-Usted es funcionaria de carrera de UTE desde 1993. ¿Qué importancia tiene para una empresa como esta que la persona que la preside ya conozca de primera mano su funcionamiento y su cultura organizacional?
-Además de ser un honor que me hayan designado para ocupar este rol dentro de UTE, que es la empresa donde he desarrollado toda mi carrera laboral, también es una gran responsabilidad, porque soy de la casa. Eso, de alguna manera, también facilita la gestión, porque he transitado por distintas unidades de UTE, lo que me permitió conocer distintas realidades y ver a la empresa de distintos lugares, lo que me ha enriquecido mucho.
-En el período anterior usted fue asesora de la directora por la entonces oposición, Fernanda Cardona, hoy ministra de Industria. Cuando asumió la presidencia en este 2025, ¿con qué panorama se encontró? ¿Hubo alguna sorpresa?
-Nos pasó, como ha pasado en general en este gobierno, que en el tiempo transcurrido entre las elecciones de noviembre hasta que asumimos, las autoridades salientes tomaron ciertas decisiones que, cuando entramos nosotros algunas ya estaban en ejecución. Entonces, hubo que, en base a ello, empezar a gestionar algunas decisiones tomadas, sin entrar en mayores detalles, que nosotros no hubiéramos tomado, o que lo hubiéramos realizado de otra manera. Ya llevamos siete meses desde la asunción y ahora estamos trabajando en planificar hacia adelante y armar el futuro, sobre la base que ya teníamos.
-¿Eso que menciona obligó a rearmar la estrategia inicial?
-Nosotros venimos con otros paradigmas. El hecho de haber estado en la oposición y haber sido contralor ha hecho que la planificación de los próximos años se base en explicar por qué tomamos ciertos caminos. Buscamos involucrar a la gente, contarles por qué vamos hacia donde vamos y marcar cuál será el perfil de nuestra gestión.
-¿Cuáles son los desafíos que enfrenta UTE de cara al futuro?
-Vamos a continuar con lo que es la electrificación rural, porque también tenemos que brindar ese servicio a quienes están más alejados de los centros poblados, con la idea de mantener lo que es la producción. Hay que llevar energía para el bienestar de la familia y para poder desarrollar la actividad productiva en todo el territorio. Es importante para nosotros seguir trabajando fuertemente en la electrificación rural, porque nunca llegamos, siempre estamos cerca, pero se siguen incrementando las solicitudes o gente que antes no sentía esa necesidad y hoy sí. Estamos convencidos de que el acceso a la energía eléctrica es un derecho universal, entonces trabajamos para todos los rincones del Uruguay.
-¿Qué números ilustran la realidad de las personas que están sin energía eléctrica en el país?
-Para este año teníamos 500 solicitudes, que se están procesando y es de esperar que podamos cumplir con ese cronograma. Hace poco estuvimos en Tacuarembó, en la localidad de San Benito, donde electrificamos la única escuela que quedaba sin electrificar en el departamento. Además de la escuela, llevamos electricidad para 12 familias y a partir de esas cosas se acerca la red a la comunidad. Esto es parte de nuestra mirada de lo que es la equidad territorial y el derecho al acceso a la energía.
-¿Qué ejes de gestión definió como prioritarios en su presidencia?
-Uno de ellos es retomar las inversiones, que es un debe que había tenido UTE en los últimos años, incluyendo no solo la generación de energía, sino también la transmisión y la distribución. Dentro de esto, también está relacionado el cómo invertimos. Nosotros venimos con la idea de rentabilizar las inversiones, pensando en invertir en tal o cual lugar o segmento, teniendo en cuenta que detrás tenemos un estudio o una sensibilidad que nos indica que es mejor ir por un lado antes que por el otro. Eso no era algo que figuraba en las discusiones y fue de los primeros cambios que propusimos en las primeras reuniones. Otra cuestión importante es el acercamiento a la ciudadanía en general y trasladarles el por qué hacemos las cosas, qué es lo que está detrás de cada decisión, principalmente de lo financiero y el hecho de ser transparentes en nuestros gastos y decisiones. Hacer el mejor uso de los fondos públicos, porque es dinero de todos, tomar las precauciones que sean necesarias, hacer un control de riesgos y tener una planificación financiera, son los pilares.
-Uruguay es reconocido por haber avanzado fuertemente en energías renovables. ¿En qué fase se encuentra hoy este proceso de transición energética que ya lleva muchos años?
