, por lo que el abordaje en el ámbito educativo tiene que serlo también, argumentó la experta. Además, instó a no patologizar: “Esto es parte de algo de lo que nos pasó que puede ser traumatizante en algunos aspectos, dependiendo mucho de los contextos, pero creo que hay que incorporarlo a la experiencia que nos toca vivir, y en ese sentido ofrecer herramientas para poder resolver situaciones que en muchos casos puede haber atacado situaciones personales familiares, de enfermedad por covid-19 de fallecimiento en el seno familiar”, expresó.Por ello, destacó la posibilidad de trabajar esto a nivel colectivo como una fortaleza del sistema educativo. A esto se le suma un aspecto crucial, y es que “no podemos seguir mirando las consecuencias desde un mundo adulto sin dar espacio a los procesos de cada niño”, profundizó Bagnato.La experta sostuvo, además, que se trata de un proceso en donde “no hay que perder la oportunidad de aprovechar” los espacios presenciales -en la medida que la situación sanitaria lo permita-.A modo de conclusión, la Grado 5 en Psicología puntualizó que el punto de vista de la salud mental debe ser necesariamente incorporado en la cotidianeidad. “Hay que darle un espacio para la comunicación, para expresar qué nos pasa, para poder asimilar todo esto y que no quede como un trauma instalado, que a su vez afecte los desarrollos y las relaciones interpersonales”, reflexionó Bagnato.“Hay que dar un espacio para poder asimilar todo esto y que no quede como un trauma instalado”, instó Bagnato.