La Sala Mario Benedetti de la Torre de las Telecomunicaciones se convirtió el pasado jueves en un punto de encuentro clave para el cooperativismo de ahorro y crédito. Bajo la consigna “Desafíos para trascender: construyendo cooperativas para mejorar la vida financiera de las personas”, autoridades de gobierno, académicos, referentes internacionales y representantes de diferentes cooperativas en sus roles gerenciales y técnicos compartieron reflexiones sobre el futuro de un sector que, históricamente, fue pionero en inclusión financiera en Uruguay y la región.
Una apertura con compromiso institucional
La jornada comenzó en horas de la mañana con las palabras de las autoridades de las instituciones organizadoras —CONFIAR, CUCACC, FECOAC— junto al apoyo de CUDECOOP e INACOOP.
Entre los presentes se encontraban algunas autoridades de gobierno, legisladores e integrantes de las cooperativas en sus diferentes órbitas procedentes de varios puntos del país. En un clima de expectativas, se resaltó el valor de las cooperativas como herramienta para democratizar las finanzas y acompañar a comunidades enteras en el acceso a servicios de ahorro y crédito. Las intervenciones inaugurales coincidieron en un punto central: la necesidad de reforzar la cooperación entre entidades y actualizar su rol frente a un mercado financiero en transformación.
En la apertura, Hugo Montaño, presidente de CUDECOOP, destacó el rol histórico y presente del cooperativismo de ahorro y crédito como un pilar para la inclusión financiera en Uruguay. Subrayó que el desafío actual pasa por “trascender en un escenario donde la digitalización y la competencia exigen nuevas respuestas, pero sin perder la esencia de nuestras raíces”.
Montaño recordó que el movimiento cooperativo “ha estado presente allí donde el mercado no llegaba, garantizando acceso, cercanía y confianza a las comunidades”, y llamó a reforzar la integración entre federaciones y cooperativas de base. “La unión entre nuestras organizaciones no es solo deseable: es la condición para seguir existiendo en un sistema financiero cada vez más concentrado”, afirmó que “el movimiento cooperativo no solo ha resistido los embates de las crisis económicas, sino que también se ha convertido en un modelo alternativo para pensar las finanzas con rostro humano”.
En una segunda intervención, el presidente de la Confederación Uruguaya de Entidades Cooperativas fue más allá y planteó la necesidad de repensar las estrategias de incidencia pública y social. “El cooperativismo debe hablar con voz clara hacia la sociedad, visibilizando su aporte y mostrando que nuestros valores no son discurso, sino práctica concreta en cada barrio y en cada familia”, sostuvo.
En tal sentido, Montaño subrayando la necesidad de reafirmar los valores cooperativos en diálogo con el Estado y la sociedad: “Tenemos que seguir demostrando que somos parte de la solución a los problemas de inclusión y equidad, porque las cooperativas no buscan ganancias para unos pocos, sino mejorar la vida de todos”.
Finalmente, cerró con un mensaje de optimismo y responsabilidad colectiva: “Este seminario no es un punto de llegada, es un punto de partida. La trascendencia del sistema cooperativo dependerá de nuestra capacidad de innovar, de cooperar entre nosotros y de mantener siempre viva nuestra identidad”.
En su intervención, la presidenta de INACOOP, Graciela Fernández puso el acento en el valor del cooperativismo de ahorro y crédito como herramienta de democratización de las finanzas y sostuvo que el Estado tiene la responsabilidad de acompañar y potenciar estas experiencias. Señaló que “la inclusión financiera no se logra únicamente con normativas, sino con instituciones cercanas que entienden las realidades de las personas”.
Fernández remarcó que las cooperativas han sido pioneras en llegar a sectores a los que la banca tradicional nunca consideró rentables, y que esa impronta debe reafirmarse frente a los nuevos escenarios tecnológicos y regulatorios. “Defender el rol de las cooperativas en la agenda pública es defender la democracia, porque son espacios donde cada socio tiene voz y voto en igualdad de condiciones”, afirmó.
La presidenta de INACOOP cerró su participación con un llamado a la unidad del sector y a su visibilización: “Necesitamos mostrar con claridad lo que el cooperativismo aporta al país: inclusión, desarrollo y confianza. Esa es nuestra fortaleza y también nuestra mejor carta de presentación hacia la sociedad”.
