En el desayuno de trabajo organizado por la fundación Disciplinas Aplicadas al Trabajo (DAT), el ministro de Economía, Gabriel Oddone, consideró que Uruguay es una excepción en el mundo por cómo maneja el disenso social y abogó por políticas que privilegien a grupos excluidos para evitar una descohesión. Asimismo, defendió los cambios tributarios promovidos por el gobierno, asegurando que hay “una hoja de ruta que introduce cambios, orientada a generar más inversión, mejor empleo y calidad de vida”.
Durante el evento, al que concurrió el presidente de la República, Yamandú Orsi, el ministro de Economía expuso sobre la realidad de Uruguay en un escenario mundial distinto, considerando que estamos ante el fin de una época. Explicó que el establishment está cambiando, poniendo como ejemplo las exposiciones de Luiz Inácio Lula da Silva y Donald Trump ante Naciones Unidas y la inclusión del tema bélico y las armas nucleares en la discusión de líderes políticos mundiales.
También se refirió al desencanto de la clase media, en EEUU y Europa, con la globalización en los 25 últimos años y la reducción de la desigualdad, en contraposición con su aumento en occidente. “Es un mundo donde la constelación de negocios para tomar decisiones es diferente”, afirmó.
En este contexto, Oddone valoró que Uruguay representa una especie de excepción, debido a la forma en que el sistema político maneja el disenso social. “La gente cree en nuestros partidos políticos, capaces de administrar el disenso. Eso no ocurre en América Latina”, remarcó.
Entre los desafíos del país, recordó que desde hace una década Uruguay crece a una tasa del 1% anual, y que si bien se construyó una sociedad cohesionada, al mismo tiempo excluye al 25% de su gente, con alta presencia de niños y adolescentes. “Por razones de justicia, hay que incluir a ese grupo de forma más racional y generosa”, para evitar que la sociedad se desuna y las ventajas actuales se fragilicen, señaló.
Explicó que, si no se hace algo y el crecimiento se mantiene en el 1%, habrá un problema social, ya que, si no se invierte en seguridad y educación, se reduce el papel del Estado, que es garantía de convivencia. “Es algo que tenemos que hacer, estamos todos de acuerdo, pero el problema en Uruguay es cómo”, porque supone “tocar intereses”, manifestó.
En modo defensivo
En esta situación, el jerarca se refirió a los cambios tributarios propuestos por el gobierno y a los destinos que esos recursos tendrán. “Lo que estamos haciendo es audaz, complejo, pero orientado a seguir siendo un país atractivo para los negocios”, ya que la inversión privada es la clave para crecer más, sostuvo. “Tenemos una hoja de ruta que introduce cambios, orientada a generar más inversión, mejor empleo y calidad de vida”, agregó.
Asimismo, en un mensaje dirigido a los empresarios presentes, valoró que “llegó el momento de ser más audaces, de pensar afuera de la caja”.
Acerca del Impuesto Mínimo Global, Oddone afirmó que es un impuesto que pagan las compañías que facturan más de 750 millones de euros anuales y que ya se está pagando por las operaciones en una jurisdicción que es la nuestra. "Lo que simplemente estamos haciendo es localizando en territorio uruguayo un impuesto que se paga", afirmó.
Agregó que Uruguay logró con la OCDE que autorice a excluir a cualquier empresa que tenga beneficios previos, por lo tanto, que esté dentro de la zona franca, de cualquier gravamen asociado a este impuesto siempre y cuando no sea neutro para la firma. “Se trata de un impuesto neutro, que nos va a recaudar el 80% del aumento de impuestos que precisamos para este período, que no va a afectar a ningún contribuyente que está localizado en territorio uruguayo y que nos va a permitir resolver en buena medida parte del problema fiscal", defendió el ministro.