-Entre el 2010 y 2020, en base al acuerdo multipartidario, se dio esa primera transformación eléctrica y ahora estamos con la transformación energética, porque se nos ha sumado el desafío de la descarbonización del país y el desafío más grande es todo lo relacionado con el transporte, pensado como el vector de descarbonización. Y UTE, dentro de ese vector de descarbonización, acompaña en lo que es movilidad eléctrica. Es cambiar el foco y decir, ‘vamos a instalar cargadores eléctricos’, porque acompañamos, pero nuestro objetivo es apoyar a la descarbonización y estimular a que las personas carguen sus autos en sus casas. Entonces, todos los aspectos sumados hacen que esto sea sostenible e impacte en la calidad de vida. Puede hacerse también con la disminución del ruido de los autos, lo que hace que no haya polución auditiva. Todos son elementos que UTE toma como vector, y lo hace, principalmente, para que futuras generaciones puedan utilizar estos recursos que son tan valiosos. Estamos trabajando en esto, que es todo un desafío. En movilidad eléctrica hoy estamos llegando casi a 400 puntos de carga de UTE y hay otros 100 que pertenecen a privados. Además, estamos trabajando en convenios con estaciones de servicio en sus distintas firmas para aprovechar ese espacio, que está disponible al público y que ya está armado, que va a brindar un servicio adicional.
-¿Qué lugar ocupa la movilidad eléctrica dentro de la estrategia de UTE y qué metas se han trazado en ese campo?
-En la movilidad eléctrica, nuestra idea es siempre apuntar a seguir el vector de descarbonizar y apostar a la sostenibilidad. De allí surge la importancia de pensar en el cambio de la movilidad, que lo vamos a ver cuándo concretemos un cambio en el transporte colectivo, que es lo que más impacto tiene en el medio ambiente. No obstante, tampoco podemos desconocer esta realidad, de cómo se ha multiplicado de manera exponencial la venta de vehículos eléctricos y desde UTE apoyamos instalando más cargadores. Para el año que viene estamos pensando en instalar 100 cargadores más, además de los 400 que ya tenemos. También estamos trabajando con las distintas instituciones para ajustar reglamentaciones en cuanto a estacionamientos de edificios o lugares públicos, porque la realidad es que muchos edificios no habilitan a sus copropietarios a instalar un cargador.
-¿Qué lectura hace del desarrollo del hidrógeno verde y qué rol juega UTE en esta área?
-El hidrógeno verde es un tema que está sobre la mesa. Tuve la suerte de ir a Rotterdam, a la feria de hidrógeno verde que hubo este año y ver cómo el puerto de Rotterdam se está preparando para adoptar el hidrógeno, que en Europa es un gran sustituto del gas natural. Es diferente a nuestro caso, porque ellos ya tienen gasoductos desarrollados, que ahora estarían ocupando con el hidrógeno. Aun así, se ve un retraso de dos o tres años, de acuerdo con lo que ellos preveían. Uruguay es un lugar chico en el mundo, pero que es mirado con énfasis por los proyectos de hidrógeno por su matriz renovable. Entonces, el cambio de nuestra matriz permite que tengamos, en ocasiones, un 100% de energía renovable, y esto hace que sea un destino mirado por los grandes proyectos. Hoy por hoy hay proyectos que están en vías de desarrollarse y UTE tiene su cuota parte en lo que es el suministro de energía eléctrica y se está conversando con las empresas. Nosotros, como empresa pública y con la responsabilidad que esto implica, tenemos un equipo dentro de UTE que estudia permanentemente el tema.
“Si hay margen, siempre la voluntad primera es volcarlo a la ciudadanía”
-Si bien Uruguay logró una matriz renovable destacable en el mundo, el costo de la energía para los consumidores sigue siendo alto. De hecho, es uno de los reclamos de las empresas. ¿Hay margen para bajar las tarifas sin comprometer las finanzas de UTE? ¿De qué depende esa decisión?
-Nosotros tenemos una estructura de costos, con distintos parámetros, y cada año se ve cómo viene esa estructura, con los ingresos comprometidos y con los resultados y proyecciones de venta. Cada año se analiza esa situación de forma muy responsable y sin dudas que, si hay margen, siempre la voluntad primera es volcarlo a la ciudadanía. Pero, también son decisiones que trascienden un poco a la empresa pública. Igualmente, a veces se nos compara con otras empresas, directamente sin tener presente lo que es la calidad y continuidad del servicio.