Finalmente, los presidentes de las instituciones organizadoras del evento, Fredy Román - CONFIAR -Germán Sergio Gorga - CUCCAC – y Claudio Pagliarini - FECOAC - subrayaron la importancia del trabajo intercooperativo y la proyección hacia el futuro. Destacaron que este tipo de encuentros “permiten pensar colectivamente cómo adaptarnos a un sistema financiero en transformación, sin perder de vista la esencia del cooperativismo”, destacando la importancia del sistema cooperativo de ahorro y crédito como parte de la política pública de inclusión financiera; “en un país donde aún existen desafíos en el acceso a servicios, las cooperativas han demostrado ser un vehículo confiable y cercano a las comunidades”.
Identidad cooperativa y raíces del movimiento
El primer expositor fue el Dr. Dante Cracogna, abogado, licenciado en cooperativismo, diplomado en el British Co-operative College de Stanford Hall, Inglaterra, reconocido internacionalmente por su aporte a la identidad cooperativa.
En su alocución, Cracogna recordó que estas organizaciones “nacieron para dar respuesta donde el mercado no llegaba” y enfatizó que el desafío actual pasa por mantener su esencia mientras se adaptan a nuevos escenarios tecnológicos y regulatorios.
En su presentación recordó que la identidad cooperativa no es un concepto abstracto, sino un activo concreto que define la diferencia frente a otros actores del sistema financiero. “Las cooperativas no se miden solo por balances o resultados económicos: se miden por el impacto que generan en las personas y en la comunidad”, señaló.
Advirtió que el riesgo de la época es dejarse arrastrar por lógicas puramente competitivas, perdiendo el carácter solidario y democrático que distingue al movimiento. “La trascendencia de nuestras organizaciones dependerá de no renunciar a esos principios, aunque el entorno nos exija cambios”, afirmó.
El especialista cerró su intervención con una invitación a reafirmar la confianza en la identidad cooperativa: “Allí donde las personas encuentran un espacio de pertenencia y participación, allí está la verdadera fortaleza de nuestras instituciones”.
Radiografía del sistema de ahorro y crédito
La primera mesa temática, contó con gerentes generales de distintas cooperativas de ahorro y crédito como panelistas, y tuvo como punto de partida la presentación del especialista Gustavo Pagano, quien ofreció un panorama sobre la situación del sistema de ahorro y crédito y sus efectos.
En su exposición Pagano señaló que “las cooperativas de ahorro y crédito cumplen un rol vital para la inclusión, pero enfrentan un contexto de creciente competencia de las fintech y mayores exigencias regulatorias”.
Pagano compartió datos comparativos de los últimos años, mostrando cómo el sistema ha crecido en cobertura territorial y en número de socios, aunque con fuertes disparidades entre cooperativas grandes y pequeñas. “El reto es cómo consolidar la solvencia y la sostenibilidad sin perder la cercanía con las comunidades”, advirtió.
También subrayó que el acceso al crédito responsable y la educación financiera siguen siendo dos de las mayores fortalezas del modelo, aspectos que lo diferencian del sistema bancario tradicional.
Posteriormente, los referentes de Verde, Cintepa, Copac, SACEC y Cooperativa Artigas compartieron experiencias concretas desde el territorio, evidenciando la diversidad de realidades y la necesidad de respuestas innovadoras frente a la competencia de las fintech y las exigencias del mercado.
A continuación, tomaron la palabra los gerentes gerenciales de las cooperativas; Mariana Pereyra -Verde-, Silvia Poses -Cintepa-, Gabriel Gorondona -Copac-, Alejandro López -SACEC- y Diego Sehara - Cooperativa Artigas - para compartir experiencias desde el territorio.
Uno de los representantes enfatizó que “la cooperativa se sostiene en la confianza de la comunidad; cuando esa confianza se debilita, ningún modelo financiero puede resistir”. Otro puso el acento en la necesidad de innovar en productos y servicios, señalando que “si no ofrecemos soluciones digitales, corremos el riesgo de quedarnos atrás frente a actores que avanzan con mucha rapidez”.
