Economía
FMI recomendó realizar “reformas estructurales para revitalizar el crecimiento y estimular la productividad”
Expertos consideran que Uruguay logró avances, pero aún “falta profundizar” cambios para potenciar el crecimiento
El directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) destacó las mejoras de los marcos de política fiscal y monetaria, pero advirtió que “reformas estructurales serán fundamentales para garantizar la estabilidad macroeconómica, impulsar la productividad, la competitividad, y la resiliencia frente a las perturbaciones relacionadas con el clima”. Consultados al respecto, los economistas Ramón Pimpín y Pablo Moya, coincidieron en destacar “avances” que ha logrado el país en los últimos años, aunque también advirtieron de la necesidad de profundizar cambios en áreas claves.
Fecha de publicación: 07/11/2025
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Redacción

De acuerdo al organismo, Uruguay tiene brechas respecto a las economías avanzadas en términos de infraestructura, facilitación del comercio, barreras a la entrada y cuellos de botella regulatorios, concentración del mercado, capital humano y acceso al crédito.

En tal sentido, recomendó intensificar el programa de reformas, por ejemplo, simplificando los procesos de creación de empresas, la concesión de licencias y la tributación, reforzando la política de competencia, mejorando la calidad educativa y reduciendo la deserción escolar.

Asimismo, advierte que el mercado laboral enfrenta importantes desafíos, como una flexibilidad limitada, un alto desempleo juvenil y el envejecimiento de la población. Además, las empresas perciben las prácticas de contratación y fijación de salarios como restrictivas.

En cuanto al sistema bancario, el FMI destacó que se encuentra bien capitalizado, tiene alta liquidez y es rentable, y que los bancos mantienen ratios de capital que casi duplican el requisito regulatorio mínimo, con una rentabilidad sólida y un bajo nivel de morosidad. No obstante, se indica que un mayor acceso al crédito y la desdolarización apoyarían el crecimiento y contribuirían a la estabilidad macroeconómica. “Mejorar el acceso al crédito de empresas solventes -en especial en segmentos desatendidos como las pymes-, manteniendo al mismo tiempo normas de crédito prudentes, combinadas con reformas regulatorias para facilitar la igualdad de condiciones, podría contribuir al desarrollo financiero”, señala.

Asimismo, alentó a mejorar los resultados educativos, reforzar el capital humano y aprovechar la preparación de Uruguay para la inteligencia artificial (IA). 

Otra ronda

Consultado respecto a estas reformas recomendadas desde el organismo, el economista Pablo Moya, de la consultora Oikos, subrayó que existe “cierto consenso” respecto a que el país ha avanzado, pero que mantiene desafíos importantes vinculados a la “productividad, la flexibilidad laboral, los costos laborales y los fondos jubilatorios”. “Son problemas muy particulares del país, dada la población envejecida, su poco mercado, es un problema que es bastante complejo para poder ver en el corto plazo. Productividad y empleo se han discutido más de una vez, lo que queda es implementar reformas en el mercado laboral”, sostuvo.

En cuanto al mercado de crédito, destacó que “falta profundizar, pero se ha avanzado bastante”.

Sobre si es posible llevar adelante esta agenda de reformas, Moya valoró que sí lo es, pero no en el corto plazo. Explicó que Uruguay se ha destacado por haber logrado consensos sobre ciertos asuntos económicos que “ya no se discuten”. “En Uruguay hemos sabido acordar que existen ciertos pilares sobre los cuales se construye el país”, destacó.

En tal sentido, evaluó que “Uruguay puede llegar a acordar ciertas reformas”, pero advirtió que “como no son sencillas van a llevar su tiempo, y siempre surge algún obstáculo para tirarlo sobre la mesa”. “Pero soy optimista con esto. (…) Ya hicimos una primera ronda de reformas, nos falta otra para seguir progresando y mejorando”, agregó.

Aprender y adaptar

Por su parte, Ramón Pimpín, gerente de PwC, enfatizó que “una economía que crece como Uruguay no puede satisfacer las demandas de la sociedad” y que ello es algo “bastante consensuado”. “El tema es cómo solucionarlo y ahí la realidad nos pega de frente”, comentó.

A su entender, desde el sector privado se está analizando cómo las nuevas funciones de producción y los sectores de actividad impactan sobre actividades tradicionales. En tal sentido, evaluó que es bueno que las políticas públicas y el sector público se adapten para “ayudar a quienes tienen que subirse al carro de estas nuevas formas de producción”.

“Hay nuevas formas de hacer y acá en Uruguay tenemos que entenderlas, para adaptarnos de la manera más inteligente”, sostuvo, agregando que la educación juega un rol fundamental.

En cuanto a la flexibilización del mercado laboral, afirmó que Uruguay debe entender el cambio en el relacionamiento laboral, el incremento de la virtualidad, el desarrollo de trabajos colaborativos, y lograr adaptarse, “entendiendo dónde están los derechos, pero también entendiendo la realidad”. No obstante, valoró que “Uruguay está muy bien posicionado”, aunque la negociación colectiva debe “avanzar a un tipo de maduración para entender las distintas realidades geográficas y tamaños de empresas”.

Por último, subrayó que Uruguay debe abrirse al mundo, porque no puede trabajar para un mercado de tres millones de personas.

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Ramón Pampin
Pablo Moya
Buenos Aires 484, CP 11000, Montevideo, Uruguay
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