Los testimonios coincidieron en que el cooperativismo debe mantener su carácter inclusivo y solidario, pero también dar un salto en profesionalización y herramientas tecnológicas.
La mesa cerró con la conclusión de que la diversidad de realidades exige respuestas diferenciadas, pero todas bajo un mismo horizonte: fortalecer la identidad cooperativa y su capacidad de competir en un mercado financiero en transformación.
Regulación, tecnología y comunicación: tres frentes decisivos
En la segunda mesa, los focos se distribuyeron en tres ejes estratégicos: Normativa, a cargo de la Crda. Virginia Lavecchia, de la Superintendencia de Servicios Financieros del BCU, quien explicó los marcos regulatorios y el impacto de las exigencias prudenciales en las cooperativas. Tecnología y servicios, con la participación del Cr. Jorge Vargas, de la consultora Mayeutic y Ana Panizza -ACAC-, quienes abordaron la digitalización, las billeteras electrónicas y los nuevos sistemas de pagos.
La contadora Virginia Lavecchia, en representación del BCU abrió el debate sobre la dimensión normativa. Explicó que el marco regulatorio vigente busca garantizar la estabilidad y la transparencia del sistema, pero reconoció que supone un desafío especial para las cooperativas: “Las exigencias prudenciales son necesarias para cuidar la solvencia, pero debemos encontrar formas de que no se transformen en un obstáculo para el desarrollo de las instituciones de menor escala”.
Lavecchia subrayó que el regulador tiene el deber de equilibrar la prudencia con la inclusión: “Un sistema financiero estable es un bien público, pero también lo es la posibilidad de que la población acceda a servicios financieros a través de cooperativas sólidas y confiables”.
Destacó asimismo la importancia de la capacitación en gestión de riesgos y cumplimiento normativo: “El fortalecimiento del sector pasa no solo por adaptarse a los marcos regulatorios, sino también por profesionalizar a sus equipos en áreas clave como gobierno corporativo, transparencia y prevención de riesgos”.
La representante del BCU cerró con un mensaje de apertura al diálogo: “Nuestra intención es acompañar al sector cooperativo, escucharlo y trabajar juntos en una regulación que proteja a los socios y al mismo tiempo permita que las cooperativas crezcan y sigan cumpliendo su función social”.
Para el componente de comunicación, intervino la Dra. Graciela Fernández, presidenta de INACOOP, quien planteó la importancia de defender y visibilizar el aporte del sistema cooperativo ante la opinión pública.
El movimiento cooperativo no puede permitirse la invisibilidad. Debemos ocupar un lugar en el debate social y económico, mostrando con claridad lo que aportamos a la inclusión y al desarrollo”, afirmó.
Fernández sostuvo que la comunicación es estratégica no solo para fortalecer la identidad hacia adentro del sistema, sino también para ganar legitimidad en la sociedad: “No alcanza con que lo sepamos nosotros; tenemos que contarle al país lo que hacemos, porque somos parte de la solución a muchos de sus problemas”.
También llamó a innovar en los formatos y en el lenguaje, especialmente para llegar a las generaciones más jóvenes. “Si no logramos que la juventud se sienta parte de las cooperativas, corremos el riesgo de que nuestro sistema pierda vigencia. Y para eso necesitamos hablarles en sus propios códigos, de manera clara y cercana”.
La presidenta de INACOOP cerró con un mensaje categórico: “La comunicación no es un gasto, es una inversión en futuro. Si queremos cooperativas fuertes, necesitamos voces fuertes”.
La mesa fue moderada por el economista Washington Ribeiro, ex presidente y director del BCU.
Perspectiva internacional: miradas de la región
Por la tarde, la tercera mesa amplió la visión hacia experiencias internacionales. Intervinieron representantes de CGM, Cooperativas de las Américas, COFIA, así como el Ing. Luis Figueroa de COOPEUCH (Chile) y el Lic. Tiago Luiz Schmidt de SICREDI (Brasil). El Lic. Danilo Salerno, director de Cooperativas de las Américas, destacó que “la cooperación internacional no es solo un recurso, sino un camino para compartir aprendizajes y fortalecer agendas comunes en la región”.
Al inicio el Lic. Danilo Salerno, director de Cooperativas de las Américas, compartió un análisis profundo sobre el lugar del cooperativismo en la región y los desafíos comunes que enfrenta el movimiento.
Salerno destacó que la cooperación internacional es clave no solo como herramienta de financiamiento, sino sobre todo como estrategia de aprendizaje mutuo: “La cooperación internacional no es solo un recurso, es un camino para compartir experiencias, fortalecer agendas comunes y construir respuestas colectivas a problemas que son globales”.
En su intervención subrayó la importancia de posicionar al cooperativismo como un actor político y social: “No podemos limitarnos a ser un actor económico de nicho. El cooperativismo tiene que estar en el centro de la agenda de desarrollo, porque es un modelo que combina democracia, equidad y eficiencia”.
También remarcó la necesidad de articularse con los Estados y con los organismos multilaterales: “La voz del cooperativismo debe estar presente en los espacios de decisión regionales. Si no nos hacemos escuchar, otros tomarán decisiones por nosotros”.
Salerno cerró con un llamado a la unidad regional: “El futuro de las cooperativas depende de nuestra capacidad de trabajar juntos. La integración no es un discurso, es la condición para que el cooperativismo siga siendo una alternativa real y transformadora en América Latina”.
La moderación estuvo a cargo del Esc. Danilo Gutiérrez, con comentarios finales de la Dra. Graciela Fernández, quien vinculó las experiencias regionales con los desafíos de la agenda nacional reforzando la idea de que el cooperativismo necesita disputar espacio simbólico y político en la sociedad. “Si no defendemos nuestro relato, otros lo van a escribir por nosotros. Y ahí corremos el riesgo de quedar reducidos a un papel marginal en el sistema financiero”, advirtió.
Fernández destacó que la identidad del movimiento debe proyectarse con coherencia: “Lo que decimos hacia afuera tiene que ser consistente con lo que hacemos hacia adentro. Esa coherencia es la que nos da credibilidad”.
También resaltó la importancia de tender puentes con los medios de comunicación y con la academia, para que el aporte del sistema cooperativo quede documentado y reconocido: “Necesitamos más investigación, más difusión y más presencia en la agenda pública. Solo así vamos a lograr que el cooperativismo sea percibido como una alternativa real y vigente”.
Concluyó señalando que la comunicación debe ser concebida como un proceso colectivo: “No se trata de voceros individuales, se trata de que cada cooperativa y cada federación asuma que comunicar también es parte de su misión”.
Visión global y cierre de la jornada
La última mesa tuvo como expositor central al economista Luis Porto, Director Ejecutivo Alterno del BID en representación de Uruguay. Porto analizó el papel de las cooperativas en la inclusión financiera dentro de los objetivos de la Agenda 2030, resaltando su potencial como aliadas en políticas de desarrollo sostenible.
El economista Washington Ribeiro volvió a moderar el espacio, subrayando la necesidad de construir un diálogo constante entre organismos multilaterales, Estado y cooperativas.
Una conclusión que mira al futuro
La jornada cerró cerca de las 18 horas con una sensación compartida: las cooperativas de ahorro y crédito no solo mantienen vigencia, sino que deben reafirmar su papel como alternativa democrática frente a un sistema financiero que tiende a la concentración. En un mundo marcado por la digitalización, la competencia de nuevos actores y la necesidad de regulación efectiva, el seminario dejó claro que el futuro del sector se construirá a partir de la cooperación, la innovación y la defensa de su identidad.
En un escenario marcado por la digitalización, el surgimiento de nuevas tecnologías, la competencia de las fintech y la concentración del mercado, las cooperativas de ahorro y crédito se presentan como una alternativa sólida para democratizar las finanzas y mejorar la vida de las personas.
Este seminario además de analizar su situación y abordaje, fue una oportunidad para estrechar lazos de colaboración entre organizaciones locales e internacionales y proyectar el papel del sector en la Agenda 2030 de desarrollo sostenible.
Desde esta perspectiva el encuentro en Montevideo no fue solo una instancia de reflexión: fue también un recordatorio de que, desde hace décadas, las cooperativas han estado allí donde las finanzas tradicionales no llegaban, y que hoy, con nuevos desafíos, su misión de mejorar la vida de las personas sigue más vigente que nunca.